El turbio defensor de Elba Esther

lunes, 4 de marzo de 2013 · 11:47
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Además de ser un reconocido litigante, Arturo Germán Rangel, defensor de Elba Esther Gordillo, ha ganado notoriedad por obtener la libertad de sus clientes mediante “gestiones políticas” e “inverosímiles argucias legales”. Este abogado trabajó en la red de despachos jurídicos e intereses políticos de panistas, como el excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos, Antonio Lozano Gracia y Arturo Chávez Chávez, los dos últimos, procuradores generales de la República. Comenzó en los ochenta como pasante de derecho en la Quinta Agencia del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). Ahí, de atender la barandilla, ascendió a mecanógrafo y se relacionó con Pablo Chapa Bezanilla, entonces agente del MP y bajo cuya sombra creció. Hacia 1985 se convirtió en secretario de la Novena Agencia, donde también consiguió el nombramiento de agente del Ministerio Público. Después asistió a un diplomado en procuración de justicia en la UNAM y a dos cursos para la formación de agentes del Ministerio Público Especializado en la Academia Nacional del FBI en Quantico, Virginia (Proceso 999). Con base en dicha preparación se le designó jefe del Departamento de Averiguaciones Previas de la delegación Miguel Hidalgo y luego subjefe de la División I de la Coordinación General del Ministerio Público Especializado. Chapa Bezanilla ascendía vertiginosamente: a finales de los setenta y principios de los ochenta era agente del Ministerio Público. En 1983 fue jefe del Departamento de Averiguaciones Previas en la PGJDF para varias delegaciones. En 1986, director del Sector Sur de Averiguaciones Previas en el Distrito Federal. En 1989 ya era delegado regional de la PGJDF en Coyoacán y director de agentes del MP adscritos a juzgados de paz, de la Dirección General de Control de Procesos de la PGJDF. De 1989 a 1991 Chapa fue delegado regional en Cuauhtémoc y en septiembre de 1992 –cuando el titular de la PGR era Diego Valadés– asumió la Dirección General de Averiguaciones Previas de la PGJDF. En 1994, a sugerencia del abogado Juan Valadez, Lozano Gracia recomendó a Chapa Bezanilla con el presidente Ernesto Zedillo, quien lo nombró subprocurador especial para investigar los asesinatos de Luis Donaldo Colosio, José Francisco Ruiz Massieu y Jesús Posadas Ocampo. Chapa le encargó el caso Colosio a Rangel. Sin embargo el grupo de políticos-litigantes fracasó: Rangel impulsó la teoría del “segundo tirador”, con base en la cual Othón Cortés Vázquez, integrante del Grupo Omega que fungía como chofer en la comitiva del candidato presidencial del PRI, fue acusado de participar en su asesinato. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1896 de la revista Proceso, actualmente en circulación.

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