La vulnerabilidad de Estados Unidos

lunes, 22 de abril de 2013 · 11:28
Boston era una ciudad en virtual estado de sitio: patrullas de la policía, escuadrones de agentes especiales, tanquetas del ejército, helicópteros militares y policiacos… Un despliegue propio de un escenario de guerra para atrapar al checheno Dzhokhar Tsarnaev, de 19 años. Él y su hermano Tamerlan, de 26 años –abatido por la policía el viernes 19– fueron los presuntos responsables del atentado terrorista perpetrado el lunes 15 en la maratón de Boston…Un atentado que volvió a poner en evidencia la vulnerabilidad de Estados Unidos en materia de seguridad y cuyo móvil es todavía un misterio. WASHINGTON (Proceso).– Los hermanos chechenos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, presuntos responsables del ataque terrorista perpetrado el lunes 15 durante la maratón de Boston, Massachusetts, volvieron a poner en evidencia la vulnerabilidad de Estados Unidos en materia de seguridad. A diferencia de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el atentado en Boston no fue un acto sofisticado: Tamerlan, de 26 años, y Dzhokhar, de 19 –ambos musulmanes– utilizaron artefactos explosivos de fabricación casera: ollas exprés atestadas de pólvora, tornillos, clavos y pedazos de metal. El saldo del ataque: tres muertos y casi dos centenares de heridos. Las agencias de inteligencia de Estados Unidos tardaron cuatro días en localizar a los presuntos responsables y en dar a conocer sus nombres. En ese periodo la incertidumbre y la psicosis se apoderaron de los pobladores de Boston. El gobierno del presidente Barack Obama condenó el atentado, pero se abstuvo de plantear conclusiones o achacar responsabilidades ante la probabilidad de que se tratara de un acto de terrorismo doméstico. Ya había un antecedente que había impactado a la sociedad estadunidense: el 19 de abril de 1995 Timothy McVeigh cometió un atentado con un auto-bomba que destruyó el edificio federal Alfred P. Murrah, en el centro de la ciudad de Oklahoma; mató a 168 personas, entre ellas 19 niños menores de seis años de edad.   Cacería   El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) descubrió poco a poco la estrategia que siguieron los hermanos Tsarnaev. Lo hizo sin que hubiera filtración alguna hacia los medios de comunicación. El pasado jueves 18, en conferencia de prensa, Rick Deslauriers, agente especial del FBI a cargo de la investigación, difundió las fotografías de los presuntos responsables del ataque. Con ello inició una cacería masiva en contra de ellos en la que participaron decenas de agentes de todas las agencias federales de inteligencia y cientos de oficiales de la policía de Boston, apoyados además por efectivos de la Guardia Nacional. El FBI comenzó a completar el rompecabezas para dar con el paradero de los chechenos con base en las pistas que proporcionaron personas que el día de la maratón estuvieron en las inmediaciones del lugar del ataque, así como en las videograbaciones tomadas por la prensa y por ciudadanos comunes. Así, la agencia pudo definir el perfil físico de los dos responsables. Las fotografías que dio a conocer mostraron a dos jóvenes blancos, lo que provocó el rumor de que se trataba de un caso de terrorismo doméstico. Cinco horas después las autoridades federales informaron que la policía abatió a tiros a uno de los sospechosos, Tamerlan, en un enfrentamiento que inició en el campus del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Ello aumentó la psicosis en la población de Boston. Los primeros reportes del hecho indicaban que la policía ubicó a los dos hermanos chechenos a bordo de un automóvil que habían robado. Tenían como rehén al dueño del vehículo. La policía persiguió el automóvil. Hubo intercambio de disparos. Un agente de seguridad del MIT perdió la vida y un efectivo policiaco de la ciudad de Boston resultó herido. En un intento por escapar de los disparos, Tamerlan salió del automóvil. Fue alcanzado por las balas de los agentes. Dzhokhar intentó acelerar el auto e involuntariamente atropelló a su hermano, que yacía en el asfalto. Luego bajó del auto y se dio a la fuga, dejando en el vehículo al rehén, quien posteriormente declaró a la policía que Dzhokhar le había confesado que él y su hermano habían cometido el ataque terrorista. Cuando la policía se acercó a Tamerlan, éste agonizaba. Las autoridades federales reportaron que el joven checheno llevaba explosivos adosados al cuerpo. Descubrieron además que tenía quemaduras en la piel. Interpretaron que eran producto de las explosiones en la maratón. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1903 de la revista Proceso, ya en circulación.

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