La Academia Mexicana de Cine, sin presupuesto

viernes, 31 de mayo de 2013 · 10:37
A pesar de vivir un momento importante la industria fílmica nacional, el Congreso de la Unión omitió incluir en el Presupuesto de Egresos 2013 a la Academia Mexicana de Artes y Ciencias. No obstante, esa asociación civil, fundada desde los años de “vacas gordas” en la Época de Oro del Cine, ha conseguido algunos fondos para mantenerse a flote, a través de gestiones con el Conaculta y el Imcine, asegurando que la entrega de los Arieles se efectuara este 28 de mayo conforme a lo planeado, según anuncia su actual dirigente, el realizador Juan Antonio de la Riva. MÉXICO, D.F. (Proceso).- De nuevo la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) se encuentra en la zozobra económica porque no fue considerada en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2013, cuando el año pasado el Congreso de la Unión le proveyó 11 millones de pesos. El realizador Juan Antonio de la Riva, presidente de esa instancia, arguye que no sabe qué ocurrió al interior del Congreso de la Unión “que no fuimos favorecidos, quizá porque entraron nuevos legisladores; los titulares de las comisiones son otros”. Pero se logró que no se suspendiera la 55 entrega del Ariel (efectuada el martes 28 en el Palacio de Bellas Artes) y la AMACC seguirá laborando sin ningún contratiempo, porque el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) le proveerán una cantidad, aunque menor. En 2011, los miembros de la academia, durante la gestión de Carlos Carrera (La mujer de Benjamín y El crimen del padre Amaro), lograron que se tomara en cuenta a la institución del llamado “séptimo arte” para que se le asignara una tajada autónoma del Presupuesto de Egresos de la Federación. Fue una larga espera para que se liberaran los 11 millones de pesos estipulados en diciembre de 2011 en el Diario Oficial de la Federación, pues la Secretaría de Hacienda los liberó a finales de mayo de 2012, y se perjudicó la pasada entrega de la estatuilla, cuya ceremonia se realizaría el 27 de marzo de ese año y se retrasó tres meses más, hasta el 2 de junio. Sin ese dinero, auguraba entonces Carrera, la academia iba a desaparecer.   Vacas flacas, como en 1958   De la Riva manifiesta en entrevista que la AMACC ha pasado por etapas muy críticas, sobre todo en términos económicos: “Nunca ha logrado tener suficiencia ni autonomía presupuestal. Ha recibido subsidios a lo largo de sus últimos años de existencia, recientemente a través del Conaculta y del Imcine. El año pasado se logró que el gobierno le diera un presupuesto directo, resultado de un trabajo de muchos años, y eso permitió que la academia llevara a cabo la entrega de Arieles y sus actividades habituales, además de que se planeó una serie de actividades que podrían realizarse, pensando de manera muy optimista, si este 2013 hubiéramos seguido presentes en el presupuesto federal.” En diciembre de 2012 el productor Jorge Sánchez fue nombrado presidente de la AMACC y todo era optimismo ya con los 11 millones de pesos. En una conferencia de prensa Sánchez informó que, además de continuar con la entrega de los Arieles, se organizaría un encuentro de academias latinoamericanas, se publicarían libros sobre el cine mexicano y talleres de creación audiovisual, se crearía una serie de televisión y radio, así como una aplicación para tablets; se preservarían acervos fílmicos y se planeaba para abril pasado el Primer Foro sobre Cine Mexicano, lo cual no ocurrió. Además, Sánchez dejó la academia para ser el responsable del Imcine. Así es la historia de la AMACC: El 3 de julio de 1946 quedó legalmente constituida como Asociación Civil. Comparecieron ante el notario público Celestino Gorostiza (escritor y director), Raúl de Anda (productor), Fernando Soler (actor), Manuel Fontanals (escenógrafo), Ignacio Fernández Esperón Tata Nacho (compositor), Carlos Pellicer (escritor), Alejandro Galindo (director y escritor), Jorge Fernández (escenógrafo), Francisco de P. Cabrera (productor), Ángel Garasa Bergés (actor), Adolfo Fernández Bustamante (director) y Gabriel Figueroa (cinefotógrafo), entre otros. Entonces la industria fílmica mexicana vivía un momento de esplendor. Hacia 1945 se habían producido 82 películas, cantidad nunca antes igualada. El trabajo de la academia a lo largo de su historia se limitó casi exclusivamente al reconocimiento público del cine mexicano mediante un premio: el Ariel. Realizado por el escultor mexicano Ignacio Asúnsolo, esta presea se inspira en el ensayo de José Enrique Rodó y muestra a un hombre en actitud de vuelo, representación del triunfo del espíritu y símbolo, a la vez, del anhelo de ascensión. Se entregó ininterrumpidamente desde su primera ceremonia, en 1947, el 15 de mayo, hasta 1958, cuando la situación crítica que vivía el cine mexicano llevó a la suspensión de la entrega del Ariel. Con la celebración de los 40 años del cine sonoro en México, la cinematografía nacional vive tiempos de renovación, y se retomó la entrega de la estatuilla en 1972, que a la fecha continúa.   Otra vez a la lucha   De la Riva, realizador de los filmes Pueblo de madera y El gavilán de la sierra, evidencia que al no recibir la AMACC este año un presupuesto, “desde luego se ocasionó un severo problema, porque el Imcine tenía una partida para la academia, pero desapareció el año pasado porque eso se había resuelto vía el Congreso de la Unión. Ahora nos quedamos en la incertidumbre, como en los años anteriores, pero el Imcine y el Conaculta finalmente resolvieron apoyarnos”. Explica que aún están resolviendo las cantidades: “Probablemente nos darán la mitad o un poco más de la mitad, lo cual evidentemente nos cambia el panorama de las actividades. No se perjudica la entrega del Ariel ni la búsqueda de la película para los Oscar y los Goya, que han sido las actividades permanentes, pero sí muchos de aquellos proyectos, por ejemplo, la conservación de películas, la realización de un foro de consulta cinematográfica, la edición de libros y la realización de videos.” La AMACC volverá a acudir con los legisladores para que se incluya en el presupuesto de 2014: “Estamos trabajando en consolidar nuestra relación con el Congreso, no esperaremos a noviembre o diciembre para hacerlo, hay que empezar a trabajar desde este momento, para que esa no sea la parte de la que año con año se esté hablando: ¿Hay o no hay presupuesto, y tendrán dinero o no tendrán dinero? “Estamos de nuevo en esa situación, pero también se labora para que esto no vuelva a ocurrir. Contamos con el apoyo de las autoridades del Conaculta y del Imcine para que eso sea posible.” –¿Ya hubo acercamiento con los legisladores? –se le pregunta. –Sí, tuvimos reunión tanto con los diputados como con los senadores. Creo que desconocían los antecedentes de cuánto se había buscado, por todas las vías legales establecidas, que la AMACC recibiera presupuesto. Una vez que concluya la ceremonia de entrega de los Arieles habrá que trabajar en todo ese terreno, no queremos que nos ganen las prisas. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias ya forma parte de la Federación Iberoamericana de Academias de Cine y logró reanudar la relación con la Cineteca Nacional, donde tendrá, desde este mayo, un tiempo de exhibición en la programación mensual, “porque hay tantas cosas que difundir de cine mexicano, creo que esa es una labor que también debemos efectuar”. Incluso se volverá a entregar, en el acto de los Arieles, la Medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico, que esta vez recibirá Jaime Humberto Hermosillo, quien anuncia que deja el cine digital (en los últimos 12 años filmó igual número de películas en ese formato, sin ningún apoyo financiero) para realizar cine en 35 milímetros. –¿Se están incorporando nuevos miembros a la academia como el año pasado? –se le pregunta a De la Riva. –Todavía no, el trabajo de la preparación de la ceremonia del Ariel es arduo y complejo, con un presupuesto menor hay que lograr el equilibrio, y una vez que pase esto habrá que empezar de nuevo en la asamblea a ver esta posibilidad del crecimiento del padrón, siempre buscando aquellas personas que se puedan comprometer con el trabajo de la academia, que no es sencillo. –¿Cuál es el sentir de los miembros de la academia al saber que no hubo presupuesto? –Hay opiniones encontradas, hay recortes presupuestales en cultura, en el Imcine. No es fácil aceptar esa realidad. En cuanto a la ceremonia de los Arieles, la asamblea de la academia resolvió entregar tres estatuillas de oro: a la actriz Columba Domínguez, al productor y actor Mario Almada y al fotógrafo y director Rafael Korkidi. Las principales nominaciones son: Película: El premio, de Kung Works; La demora, de Lulú Producciones, y Los últimos cristeros, de Luc, la película. Dirección: Paula Markovitch, por El premio; Rodrigo Plá, por La demora; Luis Mandoki, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas, y Matías Meyer, por Los últimos cristeros. Actriz: Tessa Ia, por Después de Lucía; Paula Galinelli Hertzog, por El premio; Úrsula Pruneda, por El sueño de Lú; Roxana Blanco, por La demora, y Greisy Mena, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas. Actor: Hernán Mendoza, por Después de Lucía; Roberto Sosa, por El fantástico mundo de Juan Orol; Francisco Cruz, por Entre la noche y el día, y Carlos Vallarino, por La demora. Coactuación femenina: Sharon Herrera, por El premio; Mari Carmen Farías, por El sueño de Lú; Angelina Peláez, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas. Coactuación masculina: Daniel Giménez Cacho y Dagoberto Gama, ambos nominados por Colosio el asesinato; Gerardo Trejoluna, por El sueño de Lú, y Luis Rodríguez, por Los mejores temas. Guión original: Michel Franco, por Después de Lucía; Paula Markovitch, por El premio, y Raúl Fuentes, por Todo el mundo tiene a alguien menos yo. Guión adaptado: Laura Santullo, por La demora; Diana Cardozo, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas, e Israel Cárdenas y Matías Meyer, por Los últimos cristeros. Fotografía: Carlos Hidalgo, por El fantástico mundo de Juan Orol; Wojciech Staron, por El premio; María José Secco, por La demora; Damián García, por La vida precoz y breve de Sabina Rivas, y Jerónimo Rodríguez, por Todo el mundo tiene a alguien menos yo.

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