Tepito hoy: resultado del abandono

miércoles, 10 de julio de 2013 · 12:07
Vertiginoso fue el desarrollo de Tepito: a mediados de los cincuenta del siglo pasado era una zona semiurbana, dice el escritor y cronista Armando Ramírez. En los setenta se volvió urbana y ahora es posturbana. Los últimos gobiernos dejaron que se pudriera; ni siquiera quisieron integrarlo al Centro Histórico, sentencia el autor de Chin Chin el teporocho en sus remembranzas sobre ese viejo barrio de 40 manzanas que lo vio nacer. Hoy, dice a Proceso, los jóvenes salen de sus casas y se enfrentan en la esquina de las calles a un mundo sin salida. MÉXICO, D.F. (Proceso).- Armando Ramírez nació a mediados del siglo pasado en el “mero corazón” de Tepito. La entrevista con el cronista y escritor que se inició con Chin Chin el teporocho y ha publicado 16 libros más, se centra en la evocación que lo hace reír: “Me acuerdo que mis compañeros de escuela en Peralvillo decían: ‘Yo soy de la Morelos’ o ‘Yo soy del Centro’. Y yo era el único que no podía decir ‘Vivo en el centro de Tepito’. Tenía que decir ‘vivo en Tepito’ porque se me hacía muy pequeño el barrio. Mi casa estaba en la Plaza de San Bartolomé de Las Casas 11, entre la iglesia y el deportivo, en el mero corazón de Tepito.” Hoy, ese Tepito, de acuerdo con su definición, se ha agrandado (pero paradójicamente para desaparecer) y ­pauperizado: “Poquito antes de que yo naciera había puestos, sí, pero muy pocos, y no estaban organizados. A partir de los años cincuenta la zona era semiurbana, después de los setenta se volvió urbana y ahorita es posturbana.” El barrio ha sido absorbido por las innumerables colonias aledañas y por el ambulantaje, que se hizo mayúsculo. Y aun cuando se le llama Tepito a todo, el barrio prácticamente desapareció. Armando Ramírez explica esa transformación –“el abandono”, le llama– así: “Todo ese fenómeno social, la verdad, ahí sí el gobierno de la ciudad no tuvo intervención; no hizo trabajo de comunidad, educativo, deportivo o cultural, desde Cuauhtémoc Cárdenas para acá. No hicieron nada por Tepito, ¿no?, ni por los barrios cercanos. Ese es el gran error…” –¿Y la droga? –Bueno, la droga siempre ha habido. Desde hace muchos años, en varios lugares: en Ferrocarril de Cintura o en la Morelos, pero es puro narcomenudeo. No se puede negar que tradicionalmente se ha vendido droga al menudeo y hay delincuencia, pero la mayoría es gente honesta que trabaja, que tiene a su familia. –Hubo una época de florecimiento cultural en Tepito, por allá de principios de los ochenta, cuando el Plan Tepito. –Cuando Tepito Arte Acá (de Daniel Manrique), que empiezan a pintar. Estaban muy de moda las peñas: la Peña Tepito, la Peña Morelos, grupos de teatro que llegaron como CLETA (Centro Libre de Experimentación Teatral y Artística). Estaba el periódico El Ñero. Lo hacíamos en una iglesia que se llama La Divina Concepción, que está en Vidal Alcocer; le decían La Capillita. “Estaba una prepa, que la quitó Abascal (Carlos, cuando fue secretario de Gobernación, en el sexenio foxista). La mayoría de las instalaciones han desaparecido, las canchas de basquetbol y de volibol (lo que llaman “los colegios”) y el frontón (sobre avenida del Trabajo), ahora son estacionamientos. Nada más sobrevive el frontón. En el campo de futbol ya ni se juega. Y el gimnasio… y lo que era la biblioteca donde se reunía el Arte Acá tampoco tiene funcionamiento, ¿no? “Las preparatorias que había en San Ildefonso –la 1, la 2 y la 3– y la vocacional chica que estaba en Tlatelolco, desaparecieron. De repente, a partir de los ochenta –las autoridades no querían bachilleratos ni cuestiones de universitarios en el Centro de la ciudad, por lo del movimiento del 68– en toda esa zona (incluida la colonia Guerrero, la Merced, Mixcalco, la Valle Gómez, la Morelos; todo lo que rodea al Centro Histórico) la gente se quedó sin trabajo. “No hay fábricas, no hay acceso a la educación media, no hay deportivos, las calles se van llenando de ambulantes y se va haciendo una vida difícil, se van depauperando los barrios.” –Mixcalco, por ejemplo, ahora dicen que quieren quitar todo… –Lo que pasa es que todos los ambulantes que había hacia Corregidora y toda esta parte del Centro Histórico, atrás de Palacio Nacional, los llevaron a Mixcalco y hacia Anillo de Circunvalación, y toda esa zona también se vino a menos. “Y aparte de la gente que vendía en las calles de estas colonias, de estos barrios, pues comenzaron a llegar con el PRD todos esos grupos de Neza, de Iztapalapa, de Ecatepec; o sea, todo lo que es el arroyo de las calles. Son gente que vive en los municipios conurbados de la Ciudad de México. En realidad no son habitantes de Tepito, pero claro, tienen derecho… “Y también es una zona que se está deshabitando. Antes, por ejemplo, había una vecindad en Aztecas 12 y Costa Rica, con 60 familias; ahora hay 40 bodegas y 10 familias. Antes había una ley que prohibía que la casa-habitación tuviera uso de suelo comercial, y con una nueva ley que la Asamblea de Representantes hizo hace algunos años; ahora cualquiera puede en una vecindad tener bodegas, que es lo que ha hecho crecer el ambulantaje. Porque tú puedes ver bodegas o vecindades que se han vuelto plazas comerciales, o vecindades que son unas casas-habitación; otras son bodegas.” Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1914 de la revista Proceso, actualmente en circulación.

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