Ante la sequía de triunfos en el deporte mexicano destaca el logro de Luis Alberto Rivera, quien sacudió el ámbito de los récords al lograr un registro de 8.46 metros en el salto de longitud en la Universiada Mundial de Kazán, Rusia, que lo ubica en el primer lugar del ranking mundial. Este saltador, doctorando en ingeniería industrial por el Tec de Monterrey, se muestra confiado en realizar un buen papel en los certámenes previos a los Juegos Olímpicos de Brasil 2016.
MONTERREY (Proceso).- Durante su participación en las Olimpiadas de Londres 2012 el mexicano Luis Alberto Rivera Morales logró una marca de 7.42 metros en salto de longitud y fue eliminado de inmediato. Un año después, en la Universiada Mundial de Kazán, Rusia, brincó 8.46 metros y se colocó en el primer lugar del ranking mundial.
Ahora es el rival a vencer en los juegos de la Liga Diamante que se realizarán a finales de este mes en Londres, donde se darán cita los atletas más prestigiosos del orbe.
Para este sonorense de 26 años lo mejor aún está por llegar, y estima que puede mejorar su técnica para colocar su marca unos centímetros más adelante. No ve imposible alcanzar el récord de 8.90 metros establecido por el estadunidense Bob Beamon, en los Juegos Olímpicos de México 68. Tampoco considera inalcanzable la marca mundial de Mike Powell, de 8.95 metros, establecida en el III Campeonato Mundial de Atletismo realizado en Tokio, Japón, en 1991.
El entrenador de Luis Alberto, Francisco Javier Olivares Pérez, se muestra sorprendido por sus avances y asegura que el joven está en condiciones de superar sus propias marcas, pues cuenta con gran explosión en el despegue y si logra mejorar su aterrizaje podrá ganar algunos centímetros.
Luego de que Rivera egresó de la Universidad de Arizona, buscadores de talentos deportivos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) evaluaron sus cualidades y lo invitaron a cursar una maestría en esa institución. Su desempeño ha sido satisfactorio y en la actualidad el instituto le mantiene la beca para concluir su doctorado en ingeniería industrial.
Este año sido muy bueno para el deportista. El pasado 10 de junio obtuvo oro en el Encuentro Memorial Josefa Odlozila realizado en el Estadio Evzena Rosickeho en Praga, República Checa. Cinco días después estableció la mejor marca del año al brincar 8.30 metros en la competencia Memorial Janusz Kusocinski, en el estadio Miejski Lekkoatletycczny, en la ciudad de Szczecin, Polonia. Con este salto ganó medalla de oro, así como su boleto para el Mundial de Atletismo de Rusia 2013, que se realizará del 10 al 18 de agosto próximo.
Hasta ahora, su mejor actuación fue la del viernes 12 en la Universiada Mundial de Kazán, Rusia, al saltar 8.46 metros, récord en la competencia. La marca anterior la tenía el cubano Iván Pedroso, quien en la Universiada Mundial de Sicilia de 1997 saltó 8.40 metros.
Luis Alberto estableció el récord universitario en su cuarto intento. Había desperdiciado los saltos uno y tres. En el segundo hizo 8.08 metros. En la imagen televisiva se ve al sonorense en la pista de recorrido de 43 metros del Estadio Central de Kazán, con su camisa blanca, short rojo y zapatos verdes, alzando las manos y aplaudiendo varias veces sobre su cabeza. Luego emprende la carrera de 19 zancadas y da un gran brinco para aterrizar con el cuerpo hacia delante. El juez levanta la bandera blanca para validar el salto.
El sonido local anuncia que la marca de Luis es la mejor de la competencia. El joven grita jubiloso. Minutos después trepa al podio y entona el Himno Nacional mexicano con su medalla de oro en el cuello.
Al finalizar el encuentro de Kazán, Rivera ascendió al primer sitio del ranking de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés).
Repunte
En entrevista telefónica, Rivera menciona que la temporada de este año ha sido muy buena y sus marcas en constante mejoría le inspiran mucha confianza para futuras competencias.
Antes de la competencia en Polonia ya había ganado oro en la prueba de Mount Sac, en California, donde alcanzó los 8.05 metros.
“Estuvimos haciendo una serie de competencias en las que nos fue muy bien, con un promedio por encima de los ocho metros. Me sentía muy bien porque ya estábamos saltando en muy buenas competencias en Europa, con los mejores saltadores, y eso me dio mucha confianza”, dice desde Sonora, donde descansa en la casa paterna.
Después de Kazán el horizonte se amplió. El sonorense busca ahora conseguir mayor distancia en el foso de arena.
“Estoy rankeado en el número uno del mundo y poder decirlo es una satisfacción enorme. Estamos muy contentos con este resultado. Es el reflejo de todo el esfuerzo, disciplina y pasión con la que me he entregado al atletismo”, dice.
El deportista venía de una dolorosa derrota. Dio la marca superior a los ocho metros para participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, pero ahí tuvo una actuación poco afortunada. Se colocó en el lugar 16 de su grupo y al final quedó en el sitio 31 de 51 participantes. Su mejor distancia en Londres fue de 7.42 y con ese registro cerró 2012.
Sin embargo, menos de un año después, en Kazán superó su marca con más de un metro. Para el plusmarquista el cambio se debió a una mejoría en su técnica.
“La habilidad ya la traíamos y este año he mejorado muchísimo mi velocidad. A partir de enero empezamos a dividir el trabajo de entrenamiento entre técnica y velocidad”, dice.
En lo referente a la aceleración sigue las indicaciones del entrenador Enrique Germán, especialista en velocidad quien trabajó con José Carlos Herrera, velocista mexicano especializado en la prueba de 200 metros.
El saltador también mejoró su técnica de aterrizaje. “Antes caía sentado y eso me quitaba muchos centímetros. Hemos analizado los videos y nos damos cuenta de que estamos teniendo muy buena manera, por lo que hemos mejorado mucho en estos dos aspectos”.
El coach Olivares, encargado del atletismo en el Tecnológico de Monterrey, ha trabajado con a Luis Alberto durante los últimos tres años.
“En lo personal es muy competitivo y con mucha seguridad en sí mismo. Físicamente es muy fuerte, rápido y explosivo. En mis 24 años de entrenador y atleta nunca había visto un resorte como el suyo. Tiene una habilidad especial para saltar. Nació con esas características”, dice acerca de su pupilo.
Desde el inicio, el entrenador se percató del enorme potencial de Rivera, pero le faltaba afinar la técnica. “Lo veía un poco forzado al correr, como que se alargaba mucho, y le dije que no podía seguir así. Necesitaba ser más rápido desde el comienzo. También cambió su técnica del salto porque saltaba medio colgado”.
Durante un año practicaron un salto con el procedimiento “tijera y media” de gran espectacularidad aunque con una caída irregular que le restaba centímetros valiosos. Por ello volvieron a la “técnica del colgado” muy conocida por el atleta, pero era preciso realizar algunos ajustes para lograr mayor distancia.
En 2012 entrenador y atleta se prepararon a conciencia para acudir a la Olimpiada. Tenían una marca considerable de 8.22 metros y podían tener una participación decorosa. No obstante, el joven se dejó llevar por la emoción, explica Olivares. “Ya en Londres le gana un poquito el nerviosismo. Perdió el control emocional y de su cuerpo y terminó saltando 7.42 metros. En las competencias recientes no se trataba de recuperar un metro, sino de superar la barrera de 8.22. Por eso su mejoría de estos meses es de 24 centímetros.
Orígenes
En la Olimpiada Nacional Infantil obtuvo medalla de plata en la prueba de relevos 4 x 75. Por su velocidad participó en pruebas de 75 y 150 metros planos.
Cuando era adolescente se interesó por las pruebas de salto triple. En el Mundial Juvenil de Canadá 2003 tuvo una participación decorosa al marcar 14.25 metros. En México es poseedor del récord en categorías menores de esta disciplina, con 15.41 m.
En su desarrollo fue guiado por el entrenador Francisco Javier Valencia Castro, quien lo invitó a involucrarse en el atletismo desde niño, le enseñó los primeros conocimientos y lo acompañó como entrenador hasta sus 17 años.
El sonorense no se veía con aptitudes para el salto largo; sin embargo, en 2004 registró 6.70 metros y obtuvo el oro en competencia nacional. En otra prueba nacional, ese año en Tepic, saltó 7.19 metros y estableció record mexicano en categoría juvenil.
En 2005 se marchó a Arizona para estudiar y comenzó a competir en pruebas cada vez más exigentes. Llegó a participar en 15 competencias al año y eso terminó por afectar su rendimiento.
Desde hace dos años Luis Alberto está casado con Maricela Domínguez. No tienen hijos y viven en Monterrey, en una residencia que le proporciona de manera gratuita el ITESM.
El apoyo proporcionado por el Tec es invaluable, pues no sólo le brinda casa, sino también la alimentación. Luis Alberto cuenta con una tarjeta para consumir cuanto desee en la cafetería del Campus Monterrey. El no preocuparse por problemas económicos le permite al deportista concentrarse en sus rutinas para mejorar su técnica de salto, con sesiones de hasta seis horas diarias. Además de la del Tec, tiene otra beca pagada por la firma constructora Eureka, su patrocinador oficial.
Aunque ya se perfila en su horizonte Río de Janeiro 2016, por ahora se concentra en los juegos de aniversario Sainsbury, en Londres, que se celebrarán del viernes 26 al domingo 28 en el Parque Olímpico Reina Elizabeth. Se trata de un torneo auspiciado por la IAAF que forma parte del calendario anual de la prestigiosa Liga Diamante, donde se presentan los mejores atletas del mundo.
Esta es una gran oportunidad para mejorar sus números y llamar la atención de las grandes marcas comerciales que aportan respaldos fabulosos a quienes deciden apoyar.
A la cita de Londres acudirán competidores rusos, alemanes y españoles, protagonistas relevantes en el escenario atlético. Ellos saben que el mexicano es el rival a vencer.
Para Luis Alberto la maduración está por llegar. La experiencia demuestra, dice convencido, que la mejor edad para un competidor en el salto largo está entre los 28 y 32 años, cuando se conjugan fuerza, técnica y experiencia.
Debe mejorar sus registros, pues detrás de él vienen otros atletas mexicanos, como Alberto Álvarez, el segundo mejor saltador del país, quien también hace salto triple y es seguro que muy pronto podrá comenzar a destacar en pruebas internacionales.
Apoyos
Aunque el sistema deportivo del ITESM le aporta lo necesario, ser atleta en México es difícil, sostiene. “Muchas veces no se cuenta con apoyos y eso es la realidad. Lo digo por experiencia, pues he batallado mucho. Si no fuera por mi familia, no estaría haciendo atletismo. Mi papá me ha llevado a los entrenamientos y a veces a las competencias, pagándome el viaje. Estas situaciones a veces impiden el desarrollo de otros buenos atletas”, dice.
Sugiere que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional del Deporte (Conade) “hagan sinergia” y se comuniquen mejor para establecer un plan generalizado a fin de brindar instrucción deportiva a los niños desde el nivel primaria hasta, por lo menos, la educación preparatoria.
La Olimpiada Nacional es, reconoce, un buen aparador donde los jóvenes con talento pueden hacerse notar. Fuera de eso no hay en el país una planeación para que los niños se interesen por una actividad de desarrollo físico o de competencia.
Por su parte, el coach Olivares asegura que en el atletismo mexicano hay figuras, pero son muy escasas, pues el deporte de alto nivel es muy demandante y son muy pocos los deportistas dispuestos a pagar el precio en la búsqueda de la excelencia.
Luis Alberto recibe el apoyo de la beca del fideicomiso Compromiso Integral de México con su Atletas (CIMA), pero le afecta estar alejado de la capital del país, donde se reparten los recursos federales y se encuentran los especialistas, señala el entrenador originario de Monclova, Coahuila.
Para las competencias que se avecinan, afirma el coach, Rivera necesitará todo el apoyo de las autoridades encargadas del deporte nacional para que entrenadores especializados en salto analicen al joven y su técnica.