MÉXICO, D.F. (Proceso).- Justo cuando se discute el proyecto de reforma energética presentado por Enrique Peña Nieto, el cantautor Óscar Chávez regresa al Auditorio Nacional por decimosexto año consecutivo, esta vez para ofrecer su concierto Se vende mi país, título tomado de una canción en la cual el llamado Caifán mayor habla del saqueo del cual México es víctima permanente.
Para el compositor el proyecto legislativo es “peor que una estupidez, es un error”. Y expresa su incertidumbre:
“¿Qué vamos a hacer? Vamos a ser un país fantasma, dedicado todo a la maquila. Todo el país será un tianguis, como esta ciudad (de México). Es lamentable, somos un tianguis, ya somos un país pirata, es impresionante, todo está pirateado, todo. Hay una falta de sentido común, de intereses, de amor, de tantas cosas que están haciendo pedazos a este país.”
En las oficinas de Discos Pentagrama durante una breve entrevista, el también actor de la famosa película Los caifanes, de Juan Ibáñez, relata que compuso la canción Se vende mi país hace ya diez u once años, pero se dio cuenta de su vigencia, “como si la hubiese hecho ayer”, y la retomó para el concierto:
“Es triste y doloroso, pero mientras sea vigente, como otras, la seguiré cantando, es mi manera de opinar.”
–¿En qué contexto la compuso?
–Bueno, este país se está vendiendo hace 400 años o más. No han conseguido venderlo, pero ganas no les faltan, está más que demostrado con todo lo que está pasando, nada más que para venderlo tendríamos que desocuparlo más de 120 millones de habitantes y está difícil que lo consigan.
Se vende mi país y da coraje,
Se vende mi país es un ultraje,
Se vende mi país y sus petróleos
y los santos obispos con sus óleos.
Se vende mi país por todas partes,
Se vende Antropología y Bellas Artes,
Se venden su historia y su destino,
Se vende desde el principio su camino.
Dice no recordar con precisión qué sucedía exactamente cuando escribió esta canción que dura poco más de siete minutos, pero “son cosas que se repiten, la bronca que hay con el petróleo tiene muchos años”:
“La desaparición de los ferrocarriles; el país era célebre porque cosechábamos y consumíamos maíz, ahora lo importamos, ¿no? Alimentos básicos como el maíz, el arroz, tantas cosas y bienes de consumo, estamos importando todo. Las minas ocupadas por las pinchemil compañías extranjeras, ¡es terrible!, chinos, canadienses, estadunidenses, ¡es dramático! ¿Qué nos queda? Y esto no es de ahora, sucede ya desde hace rato esté quien esté en el gobierno. ¿A quién le cree uno? No hay a quién irle desde hace bastantes años.”
Se le pregunta si le gustaría incidir de algún modo con sus canciones en una reflexión. Admite que es difícil que una canción o varias solucionen un problema, aunque pueden ayudar a tomar conciencia porque “claro, son una herramienta muy poderosa para opinar, es lo que pretendo siempre, decir lo que me gusta, lo que no me gusta, lo que amas, lo que detestas, lo que te parece digno de burla, digno de insulto inclusive”.
“Pero los conflictos que tiene el país se solucionan con hechos, con actos, y uno colabora en la medida que se puede como ‘un pobre venadito que habita en la serranía’, como dice la canción.”
Chávez se presenta el 31 de agosto a las 20:00 horas en el Auditorio Nacional, acompañado del Trío Los Morales y diversos artistas invitados, bajo la dirección musical de Rosino Serrano. Interpretará canciones de María Grever, José Gorostiza, Alfonso Esparza Oteo, Roque Dalton, David Haro y Marcial Alejandro, así como temas suyos, además de piezas tradicionales: sones jarochos, música norteña, romántica y política.
Aunque prefirió no dar detalles para no afectar “el elemento sorpresa”.