Las manifestaciones en Guerrero a raíz de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa crecen en número y, en algunos casos, en violencia. Estudiantes, maestros y la sociedad han salido a las calles a gritar su ira contra una administración estatal corrupta, señalada desde todos lados como aliada del crimen organizado. Pero esas protestas no son vistas por los servicios de inteligencia del gobierno federal como el resultado del hartazgo social, sino como un movimiento liderado por las guerrillas del EPR y el ERPI.
CHILPANCINGO, Gro. (Proceso).- La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre dio pie en Guerrero al surgimiento de un movimiento, la Asamblea Nacional Popular (ANP), que ha comenzado a aglutinar a diversas organizaciones radicales, advierten los órganos de seguridad e inteligencia del gobierno federal, los cuales han identificado a los grupos que dan forma a las acciones de protesta y presión.
Un informe de inteligencia federal obtenido por este semanario enlista al menos 11 grupos detrás de las protestas, varios de ellos vinculados con el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).
Según el reporte fechado el miércoles 15, las protestas podrían aumentar su impacto con bloqueos de las principales carreteras de la entidad, de los accesos a Acapulco, Iguala y Chilpancingo y toma de hoteles y centros comerciales en las zonas turísticas de Taxco, Acapulco y Zihuatanejo, así como de los aeropuertos internacionales de estas dos últimas. Además se considera la posible ocupación de bancos, edificios públicos y estaciones de radio en las principales urbes guerrerenses.
La mayoría de estas acciones ya han sido propuestas por la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), encabezada por Reyes Ramón Guerrero, y por la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, de Oaxaca, que ya ha desplazado contingentes a Guerrero y tiene “fuerte vínculos con el EPR”, dice el reporte.
Con ese grupo armado también relaciona al Frente Amplio de Comunidades Marginadas del Estado de Oaxaca, al Frente Único de Lucha para la Reconstrucción de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y al Frente de Izquierda Revolucionaria.
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 1981, ya en circulación)