...Y tuvieron a su ex... y la soltaron

MÉXICO, D.F. (Proceso).- El trabajo había sido exitoso, “limpio”, sin contratiempos. En menos de cinco horas estaba cumplido el objetivo: la detención de Griselda López Pérez en una zona residencial de Culiacán y su traslado a la Procuraduría General de la República (PGR) en el Distrito Federal, bajo el cargo de lavado de dinero para el cártel que codirige su exesposo, El Chapo Guzmán. En el operativo de arresto participaron 200 efectivos de unidades especiales de la Policía Federal, el Ejército y la Marina, coordinados y enviados desde la Ciudad de México. Todo un aparato táctico y logístico, un aparatoso despliegue de fuerza que, al final, sirvió de nada: de manera insólita, la PGR dio marcha atrás y dejó en libertad a la excónyuge de Joaquín El Chapo Guzmán, que la mañana del miércoles 12 había sido detenida en la capital del estado de Sinaloa. Pasado el mediodía, ya en el Distrito Federal, una veintena de efectivos con armas largas irrumpió en la unidad de lavado de dinero de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR y entregó a Griselda López al Ministerio Público federal. La mujer iba esposada, con la cabeza cubierta, dijeron a Proceso testigos de primera mano que pidieron el anonimato. En esos momentos, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, estaba en Culiacán para “evaluar las estrategias de seguridad” del gobierno federal en el estado. La detención de Griselda López no trascendió hasta el mediodía del jueves 13, cuando versiones de prensa reportaban el hecho como un rumor. Pero a esa hora, la exesposa del Chapo ya estaba libre, de regreso a su pueblo, Jesús María, a media hora de Culiacán. No fue sino hasta la noche de ese día cuando la PGR confirmó su detención y posterior liberación bajo “las reservas de ley”, no obstante que era la principal destinataria del operativo en el que se aseguraron seis casas, siete automóviles de lujo, cinco cajas fuertes con joyas y otros bienes relacionados con El Chapo. Era la primera acción en Culiacán contra propiedades vinculadas con el narcotraficante. El operativo había sido planeado especialmente para detener y mantener a su exesposa bajo arraigo por presuntas operaciones financieras relevantes, cuyos montos habrían superado los ingresos que reportó a la Secretaría de Hacienda. El objetivo no era El Chapo, sino ella. Su detención se logró de forma exitosa. Sin un solo disparo y en sigilo. Al margen quedaron los efectivos militares y navales que participan en la Operación Conjunta Culiacán-Navolato-Guamúchil-Mazatlán, incluido el general de brigada Noé Sandoval Alcázar, comandante de la Novena Zona Militar con sede en la capital sinaloense. La noche del martes 11, 200 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal se movilizaron desde la Ciudad de México al servicio del Ministerio Público federal adscrito a la unidad de lavado de dinero. Se dirigieron a Culiacán con una orden del juez Cuarto Federal Penal Especializado en Cateos, Arraigos e Intervenciones de Comunicaciones, incluida en el expediente 232/2010, para catear siete domicilios de cuatro colonias de Culiacán relacionados con El Chapo. Los allanamientos comenzaron a las 6:30 horas del miércoles. Se prolongaron poco más de tres horas. Hacia las 10 de la mañana, un convoy de 27 vehículos del Ejército pasó por la Carretera Internacional hacia el norte del estado. En uno de los cateos, los militares cerraron la circulación del bulevar El Dorado, en el fraccionamiento Las Quintas. La movilización atemorizó a los padres de familia que a esa hora llevaban a sus hijos a las escuelas Senda y Nueva Generación, ubicadas en la misma vialidad. El miedo a un enfrentamiento los obligó a regresar a sus casas. Desde hace años es de conocimiento público que en Las Quintas, la casa señalada con el número 1390 del bulevar El Dorado, esquina con la avenida Sinaloa, es propiedad del Chapo. La prensa local se concentró en esa casa para cubrir el operativo, pero al mismo tiempo, las fuerzas federales cateaban los otros seis domicilios. En todos, bloquearon varias calles alrededor. Las casas se ubican en Cerro de las Siete Gotas, número 752 y Cerro de la Silla 857, ambas en el fraccionamiento Colinas de San Miguel; Eustaquio Buelna 2064 y avenida Álvaro Obregón 1865, en la colonia Tierra Blanca; avenida Presa Don Martín número 715 y bulevar El Dorado 1390, esquina con avenida Sinaloa, estos dos últimos en el fraccionamiento Las Quintas; y Río Elota 350-B, en colonia Guadalupe. Griselda López Pérez fue detenida en la casa de Cerro de las Siete Gotas. El mediodía del miércoles los uniformados la presentaron ante la unidad de lavado de dinero de la SIEDO, en el DF. Ahí pasó la noche. En un boletín emitido la noche del jueves, la PGR confirmó la detención y posterior liberación de López Pérez, a quien también identificó como Karla Pérez Rojo. Pero nunca indicó que fue presentada ante la unidad de lavado de dinero de la Subprocuraduría a cargo de Marisela Morales Ibáñez. También omitió los motivos por los cuales la exesposa del Chapo fue llevada ante el Ministerio Público federal en la Ciudad de México. Mucho menos que, para esa mera presentación, se movilizaron 200 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal desde la capital federal. La PGR justificó así su liberación: “Dentro de las acciones realizadas se presentó a Griselda López Pérez o Karla Pérez Rojo, quien después de rendir su declaración ante el Ministerio Público de la federación se retiró con las reservas de ley”. Además de López Pérez fueron detenidas otras tres personas que hasta el cierre de esta edición, el viernes 14, seguían bajo arresto en la SIEDO. Proceso confirmó en la PGR que ninguna de ellas tiene nexos familiares con Guzmán Loera ni con su exesposa. De las siete viviendas cateadas, seis permanecerán aseguradas por la PGR en tanto se concluyen las investigaciones. En la misma situación se encuentra el resto de los bienes confiscados. En su comunicado, la procuraduría precisó que se trata de menaje de casa, cinco cajas fuertes con diversas joyas, dos CPU de computadora, tres laptops y siete vehículos: un Audi convertible, un Land Rover color blanco, un Mercedes Benz sedán color plata, una camioneta Cayenne GTS blanca, un Land Rover color plata, una camioneta Cadillac Escalade color perla y una Toyota Rav 4. La detención de López Pérez estuvo antecedida por la insistencia de la revista Forbes en colocar al Chapo en un lugar prominente de la delincuencia organizada internacional. Además de incluirlo en la relación de los más ricos del mundo, esta vez lo puso en “el segundo lugar de la lista de los 10 delincuentes más buscados del mundo”, sólo debajo del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden. Recordó que Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares por la captura del narcotraficante y 25 millones de dólares por el responsable de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. También la antecedió abundante información publicada por el periódico Reforma sobre la capacidad de infiltración del Chapo en las Fuerzas Federales de Apoyo de la Policía Federal, a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública que encabeza Genaro García Luna. Además se habló del conocimiento que tiene sobre las investigaciones de la Marina y la SIEDO. Un día después de la liberación de Griselda López Pérez, el mismo diario publicó que en 2001, cuando aún era esposa del capo, fue quien acompañó a Guzmán en su primera etapa como fugitivo, tras escapar del penal “de alta seguridad” de Puente Grande, Jalisco, en enero de ese año. “Expedientes abiertos por la PGR hace casi una década dan cuenta de que por lo menos durante el primer año en que el capo del cártel de Sinaloa vivió a salto de mata, López Pérez estuvo a su lado”, señaló el periódico. Precisó que estuvo por lo menos nueve meses con él en Puebla, según declaró el exlugarteniente del Chapo, Jesús Castro Pantoja, tras ser detenido en noviembre de 2001. Informó asimismo que desde septiembre de ese año, en la PGR existía una orden de localización de la mujer retenida en la SIEDO entre el miércoles y el jueves pasados. También citó a la PGR para decir que en 2002 López Pérez ayudó a su entonces esposo a rentar casas en el Distrito Federal, en las colonias Ampliación Jardines del Pedregal, de la delegación Álvaro Obregón, y en Santa Úrsula Xitla, en Tlalpan. La vereda sentimental López Pérez fue la segunda esposa de Guzmán Loera, con quien procreó cuatro hijos. Uno de ellos, Édgar Guzmán López, de 22 años, fue ultimado el 8 de mayo de 2008 en un centro comercial de Culiacán. Sus asesinos utilizaron bazucas y lanzamisiles. El ataque siguió a la detención de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, quien había sido capturado en enero de ese año por el Ejército. La organización de los hermanos Beltrán Leyva acusó al Chapo de haber entregado a los militares a quien durante años había sido su brazo derecho. La represalia fue parte de la disputa que desde 2004 mantienen El Chapo e Ismael El Mayo Zambada con sus antiguos aliados del cártel de Sinaloa, los hermanos Beltrán Leyva y los Carrillo Fuentes (Edición especial de Proceso número 28. La guerra del narco). Griselda López ha pasado la mayor parte de su vida en Jesús María, pueblo ubicado a 30 minutos de Culiacán. De ese lugar son originarios sus padres, por lo que ahí ha pasado la mayor parte de su vida. Incluso, el capo construyó para ella y sus hijos una residencia separada de la población sólo por la carretera. En Jesús María está también la sepultura de Édgar Guzmán: un mausoleo levantado en una superficie de dos mil metros cuadrados que supera en tamaño a la iglesia local. Édgar fue asesinado junto con su primo Arturo Meza, hijo de Blanca Margarita Cázares Salazar, identificada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como La Emperatriz, y por sus paisanos como La Chiquis. Cázares es señalada también por Estados Unidos como parte de la estructura del cártel sinaloense dedicada al blanqueo de dinero. Durante un recorrido por Jesús María, en marzo del año pasado, los habitantes describieron a este medio cómo es la familia de Griselda López, La Karla, como la llaman varios de los entrevistados: es “sencilla” y “tranquila”, no sólo toma parte de todas las festividades del poblado, sino que también los hace partícipes de sus eventos. Édgar, el hijo mayor, era querido por los lugareños por su trato afable. Un ejemplo: a la ceremonia luctuosa oficiada en su honor acudió todo el pueblo. Al término de la misa, la señora Griselda, en agradecimiento por su solidaridad, ofreció a los presentes un recuerdo: un costalito que contenía un rosario de oro de 24 kilates (Edición especial de Proceso número 24. El México narco). El síndico del pueblo, Juan León, en entrevista telefónica el viernes 14, señala que el Ejército continuamente entra al poblado a realizar cateos. El último fue hace un par de meses. Sin embargo –afirma– en ninguno de ellos se han decomisado viviendas ni ha habido detenciones. –¿La casa de la señora Griselda ha sido cateada? –Ahí no sabría decirle –responde evasivo. Agrega: “Ellos son una familia que ha vivido toda la vida en este pueblo, son muy tranquilos”. –¿Es común que Guzmán Loera acuda a visitarla? –De eso no puedo yo hablarle –responde breve para concluir la entrevista. Jesús María es un pueblo de apenas tres mil habitantes, ubicado en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental, donde comienzan los cultivos de mariguana y amapola en uno de los vértices del Triángulo Dorado del narcotráfico, integrado también por regiones de Durango y Chihuahua. Antes de Griselda López, El Chapo estuvo casado con Alejandrina María Salazar Hernández, con quien contrajo matrimonio en 1997 y tuvo cuatro hijos. El mayor, Archivaldo Iván Guzmán Salazar, El Chapito, fue detenido el 9 de junio de 2005. Estuvo preso en el penal del Altiplano bajo cargos de lavado de dinero y probable participación en el asesinato de la estudiante canadiense Kristen Deyell, en Guadalajara. Quedó en libertad el 11 de abril de 2008 por falta de elementos, según resolvió el magistrado Jesús Guadalupe Luna Altamirano, entonces titular del Tercer Tribunal Unitario del Primer Circuito. En otro intento de la PGR por procesar a una de las parejas del narcotraficante, en junio de 2005 el juez Antonio González García, titular del juzgado octavo de Distrito, negó a la Procuraduría las órdenes de aprehensión por lavado de dinero contra Alejandrina María Salazar y algunos de sus familiares, entre ellos su hermana Imelda. Ese mismo mes, la sobrina de Alejandrina, Claudia Adriana Elenes Salazar, quien estuvo presa en el penal de Santa Martha Acatitla, fue exonerada por el mismo Tercer Tribunal Unitario del cargo de lavado de dinero. El propio magistrado Luna Altamirano determinó en esa ocasión que “la PGR no aportó elementos de prueba para considerar, ni siquiera de manera indiciaria, que una cuenta bancaria a nombre de la inculpada hubiera sido manejada con recursos de procedencia ilícita”, por lo que ordenó que se revirtiera el fallo del juez de primera instancia que sometió a proceso a la mujer. Otra pareja de Guzmán Loera fue Zulema Hernández, con quien se relacionó mientras estuvo preso en el penal de Puente Grande. Con ella no tuvo descendencia, pero sí una fuerte relación sentimental que ella misma narró a Julio Scherer García en una entrevista publicada por el fundador de Proceso en su libro Máxima seguridad. Almoloya y Puente Grande. Las siguientes son sólo dos líneas de una infinidad de cartas que le escribió el capo: “Cariño, en estos días mi único consuelo es pensar y pensar mucho en ti y en lo que un día espero sea mi vida a tu lado. JGL”. Zulema quedó en libertad el 6 de junio de 2006, pero el 27 de diciembre de 2008 fue encontrada sin vida en la cajuela de un automóvil abandonado en Ecatepec, estado de México. Su cuerpo estaba marcado con la letra Z. En julio de 2007 El Chapo se casó con Emma Coronel Aispuro en La Angostura, localidad del municipio de Canelas, Durango, donde habitan Blanca Estela Aispuro Aispuro e Inés Coronel Barrera, padres de Emma. Dos días después de la boda, el Ejército cateó varias casas de la comunidad, pero no hubo decomisos ni detenidos (Proceso 1609). Los militares no han regresado al lugar. Reportaje publicado originalmente en la edición 1750 de la revista Proceso y posteriormente en la Edición Especial número 36 de este semanario.

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