"La casa de los espíritus", con Maya Zapata

viernes, 28 de marzo de 2014 · 08:20
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La actriz Maya Zapata vio en Chile la obra teatral La casa de los espíritus (adaptación de la famosa novela homónima de Isabel Allende por la estadunidense Caridad Svich) y tardó cuatro años en montarla para México. “Es un proyecto que tiene mucho que ver conmigo porque me interesaba narrar una historia que respondiera a interrogantes mías, a nivel personal, y La casa de los espíritus contiene eso. La puesta en escena me indujo a traerla al país, me incitó a mostrar personajes desde mi lado, desde mi forma. Evidentemente nunca pensé dirigir la pieza, no me siento capacitada para ello; pero anhelaba contar cosas más cercanas a mí y como yo quiero hacerlo”,  recuenta a Proceso Zapata, nacida el 30 de noviembre de 1981, una de las artistas jóvenes con mayor experiencia del ámbito cinematográfico nacional a través de más de 30 filmes en su haber. Logró conseguir los derechos del texto dramático y regresó a México. Enseguida, se unió a la aventura su amiga la también actriz Johanna Murillo, ambas buscaron el apoyo del estímulo fiscal Efiteatro, “y nos lo dieron”. A partir de ahí “hemos tratado de buscar a la gente correcta”, refiere la atractiva protagonista de De la calle, de Gerardo Tort. Con once actores en el escenario, contando a Zapata y Murillo, más los que están tras el proyecto, dirigido por Artús Chávez,  La casa de los espíritus se estrena el 28 de marzo en el Teatro López Tarso (avenida Revolución 1733, San Ángel) y finaliza temporada el 25 de mayo. También actúan Tomás Rojas, Sonia Franco, Pilar Ixquic Mata, Daniela Schmidt, Avelina Correa, Hamlet Ramírez, Guillermo Villegas, Marcos García y Amelia Zapata (mamá de Maya Zapata). Esta obra ha sido presentada con éxito en Washington, Nueva York, Denver, y en el país natal de Salvador Allende. Se narra la historia de la familia Trueba a lo largo de tres generaciones. Se ubica en diversos hechos históricos de un país sin nombre, pero que sin duda alude al Chile natal de la escritora durante la segunda mitad del siglo XX, con la caída del presidente Allende, el gobierno militar, las torturas y los abusos. Maya Zapata se refiere a todos los miembros del proyecto (que también Ficrea, una instancia privada, apoya financieramente): “Para nosotros era importante que cada persona que se sumara, lo hiciera desde el corazón con una entrega absoluta. Aquí la única ambición con La casa de los espíritus es contar una historia genuina, que tenga realmente que ver con las preguntas que nos hacemos todos los seres humanos.” Enumera: “¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿por qué me duelen las cosas que me duelen? y ¿por qué no puedo efectuar las cosas que quiero hacer? La gente que se ha involucrado en el proyecto tiene mucho que ver con eso, además, de que participan con el corazón y el alma”. Intervienen los productores Ana Bracho y Claudio Sodi. Según la conductora del programa Primer acto de Canal 22, el proyecto costaba alrededor de 4 millones de pesos (“y la neta que lo supimos hacer con bastante menos dinero, pero no con menos dignidad, eso es muy importante: apelar a nuestro talento y la creatividad, no a la cantidad de dinero que invirtamos arriba del escenario, porque quién sabe si lo recuperemos, al final no sé cuánto esté costando, creo que no más de 2 millones”). –¿En México sería esta identificación con la violencia de la cual se habla en La casa de los espíritus? –Probablemente. Nosotros no tuvimos esa dictadura abierta, lo de nosotros fue otro tipo de dictadura: “la dictadura perfecta” como la llamó Vargas Llosa. Hubo desaparecidos, torturados y aún existe eso; pero todo pasa por debajo del agua, lo cual es mucho más duro. El origen de la violencia son las diferencias políticas, las cuales nacen a partir de las diferencias socioculturales. La diferencia de clases genera muchos odios. “Nuestro país sufre esos odios albergados por generaciones y generaciones. Es un pueblo indignado, dolido, humillado, que un día decidió no serlo más y mejor adquirió el poder y la mejor manera que encontraron fue a través de la violencia, las armas y las drogas, a pesar de que muchas veces también destruyen sus propias células culturales y eso resulta muy duro; pero nace todo de ahí, del odio de los oprimidos sobre los que tienen más. La obra habla del origen de todo eso.” Daniela Schmidt detalla que ante todo el drama que implica La casa de los espíritus, por ser una historia de una familia llena de venganzas, dolores, abusos y reconciliaciones, “el montaje está lleno de un humor muy particular que le ha impreso el director; entonces, al final del día vamos a tener una experiencia llena de  comedia,  humor  y  música,  para  que entre de manera más amable el drama en nosotros, y nos podamos identificar con una sonrisa”. A su vez, el director Artús Chávez subraya que el texto de Caridad Svich se respetó en un 95%: “Le pedimos autorización para adecuar el lenguaje a México porque ella utiliza modismos de otros países que creímos que aquí no se iban a entender, y también le pedimos permiso para modificar una parte donde sólo hay canciones y nosotros se las quitamos.” “El humor que se incluye es parte del texto de ella”, concluye.

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