MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Pocas veces tenemos la oportunidad de ver fábulas tan conmovedoras y con una problemática social como esta cinta de la estadunidense Clio Barnard, El gigante egoísta (2013), inspirada en la obra homónima de Oscar Wilde.
Tras el éxito de su documental The Arbor (2010) --el cual retrata la vida y el legado de la dramaturga británica Andrea Dunbar--, la cineasta Barnard regresa a la pantalla grande con su primer largometraje de ficción, ganador del premio Label Europa Cinemas en el Festival de Cine de Cannes 2013.
Narra la historia de dos niños que luego de ser expulsados de su colegio por una pelea, deciden darle un giro a sus vidas vendiendo fierro viejo a un hombre que es dueño de un deshuesadero.
La extraordinaria dirección actoral recuerda a la de los hermanos belgas Dardenne en Le gamin au vélo (El niño de la bicicleta), donde se cuenta la historia de un niño abandonado por su padre.
La realizadora guía con inteligencia al debutante intérprete Conner Chapman para crear un entorno oscuro, que muestre la situación que aqueja a muchos niños marginados de la clase baja inglesa, y lo convierte en un referente universal.
La cinta con tonos grises apoya a la trama gracias a que el clima lluvioso inglés toca las fibras más delicadas de una generación de niños olvidados por un sistema disfuncional. De igual forma, expone la ruptura de una sociedad que sataniza sus acciones, sin darse cuenta de que ella misma las provoca. Terminan hundidos en diferentes problemas que los pueden llevar a cometer crímenes catastróficos, haciéndoles creer que son una escoria social, cuando en realidad se trata de infantes con cualidades extraordinarias y una tremenda fuerza en su interior que desafortunadamente no logra ser explotada para su beneficio.
Las problemáticas que aquejan a los protagonistas conforme avanza la película nos exhibe la delgada línea entre la intención de ayudar o aprovecharse de una situación. Este pesimismo se consigue reflejar con detalle en los escenarios bien logrados de Huddersfield (parte oeste de Yorkshire) en Inglaterra.
Una cinta que pone a prueba la importancia de la amistad y la inocencia con la que los niños crecen nos lleva a la máxima tensión que aumenta hasta sucumbir en una catarsis.
Las taquillas de la Cineteca Nacional han sido abarrotadas desde muy temprano ya que se está manejando el sistema de preventa. Las entradas que ya están agotadas en todos los días que quedan de la Muestra son Nymphomaniac (2013) de Lars von Trier, The Grand Hotel Budapest (2013) de Wes Anderson, y Se levanta el viento (2013) de Hayao Miyazaki. No hay que perder esperanzas, ya que existe una cantidad de boletos que se liberan el mismo día de la función.
Era previsible esta recepción dada la larga trayectoria de los directores. Sin embargo, se dice que la publicidad de boca en boca es de lo más efectivo. Sin duda… No hay que dejar pasar la oportunidad de ver un filme como El gigante egoísta, pues no es una mera traslación a la pantalla del magistral cuento de Wilde, sino que la directora va más allá: nos lleva con dramatismo a una realidad actual donde la pérdida de la infancia desvía su camino hacia consecuencias desastrosas.
No te la puedes perder del 17 al 22 de abril.