Nava, el mejor alumno de Madero

miércoles, 9 de abril de 2014 · 23:19
SAN LUIS POTOSÍ, S.L.P. (proceso.com.mx).- Entre la mañana del sábado 5 y la noche del lunes 7, el Centenario del nacimiento del doctor Salvador Nava Martínez, se convirtió en el acontecimiento político más importante de la entidad. En el patio de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), se congregaron historiadores, cineastas, excolaboradores, periodistas, investigadores y politólogos. Habló Conchita Calvillo viuda de Nava: “Qué satisfactorio hubiera sido que, a 22 años de la partida del doctor, nos reuniéramos el día de hoy con el reporte de ‘Misión cumplida’. Aunque esto desafortunadamente no sea, nos sigue uniendo un ideal común, propio de todo ser humano: todos deseamos libertad, deseamos justicia, que se nos considere dignos de disfrutar de estos atributos…”. Frente a ella, el público de navistas, las mujeres que hicieron sonar sus cacerolas en la Plaza de Armas, sus hijos y sus nietos, formaron lo que la viuda de Nava llamó “los inconformes”, ésos que, como el doctor, “son los que en realidad hacen historia y son los actores principales de los movimientos sociales”. Libertad, justicia y democracia son tres conceptos que dejan mucho que desear en el país de hoy, lamentó Conchita. Pero las convicciones y la resistencia de los inconformes, recordó, “han sido un ejemplo para la república entera”. En el patio de la UASLP se vivía una especie de fiesta. El centenario del doctor Nava motivó reencuentros, citas pactadas y cumplidas, reuniones familiares, el asomo de jóvenes estudiantes y el activismo sobreviviente del movimiento YoSoy132 en esta entidad que repartía volantes contra iniciativas legislativas del PAN para regular las manifestaciones y protestas públicas. También fue oportunidad para desplegar la manta del Frente Auténtico Opositor a la Minera San Xavier y su operación ilegal devastando la ecología y saqueando las reservas acuíferas locales. Igualmente fue ocasión para repartir hojitas con la fotografía del exdirigente del PRI en el Distrito Federal, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, señalado como presunto operador de una red de prostitución con dinero público y desde la sede de su partido. Todo cupo ese día. Las cartas. Hubo en este foro la oportunidad de leer dos mensajes enviados a la familia Nava. Uno por la escritora Elena Poniatowska y otro por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Felipe, hijo de Poniatowska leyó el mensaje. La escritora reconoció la participación de Conchita Nava durante los trabajos de intermediación entre el gobierno y la guerrilla zapatista donde “sorprendió a todos por su entereza”. Destacó que todavía hace tres años, la viuda de Nava salió públicamente a protestar por la inseguridad imperante en su estado y la calificó de “la mujer extraordinaria que el doctor Salvador Nava amó como amaba a su patria”. Luego se refirió a La Marcha de la Dignidad que encabezó el doctor Nava para exigir la renuncia del gobernador Fausto Zapata. “Nos recuerda las gestas heroicas que aún son posibles en este país”, escribió. “Luchadores sociales de la grandeza del doctor Salvador Nava son pruebas fehacientes de que nuestro país, un gran país, todavía puede salvarse”, concluyó. En el mensaje de López Obrador, leído por Manuel Nava Calvillo, el excandidato presidencial consideró al doctor Nava como “el mejor alumno de Francisco I. Madero, el demócrata más auténtico de México”. El dirigente de Morena recordó que cuando le tocó convivir con Nava “constaté su calidad moral, el respeto por la gente y su apego a ideales y principios…”. López Obrador consideró también que en estos tiempos “de falta de memoria, de democracia, de honestidad y justicia” recordar a Salvador Nava Martínez “es una entrañable misión de libertad y un motivo para continuar luchando por la transformación del país”. Las voces Luis y Concha Lupe Nava Calvillo, dos de los hijos el doctor, leyeron biografías muy personales, surgidas del ámbito familiar en el que el doctor fue un hombre que creía en el trabajo como la única manera de tener una vida digna, y que salió a las calles de San Luis a luchar por la recuperación de la dignidad de la persona, el municipio libre y el respeto a la voluntad ciudadana, dejando tras su muerte numerosos grupos civiles, unos 60 frentes cívicos diseminados por todo el país. Luchas de las que habría que preguntarse qué pasa hoy, dijo Luis Nava Calvillo. Ya en la mesa, los periodistas Carmen Aristegui y Hermann Bellinghausen, el cineasta Carlos Mendoza (fundador del canal 6 de julio), el monero Antonio Helguera, la representante del Frente Cívico Sinaloense Mercedes Murillo y el sociólogo Roberto Bezdek hablaron de lo que significa la ausencia del doctor Nava. Aristegui leyó un texto publicado en la víspera en el diario Reforma, en el que destacó cómo el nombre del político potosino “se convirtió en sinónimo de decencia, estatura moral y sentido organizativo de la fuerza ciudadana” contra los cacicazgos, el autoritarismo practicado por el PRI y los fraudes electorales. “Cuánta falta le hacen al México de hoy, figuras como la del doctor Salvador Nava”, concluiría Aristegui. Hermann Bellinghausen atribuyó al navismo un efecto bastante inesperado: el levantamiento del Zapatismo en Chiapas en 1994. Palabras clave en el entorno del navismo, destacó, son democracia y ciudadanos. “y es una desgracia que sea la excepción, que estemos en el año en el que estamos y sigamos necesitados de uno, dos, tres Salvadores Nava”. Roberto Blezdek llamó a Conchita Calvillo “mi mamá mexicana”, y habló de los episodios del navismo que se adentró a estudiar y a documentar a partir de 1971. “Después de tanto fraude uno se siente un poquito desesperanzado. Y entonces vale acordarse del doctor Nava”, expresó Helguera. El cineasta Carlos Mendoza calificó a Nava como un auténtico líder radical, muy lejos de la figura de un demócrata moderado, gracias a la tenacidad de su resistencia y a los inobjetables y contundentes triunfos conseguidos en distintos episodios electorales. Mercedes Murillo se presentó como una heredera del navismo, sobreviviente en Sinaloa a través del Frente Cívico que, dijo, sigue siendo la voz de la democracia y la justicia en esa entidad. “Somos hijos del Frente Cívico Potosino –dijo- y venimos a dar las gracias al doctor Nava por advertirnos que no debemos bajar la guardia ante nuestros gobernantes, y por quitarnos el miedo y la apatía. ¡Viva Nava!”. En la segunda mesa, el diálogo fue entablado entre Miguel Álvarez Gándara, quien fuera secretario del obispo emérito Samuel Ruiz en Chiapas; el periodista Alejandro Caballero, editor de proceso.com; el exdiputado federal Jesús González Schmall; el historiador Enrique Krauze; el investigador Carlos Martínez Assad y el navista potosino Eduardo Martínez Benavente. Álvarez Gándara propuso ver al navismo como el referente hacia adelante, no para atrás, ante el enorme reto actual de articular todos los movimientos y organizaciones sociales a nivel nacional. “Hacen falta en sentido estricto más movimientos ciudadanos que tengan como eje central de su agenda el fortalecimiento de la democracia, porque el régimen autoritario está vigente; la alternancia no lo eliminó, sino al contrario”, dijo. Este régimen inhibe la dinámica social en lugar de impulsarla, por lo que es oportuno reencontrar a Salvador Nava, renovar los bríos ciudadanos, pues aunque el régimen no se ha movido, la sociedad sí, por lo que el navismo debe ser no un referente histórico para aprender, sino para continuarlo, señaló. Alejandro Caballero, autor del libro “Salvador Nava, las últimas batallas”, festinó que se organizara este homenaje al doctor Nava para “que no se nos olvide que en este país han existido hombres probos, honorables y movimientos históricamente ciudadanos como el navismo”. Para González Schmall, la cátedra de dignidad democrática de Nava sigue vigente, términos similares a los empleados por Enrique Krauze, quien narró algunos de los episodios que le tocó vivir junto al médico, a quien acompañó y asesoró en algunos momentos de su lucha. “Nava era un líder cívico, básicamente un ciudadano, no de derecha ni de izquierda, lleno de virtudes cívicas: probidad, vocación social, atención a la gente más pobre. México necesita estas virtudes ciudadanas y vivir en la pluralidad de las opiniones”, sugirió Krauze. Para Carlos Martínez Assad, el municipio estuvo en el centro de la lucha política del doctor Nava, en sus afanes anticentralistas articulados por la ciudadanización, además de que le apostó también a los partidos regionales. Finalmente, Eduardo Martínez Benavente, lamentó el desconocimiento que la mayoría de los jóvenes potosinos tienen sobre la vida y obra de Nava, a quien definió como un socialdemócrata, pacifista, apartidista y posiblemente agnóstico, que rechazó recurrir a la opción violenta en 1991, ante el fraude que llevó a Fausto Zapata a la gubernatura, que dejaría dos semanas después. Al finalizar la segunda mesa, el escenario cambió. De la universidad potosina, el homenaje se trasladó al Centro Cultural de esta capital, la antigua cárcel potosina, con todo el simbolismo que ello entraña. En esa expenitenciaria, donde se habilitaron tres de sus salas de exposiciones para la muestra fotográfica conmemorativa del Centenario del doctor Nava, estuvo preso el doctor Nava y también, Francisco I. Madero. Ya en la noche del lunes 7, día del nacimiento de Nava, se organizó otro festejo. El monumento a Salvador Nava Martínez ubicado en las avenidas Reforma y Uresti –la Plaza de la Democracia- fue rodeado de personas convocadas por Acción Ciudadana y el Frente Cívico Potosino . Alli, la navista Carmen Guerrero, consideró que el movimiento navista se extravió en el camino y cayó en la desilusión. Es necesario resurgir, las condiciones están dadas, no se puede dejar morir el legado del doctor Nava, fue la coincidencia de quienes hicieron uso de la palabra, entre ellos, el exalcalde potosino, Guillermo Pizutto y Manuel Nava, hijo del doctor.

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