El sábado 10 de mayo, 15 meses después de nacido, el movimiento armado de las autodefensas de Michoacán, que despertó simpatías dentro y fuera del estado, desapareció formalmente y se convirtió en un remedo de corporación policiaca bajo la conducción del gobierno. Su iniciador y vocero intermitente, José Manuel Mireles, fue destituido y quedó fuera del proyecto del comisionado Alfredo Castillo y de su excompañero Estanislao Beltrán. Éste afirma que los grupos se están depurando y podrán actuar sin esconderse, en tanto que el gobierno sigue vanagloriándose de detenciones y decomisos. Lo resume así el activista Francisco Jiménez Pablo: “las corporaciones policiacas y militares están corrompidas, en tanto que las autodefensas están partidas”.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Tras 15 meses de multiplicarse y avanzar en territorios que dominaban Los Caballeros Templarios, el sábado 10 las autodefensas michoacanas desaparecieron oficialmente y por orden del gobierno federal se transformaron en fuerzas rurales a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
Así se cumplió la sentencia que el líder de uno de esos grupos y exvocero de todos ellos, el doctor José Manuel Mireles, lanzó días antes de su destitución: que el movimiento ciudadano que ganó más simpatías en el país en los últimos años al combatir al crimen organizado, sería suprimido por considerarlo una amenaza para el gobierno de Enrique Peña Nieto.
No obstante, para el nuevo vocero de las fuerzas rurales, Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, este cambio benefició al movimiento en su afán de limpiar a Michoacán del crimen organizado, porque lo depurará de la gente que buscaba su propio beneficio y le permitirá actuar libremente y con las armas en la mano para recobrar la paz en la entidad.
Beltrán confía que con la transformación de los grupos de autodefensa en defensas rurales se avance en la pacificación del estado, se evite el surgimiento de organizaciones paramilitares como las colombianas y se acabe con el crimen organizado, que fue el objetivo inicial del movimiento.
Pero apenas desaparecieron las autodefensas y salieron a la calle con uniforme de defensas rurales, la violencia asomó una vez más.
(Fragmento del reportaje principal que se publica en Proceso 1959, ya en circulación)