MÉXICO, D.F. (apro-cimac).- En agosto del 2000 el Congreso de Guanajuato aprobó una iniciativa que eliminó del Código Penal la causal de violación para interrumpir un embarazo, lo que desató la indignación de las mujeres que se organizaron para impedir la entrada en vigor de esa reforma.
Así nacieron Las Libres, una agrupación de mujeres convencidas de que “costara lo que costara” alguien tenía que reclamar los de por sí pocos derechos que tenían las guanajuatenses, y librar la batalla por ampliar ese marco de garantías.
El documental Las libres… la historia después de –del cineasta colombiano Gustavo Montaña y proyectado ayer en el Museo Memoria y Tolerancia en esta capital– narra la historia de cómo esta organización civil convirtió esa indignación social en éxitos, acompañamiento y empoderamiento de las mujeres.
Afortunadamente –y como logro de las movilizaciones de las guanajuatenses y de mujeres organizadas en todo el país–, en septiembre de ese mismo año el entonces gobernador interino Ramón Martín Huerta vetó las reformas al Código Penal. Un triunfo en buena parte de Las Libres.
Pero la historia de conservadurismo y contraria a los derechos femeninos no acabó ahí. En 2009, el Congreso de Guanajuato reformó la Constitución estatal para “proteger la vida desde la concepción-fecundación”, con lo que se abrió paso a una criminalización de las mujeres por abortar.
La reforma formó parte de la andanada de la Iglesia católica –en alianza con PAN y PRI–, para impedir que en las entidades se impulsara la despenalización del aborto, tal y como ocurrió en la Ciudad de México en 2007.
Denuncia
En el documental participan Susana Dueñas, Yolanda Martínez, Ana Rosa Padrón, Virginia Cruz y Adriana Manzanares, cuatro de las nueve mujeres de escasos recursos que fueron criminalizadas por abortar, incluso cuando ellas desconocían que el procedimiento o la interrupción del embarazo ocurrió de manera espontánea. Contra todas ellas se cometió una serie de violaciones al debido proceso.
Son mujeres que fueron condenadas hasta a 50 años de prisión por el delito de “homicidio en razón de parentesco”, pero que ahora están libres gracias a que la organización que encabeza Verónica Cruz Sánchez las defendió legalmente.
El documental –que actualmente participa en diversos concursos a escala internacional– se nutre con entrevistas a expertas, activistas y abogados que ayudaron a litigar los casos, como la doctora en derecho e investigadora de la UNAM Lourdes Enríquez, y el profesor-investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), José Antonio Caballero Juárez.
También se presenta un retrato de luchas similares que enfrentan activistas en Estados Unidos y Argentina para conquistar el derecho al aborto seguro. Entre esas voces están la de Erika Guevara Rosas, integrante de Amnistía Internacional, y feministas del grupo Las Rojas.
Al finalizar la proyección, Verónica Cruz manifestó su confianza de que al estado de Guerrero llegue la denuncia de cómo las leyes y el sistema de justicia penal se ensañan con las mujeres pobres que buscan ejercer su derecho al aborto.
Guerrero tiene en estos momentos la posibilidad histórica de generar mejores condiciones para la salud y vida de las mujeres si es que se aprueba una reforma para despenalizar el aborto hasta las 12 semanas de gestación, al igual como ocurre ahora en la capital del país.
Cruz Sánchez compartió con el público que “en 14 años pasamos de ser consideradas unas ‘viejas locas que se la pasan gritando’, a una organización seria y reconocida en Guanajuato y en la que muchas veces las mujeres confían más que en las propias autoridades”.
Al resaltar que el documental fue parte de una iniciativa propia y que no se buscó el financiamiento estatal o de organizaciones para su realización, recordó que las integrantes de la organización “son libres porque hacemos lo que queremos y apoyamos a las mujeres de manera voluntaria, sin presiones gubernamentales o de algún otro tipo”.
Las libres… la historia después de se proyectará el miércoles 28 en la Universidad de Querétaro; el 4 de junio en la Cineteca Nacional, y al día siguiente en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.