"Los monólogos de la vagina" a Broadway en español

viernes, 23 de mayo de 2014 · 22:42
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Esta obra, que ha tenido un éxito enorme en todo el mundo, fue estrenada en 1999 en Broadway, pero no ha sido puesta en español ni en temporada abierta. A partir de este domingo 18 se presentará en el Westside Theatre de la Calle 43 de Manhattan, bajo la dirección de Jaime Matarredona, quien explica paso a paso cómo se alcanzó este hecho histórico en el que los productores son Morris Gilbert y Federico González Compeán, y las actrices Kate del Castillo y Angélica Vale.

Es un hecho histórico para el teatro mexicano el estreno en Nueva York de Los monólogos de la vagina, dirigida por el jalisciense Jaime Matarredona, porque se convierte en la primera obra en español en temporada abierta en Broadway.

Las funciones de la pieza escrita por la estadunidense Eve Ensler y producida por los también mexicanos Morris Gilbert y Federico González Compeán, iniciaron el pasado 6 de mayo en el Westside Theatre, el mismo espacio en el cual se dio a conocer esta misma obra pero en inglés en 1999 y que permaneciera en temporada hasta 2003, con 1,381 representaciones.

La versión en castellano tendrá su estreno oficial el domingo 18 de mayo con las actrices Kate del Castillo, Angélica María (quien sustituye a la primera actriz puertorriqueña Miriam Colón) y Angélica Vale, quienes a partir del 1º. de junio serán remplazadas por otras artistas latinoamericanas. Con funciones de martes a domingo.

Desde Nueva York, Matarredona (nacido el 25 de julio de 1970 en Guadalajara) explica vía telefónica que ya hubo obras teatrales en español pero con funciones muy específicas, “nunca con temporada abierta”. Explica satisfecho:

“Es decir, vamos a permanecer hasta que el público quiera, por lo pronto ya estamos vendiendo boletos hasta principios de septiembre próximo. Así que perduraremos si le gusta a la gente.”

A decir suyo, existe una compañía llamada Repertorio Español que con frecuencia produce montajes para el hispano, pero no en el circuito Broadway, sino es lugares más lejos del centro. Recuerda que en Broadway estuvo la obra Latinólogos, en la que el año pasado actuó Eugenio Derbez, pero era en inglés y español.

-¿Cómo logran ir a Nueva York y con temporada abierta?

–El riesgo económicamente es fuerte. Aquí todo cuesta diez veces más que en México. Para crear aquí teatro a este nivel se debe contar con una oficina que se encargue de toda la producción y la administración, es una oficina de General Management. Tuvimos la suerte que una se interesó por el proyecto, la cual ha hecho musicales de gran formato, como La tiendita del horror, I love your perfec, Now change y Love letters, en fin. Efectúa todas las negociaciones con las agencias, los sindicatos, las empresas de producción, etcétera. Iniciamos con esta oficina hace un poco menos de un año. Empezó a buscar un teatro. Nosotros averiguábamos un teatro del circuito y vimos varias opciones, unos son muy caros, otros están ocupados y otros no se interesan por proyectos en español.

“Aquí los dueños de los teatros tienen mucho poder sobre las producciones que se muestran. No llegas y les dices que quieres rentar su teatro y que él se desentienda… ¡No!, el dueño quiere conocer cómo es tu propuesta escénica, cuál es tu presupuesto y cómo te vas a anunciar, en fin. Entonces, se debe convencer al que tiene el lugar, y el del Westside, para 250 personas, mostró interés desde el primer día, pero todavía nos tardamos un rato en acabar de enamorarlo. También coincidió que tuvo un espacio. Nos confirmó en marzo pasado.”

–Además de ser más caro levantar allá una producción, ¿existen muchas reglas?

–Cuesta más dinero porque todo está súper profesionalizado y sí hay muchas reglas de los sindicatos. Hay que contratar mucho personal para elaborar una cosa. No es que uno sólo pueda colocar las luces o el audio, todo debe estar bien armado con un equipo de producción muy grande para poder fabricar todo muy rápido. Lo hicimos con velocidad porque si no también se vuelve incosteable poseer a tanta gente en tiempo de preproducción sin que haya ingresos de taquilla.

–En Nueva York la publicidad no es fácil, ¿qué hicieron?

–Es muy distinto a México. También debes de confeccionarla a través de una agencia que se encarga concretamente de la publicidad. Contratamos tres agencias, una de mercadotecnia, que vio la publicidad de Forever tango que estuvo en temporada en mucho tiempo, pero era un espectáculo de tango, no una obra. Otra empresa se dedica concretamente a la prensa y la difusión en el lado hispano. Y la tercera compañía a la prensa y la difusión en inglés, porque finalmente nos encontramos en un teatro muy reconocido y cuenta con su público cautivo, y hay que llegarles en general a los aficionados del teatro.

El joven Matarredona también dirigió Defendiendo al cavernícola, Adorables enemigas, Lluvia implacable, Peter Pan, el musical, Die Feen de Wagner, y Le nozze di figaro & cosi fan tutte de Mozart para niños.

Además fue el supervisor de producción en México para Wicked, Mary Poppins, Los miserables, El fantasma de la ópera, Rent, Chorusline y Mamma mia, entre otros proyectos.

–¿Qué significa para usted que esta pieza que dirige sea la primera obra mexicana que tenga temporada allá y la primera en español que abarca un lapso largo de funciones?

–La idea, con esta propuesta mexicana y diseño de producción mexicano, es acercarnos a toda la comunidad hispana, es decir, ahora arrancamos con tres actrices mexicanas, aunque ya intervino una artista puertorriqueña, pero los elencos que siguen lo integrarán dominicanas, panameñas, argentinas, españolas, etcétera.

“Para mí es un sueño hecho realidad. El hecho de trabajar en Nueva York, la meca del teatro, es sensacional, no lo acaba uno de creer. Me ha tocado mucho venir aquí, a Nueva York, para estudiar las obras que luego llevamos a México, pero nunca había montado una obra acá y es otra cosa.”

–Seguirán la misma fórmula que en México de alternar actrices, ¿cuál es el reto de esta versión en Broadway?

–El primer reto que enfrentamos desde el punto de vista artístico, fue realizar una adaptación del libreto que tuviera que ver con el español que la gente habla aquí, porque es diferente, luego usan muchos pochismos y hay palabras que no significan lo mismo. La adaptación de México tienen muchos modismos mexicanos, y todos esos los modificamos acá. El segundo ciclo fue estar en contacto con la gente de producción que aquí habla español para que también revisara el libreto y qué palabras no les eran familiares, y la tercera etapa fue durante el proceso de ensayos, donde afinamos el lenguaje. Por ejemplo, la actriz puertorriqueña, Colón, de repente preguntó: “¿Qué es enmarañado?”, y le expliqué: “Algo que está como enredado”, y resaltó: “Eso no lo entiendo”. Y cambiábamos la palabra.

Según él, la recepción del público ha sido impresionante en las funciones que se han ofrecido de Los monólogos…:

“Las personas han sido muy generosas, mucho más de lo que yo esperaba. La gente disfruta Los monólogos… a rabiar. Aplauden, gritan y ríen a carcajadas… Hemos tenido ciertos momentos a la mitad de la obra en los que el público extiende comentarios en voz fuerte. Se siente que para la gente es un acontecimiento importante, está durando la obra como quince minutos más de lo que dura en México. Asisten personas de todas las nacionalidades.

“Se agregó una sección en la obra sobre los diferente nombres que le dan a la vagina. Suena a diversión, pero fue una tremenda investigación de cómo se le dice en los países hispanos. Ahí, el público se ríe por secciones, se detecta dónde están los colombianos o los dominicanos o los cubanos, y así. Hay funciones en las que se observa que hay más de una nacionalidad que de otra.”

Asegura que es una coincidencia que la versión en español de Los monólogos … se muestre en el Westside, donde se estrenó la versión en inglés.

Enfatiza que en Nueva York existe “un gran respeto” por los directores:

“Lo que uno dice es ley y tratan de realizar todo lo que pueden para que las cosas sucedan como uno espera, y eso profesionalmente ha sido muy satisfactorio.”

–¿La autora, Eve Ensler, apoyó la versión en español en Nueva York?

–Sí, siempre hemos tenido mucho contacto. Ella fue quien nos dio los derechos, y su primera intención era dirigirse al público latino. Como se sabe es una activista que lucha mucho por los derechos de las mujeres y por erradicar la violencia contra la mujer, por lo que deseaba dirigirse a las mujeres latinas. Aquí hay muchas familias de países latinos, donde el papá sale a trabajar y lidia con el inglés, pero los demás miembros se quedan en su casa, sobre todo las esposas, por ello muchas mujeres no aprenden el idioma. Entonces a la dramaturga le interesaba mucho que su obra fuera en español, y por eso estamos aquí también, ella misma insistió con esto.

“Le expusimos que íbamos a buscar una adaptación más general, por ejemplo quitamos una parte muy de México, un pequeño monólogo sobre las muertas en Ciudad Juárez, y laboramos un tema más general para denunciar la violencia contra las mujeres. Además, Eve Ensler creó su fundación V-day que busca combatir la violencia doméstica y el femenicidio, y un porcentaje de los boletos de esta versión en Nueva York se va como donativo directo para su organización.”

–¿Por qué quitar lo de las muertas de Ciudad Juárez cuando muchas personalidades de Estados Unidos han participado en protesta por esos asesinatos, como Jane Fonda, quien vino a México a exigir justicia?

–Bueno, esa denuncia la realizamos en la obra en México, la cual lleva catorce años presentándose y no se interrumpen las funciones allá en la capital, pero finalmente esto pasa en México y no nos callamos porque sigue el problema, pero en Nueva York se señalan otras problemáticas, con otro tenor. Se habla de tópicos internacionales, y lo más triste es que la obra es muy vigente.

Remata con un tono de angustia y enojo:

“Lo único que hay que actualizar en el texto son las estadísticas. La problemática se agrava cada vez más. La verdad es que todavía hay mucho camino en ese sentido.”

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