MÉXICO, D.F. (apro).- El Águila se posó en el Ángel y en una Copa de Fayuca. De nuevo, ríos humanos avanzan hacia el Ángel de la Independencia después de las cinco de la tarde. México le ganó 3-1 a Croacia y pasó a octavos de final del Mundial de Brasil.
Jóvenes, relajientos, oficinistas con la tarde libre, chavos sin camisa, parejas con perros, niños con padres hinchas, trabajadores de múltiples oficios y banderas tricolores, fieles seguidores de la República del Futbol, fluyen de la glorieta de Insurgentes hacia la avenida Reforma para concentrarse en el símbolo de la religión futbolera.
Ondean banderas como paraguas, se escuchan batucadas, porras, entonaciones del Cielito Lindo y la sensación de la tarde: decenas de Copas del Mundo –réplicas doradas de las que otorga la FIFA-, que portan jóvenes escaladores en los postes que, por esta tarde, ya no manipulan los policías de tránsito.
Compensaciones sociales del relajo: Si no llegan los seleccionados mexicanos con el triunfo de Brasil, al menos ya vimos lo que es ondear una bandera tricolor y una Copa de Oro en las manos de un famélico faquir que recibe incienso púrpura como en momentos oníricos aún no vistos.
--¡Qué se tire! ¡Que se tire! --corean cientos al faquir improvisado.
Ya si está cubierto por la bandera, qué le cuesta ser Juan Escutia por una tarde.
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Hay alegría, hay gozo. Hay esa sensación extraña de ser amigos de todos los desconocidos frente a una victoria que garantiza la llegada de la Selección Mexicana de Futbol a los octavos de la Copa Brasil 2014. Vencieron ellos –los seleccionados-- a Croacia, pero nosotros, la afición, “vencimos nuestro pesimismo”.
Al menos eso dicen los rostros felices por esta tarde lluviosa del lunes 23 de junio. ¡Qué importa lo demás! Hasta El Piojo Herrera, tan poco agraciado para las fotos, luce simpático.
Nadie lanza porras a Televisa. Menos a Peña Nieto hincha. Ni quién se acuerde que avanza una reforma energética y menos una de telecomunicaciones.
Eso sí, se corea el “México, México, México” entre el “foto, foto, foto” de un selfie colectivo que se aglomera por miles en la Glorieta del Ángel, donde hoy se posó un Águila futbolera y mañana, tal vez, convoque a otros, para otras causas, otros causes o delirios colectivos.
Fiesta con saldo blanco
La “marea” de aficionados --unos 70 mil, según estimaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF)-- comenzó a agolparse minutos antes de las 17:00 horas, apenas terminado el partido en el que la selección de México consiguió su pase a octavos de final de la Copa Mundial, al vencer a Croacia con marcador de tres goles a uno.
Hacia las 21:30 horas, el gobierno del Distrito Federal reportó saldo blanco luego de más de cuatro horas de la celebración; sólo hubo algunos contratiempos menores que no significaron riesgos.
El “río” de seguidores del Tri se extendió desde la Glorieta de la Diana Cazadora hasta la de Cuitláhuac, en el Paseo de la Reforma. La circulación en ambos sentidos de la vialidad, entre la calle de Lieja y la avenida Hidalgo, fue cerrada por la policía de Tránsito.
Alrededor de tres mil elementos de la SSPDF fueron desplegados para resguardar la columna de la victoria, misma que fue protegida con vallas metálicas.
El titular de la dependencia, Jesús Rodríguez Almeida, comentó en entrevista con Radio Fórmula que los festejos se llevaron a cabo “con normalidad” y refirió que sólo se presentaron emergencias menores que no han representado riesgos.
En tanto, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, informó que policías y personal de la Secretaría de Protección Civil estarían al pendiente de la seguridad de los asistentes al festejo y que para atender las lluvias se estableció coordinación con las jefaturas delegacionales y el Centro de Control y Comando (C4).
Además de la columna de la Independencia, otros monumentos del Paseo de la Reforma fueron resguardados por la policía, con el fin de que no sucediera lo mismo que en Acapulco, Guerrero, donde los aficionados tumbaron la estatua de la Diana Cazadora, en plena costera Miguel Alemán.
“¡Eeehhhh Putooooo!”
Espumas, bengalas, fuegos artificiales y el ya tradicional grito de “¡Eeeehhhh Puto!” que la FIFA pretendió sancionar, dieron color al festejo en la avenida más importante de la Ciudad de México y del país.
Al vaivén del Cielito Lindo, abundaron los tradicionales sombreros de charro y del "Pique", mascota oficial México 86, así como sarapes, bigotes y playeras verdes, blancas y rojas.
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Pero lo último de la moda mundialista en México es portar la peluca que emula la cabellera del portero de la selección, Guillermo Ochoa, y una réplica de la copa mundial.
A los aficionados que llegaban por decenas, se unieron comerciantes de la zona y albañiles de una obra en construcción que, eufóricos golpeaban las estructuras metálicas con martillos y coreaban “¡México, México!”.
En las redes sociales abundaron las fotos de aquellos empleados que se dieron el permiso de salir antes de trabajar y, con traje y corbata, sin importar la lluvia, se fueron a celebrar el triunfo de la selección mexicana.