Abuela de Plaza de Mayo encuentra a su nieto; van 114 descendientes recuperados

martes, 5 de agosto de 2014 · 23:48
BUENOS AIRES (apro).- La fundadora y presidenta de Abuelas Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, finalmente encontró a su nieto Guido, quien a poco de nacer fue sustraído a su madre prisionera durante la última dictadura argentina (1976-1983). El anuncio fue hecho este día por la propia dirigente de Abuelas Plaza de Mayo durante una conferencia de prensa. Esta organización emblemática fue fundada hace 37 años por mujeres que saben que sus hijas o sus nueras dieron a luz en cautiverio durante la dictadura militar. Las activistas estiman que unos 500 niños fueron apropiados ilegalmente y han crecido bajo una identidad falsa. Tras el anuncio, Guido Carlotto se convierte en el “nieto recuperado” 114, y muy pronto conocerá a su familia biológica. “Ya lo he podido ver, es hermoso, es un artista, es un chico bueno”, dijo Estela de Carlotto, refiriéndose al perfil que se desprende de su nieto al buscarlo en Internet. Guido Carlotto, de 36 años, es pianista, arreglista y compositor. Vive en la ciudad de Olavarría, a 300 kilómetros de Buenos Aires y fue criado como Ignacio Hurban. “La pareja que lo crió era del campo y lo criaron muy bien, inocentemente”, sostuvo Estela de Carlotto. El joven está casado y se desempeña como director de una escuela de música de esa localidad. Ha editado algunos discos y participado de conciertos con artistas conocidos. Incluso, en la red es posible escuchar sus composiciones de jazz, tango y world music. Guido es hijo de Laura Carlotto, quien fue estudiante de Historia y militante de la Juventud Universitaria Peronista. La mujer fue secuestrada en La Plata, en noviembre de 1977, cuando tenía 23 años y estaba embarazada de tres meses. Laura pasó por dos centros clandestinos de detención en La Plata y, según testimonios de sobrevivientes, fue trasladada al Hospital Militar Central de Buenos Aires al acercarse el momento del parto. Ella dio a luz el 26 de junio de 1978 y llamó Guido a ese bebé, que le fue arrebatado a poco de nacer. Laura Carlotto fue asesinada el 25 de agosto de 1978 en el Gran Buenos Aires, en un simulacro de enfrentamiento armado con las fuerzas de seguridad. Años después la policía entregó el cuerpo de Laura a la familia. El padre del niño, Walmir Oscar Montoya, militante de Montoneros, aún figura como desaparecido. Tiempo después, Estela de Carlotto se sumó a la lucha de otras abuelas que habían comenzado a buscar a sus nietos. “Otras abuelas tienen que sentir lo que siento yo: lo que yo quería era no morirme sin abrazarlo”, dijo hoy la presidenta de Abuelas durante una rueda de prensa muy emotiva. Incluso afuera, en la calle, la cantidad de amigos y allegados que se acercaron a la sede de la organización en Buenos Aires hizo que se interrumpiera el tránsito. “Se cumplió lo que decíamos las Abuelas: ‘Ellos nos van a buscar’”, dijo Estela de Carlotto. Hasta los primeros años de este siglo, las Abuelas buscaban a sus nietos a través de datos que recibían y pequeñas investigaciones que ellas mismas realizaban. Sin embargo, cuando se dieron cuenta de que sus nietos ya eran mayores de edad y que, buscándose a sí mismos podrían llegar a requerir la ayuda de Abuelas, crearon el área de “Presentación espontánea”, donde se entrevista a todos esos jóvenes que dudan de su identidad. Guido Carlotto también dudaba si era quién decían que era –Ignacio Hurban– y tampoco se encontraba parecido físico con los padres. Por ello fue entrevistado en Abuelas en junio último, y poco después aceptó hacerse el examen de ADN, que es la única forma de despejar la duda que acosa a muchos jóvenes que crecen con una identidad falsa. Evidentemente Guido Carlotto se ha buscado a sí mismo durante décadas. Incluso como músico, editó en marzo el single “Para la memoria”, en el marco del festival Música por la Identidad, organizado por las Abuelas. “Ya no hay heridas que marquen los brazos de un hombre entero ni hay canciones que apañen lo que no guarda en el pecho”, dice el estribillo de un tema de su autoría. La primera en recibir el resultado positivo del examen de ADN fue la jueza María Servini de Cubría, quien investiga el paradero del joven apropiado en una causa judicial abierta en 1998. La magistrada citó a Estela de Carlotto a Tribunales el 5 de agosto para darle la noticia: “Estela, hemos encontrado un nieto más”, contó la jueza. “Y cuando le dije que era Guido, no sabe cómo se puso –dijo a la prensa–: Estaba contentísima, llorando y temblando”. La encargada de llamar al nuevo “nieto recuperado” para darle la noticia fue Claudia Carlotto, hija de Estela de Carlotto y titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). “Traté de manejarme como habitualmente me manejo”, dijo Claudia en entrevista con la Televisión Pública el 5 de agosto. “Me presenté, le dije mi nombre, le dije: ‘¿Recordás que viniste a Conadi para esclarecer tu identidad, que te hiciste los exámenes genéticos?’ ‘Sí, sí’, me decía él. ‘Bueno, hoy llegaron los resultados, y tal como te preguntabas, vos sos hijo de personas desaparecidas, pero además sos Carlotto, sos nieto de Estela Carlotto. “Y él sólo decía ‘¡Oh!’, pero bien, se reía”, cuenta Claudia Carlotto, quien a continuación dijo a Guido que ella era su tía. El joven se mostró muy conmovido. “Vamos a ser cautelosos. Esto es muy fuerte para una persona –dijo Estela de Carlotto en la conferencia–. Hay que tener respeto por él. Ya le mandó un mensaje a mi hija Claudia. Le dijo que está muy bien y muy feliz. Que pronto ya nos íbamos a ver”, explicó. “No quería morirme sin abrazarlo y lo voy a hacer”, dijo esta mujer de 83 años: “Ya tengo a mis 14 nietos”, dijo, sumando a Guido, a quien pronto espera conocer. Más aún, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo recibió el llamado de la presidenta Cristina Kirchner. “Me llamó Cristina, me preguntaba si era cierto, le dije que sí y ahí lloramos juntas, en medio de la alegría del momento”, señaló Carlotto. “Yo no persigo más que justicia y verdad y el encuentro de los nietos”, dijo en referencia a su lucha. Por último, expresó: “No podemos dejar de pensar en Laura y en todo lo que ella vivió”. La causa que investiga su asesinato alcanza a juzgados militares, expolicías y el exministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, James Smart. “Pronto se va a cumplir un nuevo aniversario del asesinato de Laura, quien seguramente sonríe desde el cielo”, dijo su madre. La hermana de Laura, Claudia Carlotto, la recordaba así en entrevista con Proceso realizada en marzo último: “Yo he pensado tantos años en mi hermana que ya es como una compañía permanente. A ella la asesinan el 25 de agosto de 1978, yo estaba refugiada en Brasil, y me entero al poco tiempo de que estaba muerta y que la habían enterrado, que había dejado de ser una desaparecida y que le habían robado el bebé”. “Desde ese día, hasta el día de la exhumación de ella, que fue en el año ’85, yo todos los días de mi vida soñé con mi hermana. Todos, ¡eh! Todos. Si no soñaba que me la encontraba y que la retaba porque nos tenía asustados, soñaba que la rescataba, que la salvaba, que agarraba al chico, que me hablaba, que no me hablaba, que me peleaba, que la puteaba, que lloraba, todas las variantes que se te puedan ocurrir”, recuerda. “Hasta que vi el cuerpo de ella, ahí yo dejé de soñar. Creo que me convencí que estaba muerta. Y siempre era: ‘Si a vos te pasara lo que a mí me pasó, yo estaría haciendo lo que vos hacés’”. Y desde ya serán muchas las historias que a partir de ahora escuchará Guido Carlotto para comenzar a armar el relato verdadero de su vida.  

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