Mamá Rosa, la complicidad oficial

ZAMORA, Mich. (apro).- Una de las primeras voces que denunció las anomalías que ocurrían en el albergue de “La Gran Familia” fue la del entonces expresidente municipal de esta ciudad, Arnulfo Vázquez Ramírez. En su gestión (1987-1989), el exfuncionario municipal recibió las primeras denuncias en contra de Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, mismas que hizo llegar al entonces gobernador, el priista Luis Martínez Villicaña, quien hizo caso nulo de la denuncia. A pesar del desdén oficial, Vázquez Ramírez no soltó el asunto y en 1994, siendo diputado federal, solicitó una entrevista con el entonces titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Ignacio Morales Lechuga, a quien le relató lo que sucedía en el albergue fundado por Mama Rosa. Morales Lechuga no era ajeno al asunto porque otro diputado federal, el panista Víctor Orduña, actual magistrado del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, ya lo había puesto en antecedentes. Según Vázquez Ramírez, el Procurador se mostró interesado en el caso y ordenó una inspección, pero ésta no se concretó por la intervención del historiador Enrique Krauze, a petición de la propia Mamá Rosa. El sucesor de Morales Lechuga, Jorge Carpizo McGregor, ni siquiera le quiso entrar, refiere el exdiputado federal en entrevista con Apro en su negocio ubicado en una de las céntricas calles de esta ciudad. Las denuncias que el panista interpuso en 1987 y luego en 1994 ante la PGJE y la PGR quedaron en custodia de un Notario Público. Con las siglas del PAN, Arnulfo Vázquez Ramírez asumió la presidencia municipal de Zamora en 1987. En aquel tiempo, sus subalternos le reportaron un dato que llamó su atención: que en la cárcel municipal se encontraban varias personas con los apellidos Verduzco Verduzco. “Son hijos de Rosita Verduzco”, le reportaron. El edil comenzó entonces a preguntarse qué estaba pasando en el albergue “La Gran Familia”. Con la curiosidad a cuestas, comenzó a entrevistar a los Verduzco Verduzco que “caían” en los separos y ahí fue tejiendo una historia de golpes, maltrato, abusos y explotación. Para no dejar cabos sueltos, el funcionario ordenó que los casos más graves fueron certificados ante el Notario Público, Agustín Zambrano. “Yo fui guardando todas esas actas”, dice. Y añade: “A mí lo que más me alarmó es que cuando los muchachos se fugaban de esa casa y andaban en busca de trabajo, no tenían un solo documento que los identificara, ni un certificado de estudios. Ellos decían que ¨todos los documentos los tenía ‘La Jefa’. Entonces, después de un tiempo, lo que pasaba es que caían a la cárcel, por eso había tantos ingresos al penal, tan así que hubo ocasiones en que la mitad de los ingresos a la prisión municipal, eran de personas con los apellidos Verduzco Verduzco”. --¿Cuántas denuncias logro reunir?, se le pregunta. El exalcalde responde: “Fueron muchas denuncias. Pero, las más importantes fueron unas diez que abarcaban violación, tortura, suicidio, entre otros delitos. Lo grave es que los muchachos que se fugaban salían sin identificación alguna y veía en ellos a futuros delincuentes”. No escapa a la memoria de Vázquez Ramírez un dato nada menor: el rumor insistente de un panteón clandestino en el albergue que hasta hace unos días controlaba Mama Rosa. “Eso es otra cosa delicada. ¿Qué hacía con los muchachos que morían ahí? Es lógico que hubiera muertos, pero nunca, al menos en mi gestión, hicieron una solicitud para sepultar a alguna persona fallecida dentro del albergue en el panteón municipal. ¿Qué pasó con todos esos muertos? Es un asunto que la PGR debe investigar, porque en ninguna administración posterior a la mía, que yo sepa, se gestionó una solicitud para sepultar un muerto del albergue La Gran Familia”. Las denuncias Luego de recabar testimonios, Vázquez Ramírez decidió solicitar la intervención del entonces gobernador Luis Martínez Villicaña, pero no contaba que el mandatario tenía buena amistad con Mama Rosa. “Me enteré que tenía una estrecha amistad con Rosa Verduzco y dijo que no le interesaba el caso. Pasó el tiempo y en mi administración no pude hacer nada contra el poder de esa mujer”. Tres años después, ya como diputado federal, se acercó a su compañero de bancada, Víctor Orduña, a quien le pidió que lo ayudara a hacer público el caso del albergue, dada su buena relación con la prensa. Orduña habló con Nino Canún, “quien entre 1993 y 1994 ventiló el asunto. El exalcalde recuerda que el propio Orduña asistía a sus programas y formaba parte de las mesas donde se detallaban las denuncias, documentadas con las actas reunidas por él durante su paso por la alcaldía de Zamora. El siguiente paso fue buscar el respaldo de la PGR para actuar legalmente en contra de Mama Rosa. Vázquez Ramírez y Orduña decidieron acudir con el procurador Morales Lechuga, quien, dice el primero, “sí se interesó en el asunto, porque había muchas complicidades”. Tras algunas pesquisas, Morales decidió ordenar una visita al albergue, en 1994. Sin embargo, el exedil zamorano recuerda que algo frenó el operativo. “Cuando se estaba preparada la visita, ya había día y hora para llegar, Rosa Verduzco de alguna forma se enteró y le pidió a su amigo Enrique Krauze, que abogara por ella y ahí terminaron sus esperanzas de llevar a la cárcel a la mujer”. Otro factor que incidió fue el cambio de mando en la PGR. Jorge Carpizo McGregor sustituyó a Morales Lechuga. Vázquez Ramírez y Orduña retomaron el asunto y buscaron a Carpizo, a quien le informaron que su predecesor en el cargo tenía ya pistas sólidas sobre las anomalías que ocurrían en el albergue de Rosa Verduzco. Carpizo que tenía mucha amistad con Orduña, cuenta Arnulfo Vázquez. “Le dijo: ‘Mira Víctor en México, hay muchas Rosas Verduzco y yo realmente he recibido llamadas de gente muy importantes, como Enrique Krauze, que está abogando por ella. Yo voy llegando aquí y no voy hacer nada contra Rosa’. Luego, les ratificó a ambos que no les haría perder su tiempo y que no tomaría el caso. “Salimos de ahí, después de andar años y años luchando porque esto se hiciera público y las autoridades tomaran cartas en el asunto. Me sentí defraudado”. Arnulfo Vázquez concluyó su periodo como diputado, y también terminó por convencerse de que era imposible que las denuncias contra Rosa Verduzco prosperaran…hasta que vio con sus propios ojos el operativo de la PGR en el inmueble de la calzada a Jacona, el pasado 15 de julio. “Han pasado ya 21 años. Me enteré y no lo podía creer, ¡no lo podía creer!”, exclamó. “Después de que tantos funcionarios de todos los niveles se habían negado a intervenir en el caso”. Arnulfo Vázquez asegura que no hay diferencia entre los testimonios que recabó ante Notario Público hace más de 20 años, y las que se han conocido en estas semanas posteriores al operativo de la PGR. “Lo que pasaba en ese tiempo, exactamente lo mismo. Todos los que están ahorita detenidos sujetos a proceso, los conocí desde niños. A Todos ellos. ¿Qué paso en esa evolución, dentro del albergue? Es lo preocupante. No fueron delincuentes traídos de otros lados, sino creados ahí”. El mismo Víctor Orduña, en declaraciones a Noticias MVS, cuestionó por qué se sigue protegiendo a Rosa Verduzco, a quien consideró “un verdadero demonio perfectamente imputable y a quien se debe juzgar por sus acciones criminales”. “Que se haga justicia”, piden zamoranos Entre los zamoranos surgen paulatinamente las voces que piden justicia. Uno de ellos es el médico Juan Bosco, quien en una carta abierta pidió: “Hace dos años he tenido la firme convicción de hacer un donativo en especie de (gimnasio profesional) a la gran Familia, entiéndase al conjunto, no a su director. Abogo por entender que el problema fundamental de la sociedad actual, es la violencia engendrada en el seno familiar, de cualquier índole, sentimiento que motivo apoyar a la Gran Familia; no obstante es el sentimiento fue cambiando en el transcurso de dos años, al saber de las vejaciones, violaciones a los derechos humanos, embarazos y del famoso Pinocho (celda de incomunicación tipo guerra, diseñada especialmente para niños) de viva voz de quienes lo sufrieron, de enfermeras y médicos que los atendieron. “Soy médico rural en esencia y levanto mi voz enérgicamente para pedir justicia. Qué me importa la mama Rosa, que sea amiga de la Reina Isabel; el hecho está consumado: se violentó, se hizo sufrir a niños, que de hecho ya venían marcados con el daños de sus familias”.

Comentarios