México en la COP21: Esfuerzos 'ambiciosos pero insuficientes”

miércoles, 2 de diciembre de 2015 · 18:19
LE BOURGET, Francia (apro).- En sus declaraciones durante la apertura de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, (COP21, por sus siglas en inglés), el presidente Enrique Pena Nieto presentó a México como un país ejemplar en materia ambiental. “Fuimos el primer país en desarrollo en presentar nuestra contribución prevista y determinada a nivel nacional”, dijo el mandatario mexicano, en alusión a los compromisos nacionales para el clima, que México presentó en marzo. Ante la ONU, las autoridades mexicanas se comprometieron a reducir en 25% los gases con efecto invernadero para el año 2030. “Además, nos hemos comprometido a generar 35% de la energía con fuentes limpias para el año 2024, y 43% para el 2030”, agregó Peña Nieto en el parque de exposiciones de Le Bourget, sede de la conferencia climática del 30 de noviembre al 12 de diciembre. El objetivo de este encuentro que reúne a 195 países es firmar un acuerdo internacional para limitar en 2 grados el aumento de la temperatura global. Sin embargo, dos especialistas entrevistados por Apro consideran que los compromisos de México son insuficientes. Gustavo Ampugnani, especialista en cambio climático de Greenpeace México, reconoce que México fue uno de los primeros países en vía de desarrollo en poner en la mesa sus metas para reducir sus emisiones de gases contaminantes, principal causa del aumento de las temperaturas. “Pero es un buen alumno aquel que toma medidas efectivas para cambiar su sistema de generación eléctrica”, declaró Ampugnani en entrevista telefónica. --¿Y no ha sido el caso? --No, porque la última y única ley del paquete de la reforma energética que no ha sido aprobada es la de Transición Energética (LTE) --lamentó el activista de Greenpeace. Y es que desde diciembre pasado la LTE, que obliga al sector industrial a cumplir con las metas de producción de energía limpia ha quedado empantanada en las comisiones del Senado. Pero la apertura de la COP21 aceleró repentinamente el proceso legislativo. El lunes pasado, pocas horas después del discurso de Peña Nieto en Le Bourget, los senadores de la Comisión de energía y la de Estudios Legislativos aprobaron la minuta de decreto de la LTE, la cual fue será sometida a un voto final. En el texto que expidieron los senadores añadieron una concesión a los sectores opuestos a esta ley, como la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y el sector de producción del acero (Canacero). Desde la COP21, donde forma parte de la delegación mexicana de negociadores, el subsecretario de planeación y política ambiental en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat ), Rodolfo Lacy Tamayo, presentó la modificación que hicieron los senadores como un mecanismo de salvaguarda que da “cuatro años de colchón” para las industrias que no cumplan a tiempo con el requisito de compra de 5% de energía limpia. En concreto, “las multas no se podrían aplicar para no afectar a una industria que no tiene la culpa de que el mercado energético cambie”, precisó el subsecretario, en entrevista con Apro. --¿Cuándo se aprobará la Ley de Transición Energética? --Nosotros hemos hecho todas las argumentaciones técnicas a favor de que se apruebe la LTE. Esperemos que se apruebe antes de que termine la COP21 --atajó Lacy Tamayo. Ante la imposibilidad de presentar ante la comunidad internacional la adopción de la Ley de Transición Energética, lo que habría sido una prueba de voluntad política, el presidente mexicano insistió en las metas nacionales que México, al igual que la mayoría de los países de la ONU, presentó para mitigar el aumento de la temperatura global. --¿Calificaría de ambiciosa la meta de México de reducir en 50% para 2050 sus emisiones contaminantes? --se le preguntó a Gustavo Ampugnani, activista de Greenpeace. --Es una meta promedio. Pero no es excesivamente ambiciosa porque sabemos que todas las metas de reducción que están en la mesa (de negociaciones en la COP21) no son suficientes para evitar un aumento global de la temperatura de 2 grados --aclaró Ampugnani. El cumplimiento de este objetivo pasará por un uso más intenso de la energía solar, eólica, hidroeléctrica y de la biomasa. Tanto Ampugnani como José María Valenzuela, especialista en política energética en la organización WWF México, coinciden en que México tiene un enorme potencial en la materia. “México podría revolucionar su sector energético si le apuesta a la energía solar para calentar agua y así prescindir del gas”, ejemplifica Ampugnani. “Hay mucho potencial eólico, un inigualable potencial solar y energía geotérmica”, detalla José María Valenzuela. Y agrega que “México es un país que ha aprovechado muy poco la biomasa”. “Actualmente la biomasa que se aprovecha son los residuos de la industria azucarera, pero se pueden aprovechar residuos de muchos otros productos agropecuarios”, insiste el experto en política energética del WWF. El activista de Greenpeace advierte por su parte que la meta de producir 35% de energía no contaminante oculta riesgos. “Una buena parte de este 35% lo aporta la energía hidráulica que trae problemas como el desplazamiento de comunidades y la inundación de ecosistemas”, apunta Ampugnani. “Cuando hablamos de energía renovable limpia nos referimos a la solar y la eólica, con la condición de que cumplan con estándares sociales”, insiste. Pese a sus objetivos a favor del medio ambiente, México seguirá siendo uno de los grandes productores de petróleo. “Afuera se prometen ciertas cosas, pero si le rascas, el interés real es explotar más petróleo a través del fracking, o ya sea en aguas profundas”, lamenta Gustavo Ampugnani. El subsecretario de política ambiental Rodolfo Lacy Tamayo justifica así la contradicción del gobierno mexicano de favorecer las energías limpias y de expandir la producción petrolera de manera simultánea: “Como cualquier otro país que tiene recursos naturales, los queremos desarrollar”. Y relativizó la expansión petrolera mexicana con la política de los “estadunidenses, los chinos, los canadienses, los árabes o los alemanes que están construyendo plantas carbo-eléctricas en Turquía”. Sin embargo, considera que la tecnología de captura y almacenamiento del carbono “permitiría quemar combustibles fósiles (gasolina y gas) sin dañar el planeta”. --¿Y tiene México a los ingenieros y las técnicas para desarrollar todas estas tecnologías de punta? --Precisamente es uno de los temas de discusión aquí en el acuerdo. (…) La producción de celdas fotovoltaicas o la producción de generadores eólicos o de centrales solares concentradas es una industria crítica a la cual no tenemos acceso porque no hemos desarrollado las patentes --admitió Lacy. En la COP21, “México buscará apoyo para el desarrollo de capacidades locales y transferencia tecnología para generar nuestra propia industria verde”, concluyó.

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