Entrega UdeG honoris causa post mortem a Eduardo Galeano

jueves, 3 de diciembre de 2015 · 17:55
GUADALAJARA, Jal. (apro).- La Universidad de Guadalajara (UdeG) entregó esta tarde en el paraninfo “Enrique Díaz de León” el doctorado honoris causa post mortem al escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien falleció el 13 de abril de este año, en una ceremonia que tuvo como invitada principal a la esposa del autor de Las venas abiertas de América Latina, Helena Villagra. Villagra dio lectura a un pasaje del texto ‘Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia’ que escribió su marido, porque, compartió, así era él. “Dijo que había contemplado desde allá arriba la vida humana, y dijo que somos un mar de fueguitos, el mundo es eso, reveló, un montón de gente, un mar de fueguitos, cada persona brilla con luz propia entre todas las demás, no hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes y fuegos chicos, y fuegos de todos los colores, hay gente de fuego sereno que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas, y algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y quien se acerca se enciende, y Eduardo era ese fueguito contagioso, encendedor”. También reveló que después de la fecha fatídica en que murió su marido, “me quedé entre el aturdimiento y el dolor, y me encaracolé, no quería, no pude salir de nuestra casa hasta casi un mes después, lo hice sólo una vez para la ceremonia que él había pedido: sus cenizas confundidas con el río de la Plata al que siempre llamaba río Mar, y recuerdo que después había discusiones porque yo le decía que era un pinche río, no un mar”. La esposa del escritor resaltó que una movilización hacia la embajada de México en Uruguay para conmemorar el primer aniversario de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa la empujó a salir de casa, pues sin duda es algo que hubiera hecho Galeano. “Allí estuve con mi banderita negra, porque en el negro se juntan todos los colores y habla el silencio”, compartió. Previo a que Helena Villagra tomara la palabra, el rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Héctor Raúl Solís Gadea, leyó un breve discurso en el que recorrió la trayectoria del escritor, quien fue obrero de fábrica, dibujante, pintor, cajero de banco, mensajero, mecanógrafo y caricaturista, cuyo oficio inició a los 14 años en el semanario socialista El Sol. Sus cartones los firmaba con el seudónimo de “Hughes”. Más tarde, a sus 20 años de edad, se convirtió en secretario de redacción del diario Marcha a principios de los sesenta, en cuya publicación participaron el poeta Mario Benedetti, el escritor Mario Vargas Llosa, Manuel Maldonado y los hermanos Denis y Roberto Fernández Retamar. Galeano, dijo el rector, forjó una conciencia crítica que se expresa en numerosos libros, quizá el más importante de ellos Las venas abiertas de América Latina, que salió a luz en 1971 cuando tenía 31 años de edad. “Alcanzó una influencia continental y más allá, pues ese texto formó la conciencia política de muchas generaciones y ofreció una lúcida interpretación de la historia de nuestros pueblos y del despojo que han vivido desde los días de Cristóbal Colón”, dijo. Posterior a la charla se exhibió un corto documental con entrevistas hechas a personas cercanas al escritor, y al escritor mismo, quien solía repetir que era “polígamo, pero con una misma mujer”, refiriéndose a su esposa. En lo que va del inicio de la Feria Internacional del Libro (FIL), la UdeG ha otorgado honoris causa al exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, a la escritora Elena Poniatowska, y este viernes 4 lo entregará al historiador Jean Meyer por su contribución a la investigación científica, filosófica, lingüística e histórica.

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