Guacamayas rojas, su nueva vida en Los Tuxtlas

sábado, 21 de marzo de 2015 · 09:36
LOS TUXTLAS, Ver. (proceso.com.mx).- Yolzezehuy se pone muy alegre. Vienen lejos pero sabe que se acercan. Las guacamayas de cabeza roja y pecho azul cruzan el cielo. En unos segundos están sobre su cabeza. Algunas llegan en pareja, otras en grupos de tres. Hace exactamente un año llegaron a esta región como parte de un proyecto de largo aliento para reinsertar a esta espectacular ave en la zona de la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas. Yolzezehuy Yolot Martínez C'agal, nieto de campesinos y operadores ecoturísticos de la comunidad Miguel Hidalgo en Los Tuxtlas, está por cumplir seis años y ya se siente experto en guacamayas rojas. Lo presume a sus compañeros de la escuela primaria Emiliano Zapata. Llueve o haga frío, don Filemón sube a su terreno. Surte de alimento los comederos instalados para ayudar a las guacamayas a aguantar el frío. No importa si no se comen toda la fruta. Los árboles ya están dando frutos y semillas que ellas pueden aprovechar pero los nortes aún no terminan de pasar y hay que auxiliarlas. A las 5 de la mañana empieza su tarea. Es miembro del Comité de Vigilancia del regreso de las guacamayas rojas. En la víspera del aniversario, Mauricio y Diana reciben un reporte que inquieta. Una guacamaya habría sido enjaulada en una comunidad cercana. Los reportes indican que hay una extraviada y se puede tratar de ella. Los jóvenes van a buscar a los enviados de Profepa para que los acompañen a recuperar a la supuesta ave atrapada. Falsa alarma, no hay tal guacamaya aprehendida. Regresan al aviario a retomar sus labores: poner radiocollares y marcas a un segundo grupo de guacamayas que pronto serán liberadas y tomar las muestras de sangre faltantes para poder identificarlas en caso de ser necesario. Está amaneciendo y Esteban ya está partiendo la fruta y Allan se apresura a hacer el entrenamiento de acecho y de vuelo para que las guacamayas por liberar estén mejor preparadas para sobrevivir fuera del aviario. Este sábado 21 de marzo se cumple un año de la primera travesía de las guacamayas desde el Parque Xcaret de Playa del Carmen, Quintana Roo, a la Reserva Ecológica La Otra Opción, aledaña al área núcleo II de la Reserva de la Biosfera. El histórico viaje duró casi 24 horas para las guacamayas, pues no sólo viajaron por carretera sino que también lo hicieron sobre la espalda de voluntarios que ayudaron a que entraran a salvo al aviario de pre-liberación. Más de dos meses estuvieron en este lugar siendo preparadas y el 14 de junio fue la fecha en que se abrieron las ventanas para que recuperaran su espacio en el cielo y la vegetación de la zona. No querían salir, pero lo hicieron. Unas pocas anduvieron extraviadas por un tiempo. La mayoría, desde octubre pasado, amplió sus movimientos a un área de 1.5 kilómetros de radio desde el sitio de liberación y hasta llegaron a pernoctar cerca de una cascada. Ya en este febrero se registró que encontraron sitios en lugares protegidos. Se tienes datos también de que al menos hay tres parejas copulando y si encuentran huecos en árboles grandes pronto se querrán reproducir. Su radio de vuelo para este marzo ya alcanza los cinco kilómetros. Biólogos y veterinarios de la UNAM han hecho una amplia campaña local de difusión para que se conozca el proyecto y la gente de las comunidades ayude a cuidarlas. La reinserción de las guacamayas rojas en esta zona ha significado otra veta para el impulso del ecoturismo. Incluso hay visitas organizadas en La Otra Opción y El Apompal, en la comunidad de Miguel Hidalgo y también en la Reserva Ecológica Nanciyaga. En la última semana de marzo serán liberadas otras 28 guacamayas rojas. Desde 2008 está prohibido atrapar o vender guacamayas, pericos o loros nativos.

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