La destrucción avanza en Cholula

viernes, 3 de abril de 2015 · 08:26
Son numerosas las obras que el gobierno de Moreno Valle en Puebla ha emprendido y que son impugnadas por habitantes y especialistas por atentar contra el patrimonio monumental, arqueológico y tradicional. Pero la que concita el mayor rechazo es el Viaducto realizado a menos de 500 metros de la gran pirámide de Cholula, que para el director del INAH-Puebla “mejoró el entorno”. Se pide ya la intervención de la directora general de la UNESCO, Irina Bokova. SAN ANDRÉS CHOLULA, Pue.(Proceso).- Aunque una y otra vez el gobierno de Rafael Moreno Valle y las autoridades municipales han asegurado que el proyecto de construir un parque en los alrededores de la Gran Pirámide y del Santuario de los Remedios está cancelado, los pobladores denuncian que la destrucción avanza en Cholula. Los mármoles de la región de Tepeaca que conformaban el Camino Real de Cholula fueron retirados y sustituidos por piedra laja color gris, mientras que la maquinaria pesada no ha dejado de hacer aplanados y excavaciones, aunque se sabe que los subsuelos están plagados de vestigios arqueológicos. El proyecto del gobierno de Moreno Valle para esa zona es construir, con una inversión de 100 millones de pesos, un tren turístico que iría de Puebla a las cercanías de la gran pirámide, así como un museo de sitio y un hotel que se ubicarían en el edificio del exhospital psiquiátrico que fue expropiado desde agosto del año pasado. Elvia de la Barquera, doctora en Arte y Espacio Público, advierte que el gobierno pretende construir la terminal de ese tren sobre terrenos que aún forman parte del área protegida y que en su subsuelo guardan una plataforma prehispánica que sería parte del mismo conjunto arqueológico de la pirámide. “Se sabe que la gran pirámide tiene su base hasta dos calles abajo, cuando se construyó el Camino Real, a principios del siglo XX. Se destruyó parte, ahora lo que se tendría que hacer es primero tener un Plan de Manejo para la Zona y buscar más bien rescatar lo que queda, no seguir bajo el argumento de que ya se destruyó, pues vamos a seguir destruyendo”, señala la académica. Incluso, agrega, existen informes de que en una de las perforaciones que hicieron para las actuales obras, se destrozó el talud de un edificio que podría ser parte de la pirámide. “Hay una excavación a la que no dejan acercarse a nadie”, refiere. Pero además, los académicos y las organizaciones Cholula Viva y Digna y el Círculo de Defensa Cholula consideran como un hecho que el gobierno de Moreno Valle no ha quitado el “dedo del renglón” en su interés por construir un parque en “terrenos sagrados” para los cholultecas. Cosa de “puristas” Para el director del Centro INAH-Puebla, Francisco Ortiz Pedraza, las críticas a estas obras provienen de posturas “puristas”. Indica que el instituto autorizó el cambio de material del Camino Real, porque ni el que tenía antes ni el que se pone actualmente forman parte del contexto original. También afirma que las maquinarias sólo trabajaron un día en la zona, pero que el Consejo de Arqueología intervino para detenerlas y ahora los trabajos se realizan a “pico y pala”. Sin embargo, los activistas han documentado que las retroexcavadores y las aplanadoras han continuado a la fecha haciendo trabajos en toda la zona. Y en cuanto al tren turístico, Ortiz Pedraza advierte que como este medio de transporte ya funcionó hace años, sólo se tratará de rehabilitar el mismo derecho de vía que ya estaba, y que la terminal, a unos pasos de la entrada de la pirámide, como será una plataforma “lo más probable es que se autorice”. “Si fuéramos puristas en el sentido de que todo lo que tenga abajo cuestiones arqueológicas habría que quitarlo, tendríamos que echar abajo todo San Andrés y San Pedro”, justifica, aunque se le hace ver que en este caso no se trata de derribar, sino de construir donde actualmente no hay nada. “Yo creo que hay distintos puntos de vista y todos son respetables, lo que hay que tener muy en cuenta es que cada época, nos guste o no, deja su marca en el patrimonio edificado”, recalca. De hecho, el funcionario considera que el Viaducto que el gobierno de Moreno Valle construyó a menos de 500 metros de la pirámide, realmente “mejoró el entorno”. Pero como ya ha ocurrido en otras obras de la administración morenovallista, el INAH ha caído en contradicciones con respecto a licencias otorgadas en las supuestas obras de “mejoras” y “equipamiento urbano” que se hacen en Cholula. Según el oficio 401.F (6)19.2014/3869, fechado el 25 de septiembre, el INAH autorizó al Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCE), asignando para esta intervención, obras como despalme y limpieza y retiro de banquetas y guarniciones. Pero igual se ventiló otro oficio firmado el 23 de febrero por Arturo Balandrano Campos, coordinados nacional de Monumentos Históricos que reconoce que no existe proyecto ejecutivo alguno, ni solicitud de permisos para esas obras por parte del gobierno del estado de Puebla. Auxilio a la UNESCO En un escrito respaldado con más de 2 mil 500 firmas, los cholultecas han pedido la intervención de la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, para poner un alto a las autoridades estatales y municipales que insisten “en imponer obra pública innecesaria, mal proyectada y en perjuicio de los habitantes, y con el matiz del constante daño a los vestigios arqueológicos”. Sobre la intervención al Camino Real de Cholula, advierten: “Esta era una avenida con personalidad, distinta a todas las demás, con un sello característico que armonizaba con el entorno. Ahora es una calle común y corriente, como las hay tantas, cayendo dentro del absorbente fenómeno de globalización, en detrimento de nuestra identidad.” Los firmantes denuncian que las obras avanzan con una autorización de la Sección de Monumentos Históricos del INAH, que en Puebla es coordinado por Jorge Salgado Tlahuis, quien carece de título y cédula profesional, por lo que no cumple los requisitos para realizar ese trabajo. Se pronuncian por las destituciones de Teresa Franco, directora general del INAH; de Ortiz Pedraza, delegado de la dependencia en Puebla, y de los coordinadores de las secciones de Monumentos (el mencionado Salgado Tlahuis) y de Arqueología, Eduardo Merlo, por incumplir su función de preservar el patrimonio cultural. Aparte, los cholultecas piden a la UNESCO su respaldo para que se detengan las obras, que además ven como un avance hacia el proyecto de Moreno Valle de construir un parque en terrenos que, por siglos, los habitantes de esa región han considerado “sagrados” y que han sido escenario de sus procesiones religiosas. El parque Desde el año pasado, Moreno Valle anunció que su gobierno construiría un parque, según él, para “dignificar” los alrededores de la pirámide y del templo sobre ella, que constituyen uno de los sitios más emblemáticos de Puebla. El proyecto, presentado el 26 de agosto de 2014 ante el INAH, incluía la construcción de 40 locales comerciales, 3 restaurantes, 4 estacionamientos, andadores peatonales, una ciclopista, una cancha de beisbol, un teatro al aire libre, un lago de 11 mil metros cuadrados, fuentes, quioscos, baños públicos, casetas de control y una reja perimetral de tres metros de altura. Especialistas de arqueología, antropología e historia advirtieron desde un principio que esto no sólo violentaba el decreto de 1993 que delimita la Zona Arqueológica, sino que el hecho de cerrar con una reja el libre acceso al Santuario de los Remedios, afectaría rituales místicos y religiosos que los habitantes de más de 40 pueblos han mantenido vivos en esa zona desde los tiempos de la gran Cholollan. Julio Glockner, antropólogo social, considera que este proyecto del mandatario poblano tiene que ver con la imagen de una “indianidad aceptable”, que ha construido el Estado mexicano, que es presentable “como atracción turística o utilizable en eventos oficiales”. Habitantes de San Andrés y San Pedro Cholula conformaron un movimiento de resistencia, que en respuesta al planteamiento de Moreno Valle reclamaban que Cholula ya era “Digna y Viva” como estaba. El 7 de octubre, cuatro líderes de esta resistencia, Adán Xicale, su hijo Paul, y los hermanos Albino y Primo Tlachi, fueron detenidos bajo cargos de motín, ataque a las vías de comunicación, despojo y daño en propiedad ajena. Los hermanos salieron de prisión apenas este 25 de marzo, pero los Xicale aún continúan presos, aunque están procesados por los mismos cargos y han obtenido dos amparos de la justicia federal. Igual, el gobierno de Puebla mantiene vigentes 10 órdenes de aprehensión contra personas que se manifestaron contra el proyecto del parque. El 16 de octubre, el gobernador Moreno Valle dijo que las expropiaciones de terrenos para el parque se cancelarían. Y dio un giro a su proyecto, pues dijo que sólo se restaurarían el exhospital psiquiátrico y el tren turístico. Desde entonces, las agrupaciones cholultecas han reclamado al gobierno del estado y a los municipales de San Andrés y San Pedro que les confirmen por escrito la cancelación, pero a la fecha las respuestas han sido confusas. Para el INAH, según declara Ortiz Pedraza en entrevista, la propuesta presentada por la administración morenovallista sobre el parque está aún “en un compás de espera”, por si se presentan las modificaciones que el instituto les pidió para aprobarlo. Ha pasado tanto tiempo, que si esas modificaciones no se presentaran en el lapso de un mes –aclara–, el parque ya se consideraría cancelado definitivamente.

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