Empresas de EU, a la caza de vientres de alquiler en Quintana Roo

martes, 1 de septiembre de 2015 · 21:05
CANCÚN, Q. Roo (apro).- Dos casas de estancia para madres que alquilaban sus vientres a parejas impedidas para tener hijos, incluidas las uniones entre personas del mismo sexo, funcionaron en esta ciudad durante aproximadamente año y medio. La empresa responsable, Surrogacy Beyond Border, con sede en San Diego, empleaba aproximadamente a 40 mujeres mexicanas a quienes pagaba hasta 13 mil 500 dólares, más “compensaciones”, por la renta de sus vientres. No obstante, se vio obligada a cerrar sus puertas cuando elementos de la Policía Federal descubrieron una de las casas y amenazaron con proceder legalmente contra la empresa y sus representantes por el delito de trata. En un primer momento la dueña Lilly Frost pagó a los uniformados una cantidad de dinero no especificada para no ser molestados, pero tiempo después el nuevo comandante se apersonó en el lugar y solicitó más dinero. Ante el resigo de enfrentar una acción penal, la propietaria optó por cerrar las dos casas de Cancún y operar exclusivamente en Villahermosa, Tabasco, donde cuentan con otra sede. No obstante, la empresa dejó una serie de adeudos con prestadores de servicios, pero también con tres mujeres, dos de esta ciudad y una de Aguascalientes, quienes enfrentan impedimentos para trasladarse a Villahermosa, aunque sea de manera temporal. “Con ellas puede pasar cualquier cosa”, admite Michelle Velarde, exapoderada legal de Surrogacy Beyond Borders, una de las “tres o cuatro” empresas de renta de vientres que opera en Cancún sin el control de las autoridades quintanarroenses. En entrevista con Apro, Velarde precisa que las operaciones de la empresa iniciaron en abril de 2014 en esta ciudad, pero los contratos se realizan en San Diego, directamente con su propietaria Lilly Frost, quien opera desde esa ciudad estadunidense y ocasionalmente viaja a Cancún. Los contratos, dice, son con “clientes” de Estados Unidos, principalmente, y las jóvenes que rentan sus vientres son contactadas a través de las redes sociales, pero también mediante la publicidad en medios impresos como ‘Novedades’ Quintana Roo. “Había (mujeres) de (la Ciudad de) México, Tijuana, Veracruz y, por supuesto, aquí de Cancún”, destaca Velarde, y detalla que a las chicas “de fuera” se les brinda hospedaje y alimentos, además de una “compensación económica”. La transferencia del embrión, apunta, se realiza in vitro en  clínicas especializadas de Cancún, momento en el que inicia la relación económica entre la empresa, los padres y la madre subrogada. Las mujeres permanecían en dos casas ubicadas en la Supermanzana  12, en el centro de la ciudad, muy cerca de la zona de exclusivos hospitales privados, y a los siete meses de gestación eran trasladadas  a Villahermosa, Tabasco, para el nacimiento del bebé, donde eran hospedadas en casas de la empresa en aquella ciudad ubicada  a 860 kilómetros de Cancún. Desde 1997, en Tabasco se permite legalmente la maternidad subrogada o alquiler de vientres para tener hijos. Es una de las pocas jurisdicciones en el mundo que admite los contratos de Gestación Materna Sustituta y no discrimina estado civil ni orientación sexual. El Código Civil de ese estado permite cumplir los contratos de alquiler de vientre y reconoce a los padres biológicos como legítimos del bebé nacido de la madre gestante sustituta. También establece que el útero no puede rentarse con fines lucrativos, sino altruistas y humanitarios, por lo que la madre gestante no podrá recibir dinero por la renta de su vientre. De acuerdo con Michelle Velarde, en Quintana Roo sólo se realizaba el trasplante del embrión al “vientre rentado” y se observaba a la mujer durante los meses de  gestación, pero no el proceso de nacimiento. “Lo que no está prohibido, está permitido. Y al parecer no hay ningún impedimento legal de realizar el trasplante (del embrión)  y tener a las madres gestantes en territorio  de Quintana Roo”, refiere. “Si las cosas salen bien”, añade, el pago total es de 13 mil 500 dólares por los meses de gestación, pero si hay un aborto las mujeres reciben el pago proporcional de acuerdo con el mes de interrupción del embarazo. “De los 40 casos atendidos sólo hubo dos abortos”, sostiene la entrevistada. Precisa que el primer pago a las mujeres que rentan su vientre es de 500 dólares cuando recibe el embrión, posteriormente se le dan mil dólares cada mes, hasta que nace el bebé. El pago final asciende a 13 mil 500 dólares. Además, agrega, obtienen un pago de “ayuda” de 750 pesos si están dentro de la casa y de 500 y si están fuera, es decir, en sus propios domicilios en Cancún. Sobre las personas que se convierten en padres de los bebés, desembolsan de 62 mil a 81 mil dólares por los servicios de Surrogacy Beyond Borders, según destaca la propia empresa en su página  de internet. De acuerdo con Velarde, el éxito de la maternidad subrogada en Cancún es no sólo porque en Estados Unidos el precio se eleva demasiado, sino por la conectividad con este destino turístico y debido a que aquí hay tres clínicas de fertilización. Las madres subrogadas, puntualiza, sólo rentan el útero, no son donantes del óvulo. La exapoderada legal de Surrogacy Beyond Borders explica que el cigoto que es implantado a la madre subrogada puede ser de la pareja que contrata el servicio, pero también puede obtenerse de donantes. Incluso hay catálogos de las características físicas de éstos, como color de ojos y cabello y tono de piel. En esta ciudad, apunta, los principales clientes de Surrogacy Beyond Borders son homosexuales o personas solteras, por encima de las parejas tradicionales. “De los casos que llevamos durante este tiempo, 70% de los clientes fueron “gay”, dice. Por separado, el diputado independiente Jorge Carlos Aguilar Osorio, quien promovió la regulación de la maternidad subrogada, destaca que al no estar regulada esa práctica en Quintana Roo, se pueden trastocar  los derechos de todas las partes involucradas “y no podemos hacer como que no pasa nada”. Las afectaciones a las madres, subraya, pueden ser desde que no le paguen lo convenido, hasta que pudieran tener consecuencias en su salud. Y también los padres que contratan el servicio podrían resultar afectados, “pero el más vulnerable de todos es el menor, el producto”. “De entrada estamos viendo este tema desde  el punto de vista de un derecho reproductivo de la mujer”, comenta Aguilar Osorio, quien solicitó una reunión entre diputados e integrantes  de la organización no gubernamental  Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), con el fin de analizar los alcances  legales de regularizar  la maternidad subrogada en Quintana Roo. La reunión se llevó a cabo, pero pero el asunto fue enviado a la “congeladora” por la mayoría  priista del Congreso local. “La clase priista local es muy conservadora. Resultó un tema  tabú para  ellos y lo sumieron en la congeladora”, lamenta. Recuerda que en 2009, a la mitad del sexenio del exgobernador y actual senador Félix González Canto, del PRI, se legisló para que en Quintana Roo se reconociera la vida desde el momento de la concepción. Y destaca que la regulación para la renta de vientres tiene implicaciones “que causarían aún más polémica", pues hay parejas del mismo sexo que recurren a esa práctica para tener hijos. Durante su encuentro con los diputados, Regina Tamés, directora del GIRE, afirmó que cada año miles de turistas extranjeros viajan al país para contratar, por medio de agencias y clínicas,  a una mujer que les ayude a tener un hijo a través de la renta de vientres. Sin embargo, dijo, “muchas veces” esa negociación se realiza sin un marco legal apropiado que garantice los derechos de la mujer, la pareja e incluso el niño. La creciente popularidad de la subrogación obliga a la  creación de una ley que regule esta actividad en el estado de Quintana Roo, subrayó. Y aunque precisó que no se tienen cifras del número de casos, ni de las clínicas de maternidad subrogada en Cancún y la Rivera Maya, la Secretaría Estatal de Salud (Sesa) tiene conocimiento de ello, pero no ha intervenido en los casos donde se han presentado quejas. El jefe de la Jurisdicción Sanitaria Número 2 de Sesa, Jorge Gutiérrez Contreras, admite que la práctica de la maternidad subrogada ocurre en otros estados y también en Quintana Roo, pero no está regularizada. “En otros estados está ocurriendo y nosotros no podemos estar exentos”, dice, y destaca que el problema no está en las parejas que recurren  a las clínicas de fertilidad para tener hijos, sino que buscan el servicio de la renta de un vientre, y eso “puede conllevar aristas  de índole  social, emocional,  económica y legal”. En la entidad hay una laguna legal, ya que se trata de una actividad que no está regulada, pero  tampoco  esta prohibida, apunta. “No hemos tenido ninguna  queja de manera directa, por eso no hay una revisión directa, y mientras nadie lo denuncie, no podemos intervenir”, subraya. Apro solicitó a la Procuraría  General de Justicia del estado (PGJE) su opinión sobre posibles implicaciones legales en la renta de vientres, pero evitó hacer cualquier pronunciamiento público sobre el tema.

Comentarios