El Papa en EU: La conveniente muerte del nuncio pederasta

martes, 22 de septiembre de 2015 · 10:22
Uno de los principales objetivos mediáticos del Papa Francisco ha sido demostrar que su pontificado sí está combatiendo a los sacerdotes que han violado niños. Pero la realidad lo desmiente: ayudó a que un nuncio –cargo equivalente a embajador– acusado de pederastia se fugara de República Dominicana cuando estaba a punto de ser aprehendido… Y el caso se tornó aún más oscuro: el diplomático apareció muerto en el Vaticano y la Iglesia le rindió homenaje. Organizaciones civiles denunciarán este y otros casos durante la próxima visita de Jorge Bergoglio a Estados Unidos. El principal objetivo es simple: que la santa sede acepte las recomendaciones que la ONU le ha hecho al respecto. MÉXICO, D.F. (Proceso).- La madrugada del pasado 28 de agosto, y a punto de enfrentar un juicio eclesiástico por sus presuntos actos de pederastia, el exnuncio en República Dominicana Josef Wesolowski fue encontrado muerto en su habitación del Vaticano. Estaba sentado en un sofá frente a la televisión encendida. Su muerte fue por “causas naturales”, anunció la Santa Sede en un escueto boletín. El fallecimiento despertó sospechas entre agrupaciones civiles que apoyan a víctimas de la pederastia sacerdotal, pues el caso Wesolowski ha sido repetidamente mencionado como una prueba de que el Papa Francisco encubre a clérigos abusadores y un recordatorio de que el pontífice ha desacatado las recomendaciones de la ONU que le piden poner fin al “encubrimiento institucional” de este delito. Por tales motivos, varias de esas organizaciones no gubernamentales preparan manifestaciones contra Bergoglio, a realizarse durante el viaje que el argentino celebrará del 22 al 27 de este mes por las ciudades estadunidenses de Washington, Nueva York y Filadelfia. Sergia Galván, a cargo de Colectiva Mujer y Salud, de República Dominicana, adelanta a Proceso: “Actualmente, víctimas y organizaciones de distintos países nos estamos reuniendo en Washington para acordar las acciones a seguir durante la visita del Papa Francisco a Estados Unidos. Nuestra demanda principal será pedirle que cumpla con las recomendaciones que el año pasado le hizo el Comité para los Derechos del Niño de la ONU.” –¿Qué acciones realizarán? –se le ­pregunta. –Principalmente acordamos manifestarnos en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, el próximo viernes 25. Ese día, el Papa pronunciará ahí un discurso. Le reclamaremos por su desacato a las recomendaciones del comité, a través de un documento que le haremos llegar. También queremos que el secretario general de la ONU le pida una explicación. En República Dominicana, Galván es una de las activistas que más ha protestado por la protección que Bergoglio le dio al nuncio Wesolowski: justo cuando la policía dominicana estaba a punto de arrestar al diplomático, en agosto de 2013, Bergoglio ordenó que se le sacara de incógnito de la isla para llevarlo al Vaticano. Y ya con el indiciado en la santa sede, anunció que lo había degradado al estado laical y que allá lo sometería a juicio. De esta manera, el Papa lo sustrajo del país donde delinquió. La justicia dominicana le había descubierto 87 mil fotografías y decenas de videos de niños desnudos a quienes obligaba a tener entre sí actos sexuales, mientras él tomaba las imágenes que al parecer compartía con el llamado Lobby Gay de la curia romana. Según testimonios de las víctimas, el nuncio llevó a algunos menores a su natal Polonia, para obligarlos a participar en orgías con otros jerarcas católicos (Proceso 1930). En el Vaticano, Wesolowski gozaba de total libertad mientras aguardaba su juicio, que había despertado expectación internacional por la alta probabilidad de que salieran a relucir nombres de los jerarcas católicos con quienes compartía la red de pornografía infantil. Pero precisamente cuando comenzaba el proceso sobrevino su “muerte natural”. La santa sede le organizó unas fastuosas exequias, presididas por el limosnero del Papa, el arzobispo Konrad Krajevski, quien roció con agua bendita su ataúd y rogó a Dios por el eterno “reposo de nuestro hermano Josef”. Galván comenta: “La muerte de Wesolowski resulta muy sospechosa porque ocurrió precisamente cuando iba a ser enjuiciado. La autopsia de su cadáver debió practicarla una entidad imparcial e independiente, dada la gravedad del caso. Sin embargo, la realizó el propio Vaticano, que determinó ‘muerte natural’. Con ese fallecimiento, entre comillas, la Santa Sede intenta evadir la responsabilidad por los crímenes de su nuncio. “Y para colmo, pese a que ya se le había reducido al estado laico, a Wesolowski le hicieron un funeral como si fuera una alta autoridad eclesiástica. En resumen, murió gozando de todas las prebendas y en total impunidad. Es una burla para sus víctimas.” Galván señala que la organización a su cargo ha recabado testimonios de víctimas de Wesolowski, los cuales se juntarán con otros provenientes de diferentes países y se incluirán en un informe que se presentará durante la visita del Papa a Estados Unidos. “El de Wesolowski no es un caso aislado, ocurre en varios países a consecuencia de la política de encubrimiento de la santa sede, que es precisamente la que la ONU le pide desterrar”, remata. Por su parte, el exsacerdote mexicano Alberto Athié Gallo, quien a nombre de las víctimas de México participa en las ­reuniones de Washington encaminadas a preparar las protestas durante la visita de Estado, asevera: “Nuestro objetivo es expresar públicamente, en los actos del Papa, el problema de los abusos sexuales contra menores perpetrados por los clérigos, así como el desacato de la Santa Sede a las recomendaciones de la ONU. Lo que estamos acordando son las formas de expresión que vamos a utilizar”. En esas reuniones, dice, participan representantes de distintos países, algunos de ellos violados por clérigos pederastas. La principal promotora de esos encuentros, abunda, es la Red de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), la poderosa organización internacional centrada en denunciar curas abusadores y cuya presidenta en Estados Unidos es Bárbara Blaine. Athié expresa: “En Estados Unidos, la SNAP ha logrado una extraordinaria capacidad de organización y de presión. Tan sólo en ese país tiene registrados 65 mil casos de abuso contra menores. Ante esos crímenes, la Iglesia católica estadunidense ha debido pagar multimillonarias indemnizaciones. En América Latina aún estamos muy lejos de lograr esos avances”. –¿Ya tienen identificados los eventos del Papa en los que planean manifestarse? –se le inquiere. –Por lo pronto son básicamente tres: la reunión del Papa con Barack Obama, en la Casa Blanca; la visita de Bergoglio a la sede de las Naciones Unidas, y el Encuentro Mundial de las Familias, en Filadelfia. Cada manifestación tendrá un matiz particular. Adelanta que durante el encuentro entre Begoglio y Obama, programado para el miércoles 23, harán una petición para que Obama suprima el “acuerdo de inmunidad” que la administración del presidente George Bush le dio a la Santa Sede y al Papado, con objeto de protegerlos de las denuncias que, contra ellos, algunos abogados estadunidenses empezaban a gestionar ante tribunales internacionales. En efecto, algunos abogados de ese país, principalmente Jeff Anderson, abrieron procesos contra la santa sede y los pontífices, bajo la acusación de que su modus operandi para encubrir pederastas es el mismo que usan las organizaciones internacionales del crimen organizado. Los letrados se valían principalmente de la ley antimafia Racketeer Influence and Corrupt Organizations (RICO) para hacer sus denuncias. En una entrevista con este semanario, Anderson aseguró: “La jerarquía se comporta como una mafia, como una organización criminal” (Proceso 1581). Athié recalca: “La experimentada diplomacia de la santa sede logró convencer al presidente Bush de instaurar medidas para frenar esas denuncias, bajo el argumento de la inmunidad del Papa como un jefe de Estado. Hoy intentamos que Obama quite el freno”. Respecto de la visita de Bergoglio a la sede de las Naciones Unidas, explica que ahí se hará énfasis en su incumplimiento a las recomendaciones que el año pasado le hizo el Comité para los Derechos del Niño. Dice: “Esas recomendaciones piden básicamente acabar con el encubrimiento institucional de la Santa Sede a sus pederastas. Pero éste sigue dándose en la total impunidad. Ahí está como muestra el gravísimo y más reciente caso del nuncio Wesolowski, en el que está directamente involucrado el Papa Francisco… Ahora resulta que Wesolowski murió precisamente cuando se le iba a llevar a juicio. ¡Por favor!”. –¿Moriría de muerte natural, como asegura el Vaticano? –Wesolowski sabía demasiado sobre el tenebroso Lobby Gay de Roma, por eso se le sustrajo de la justicia dominicana. Al Vaticano tampoco le convenía llevarlo a juicio porque podía ventilar muchos secretos comprometedores. Pudo ser que lo hayan asesinado, o bien que lo hayan obligado a suicidarse, como suelen hacer entre mafiosos. ¡No lo sabemos! “Este caso ilustra el total desacato de la santa sede a las recomendaciones de las Naciones Unidas. Y ahora el Papa estará en la sede de este organismo internacional. Por eso esperamos que el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, le haga ese ­reclamo.” Sobre este punto, Sara Oviedo, vicepresidenta del Comité para los Derechos del Niño –con sede en Ginebra– declara a Proceso que no tiene “noticias” de que formalmente la ONU vaya a hacer ese reclamo en Nueva York. En Filadelfia, Bergolio participará en el Encuentro Mundial de las Familias el sábado 26 y domingo 27. Athié explica: “Durante el encuentro se hablará del modelo de familia que quiere la Iglesia, del papel de la mujer y los hijos y cosas así. Pues bien, nosotros les preguntaremos: ¿Y qué está pasando con la Iglesia como casa y como familia?, ¿se está protegiendo realmente a los niños?, ¿se está castigando a los sacerdotes que abusan de ellos?”. Aparte de las tres manifestaciones públicas, indica, se dará a conocer un documento con los casos actuales más representativos de pederastia sacerdotal en el continente. Resaltará el de Wesolowski, por tratarse de un alto jerarca –y no un simple cura– protegido por Bergoglio. De México, en tanto, se mencionará el nombre de Jesús Romero Colín, atacado por un sacerdote de la arquidiócesis primada de México y a quien el Papa incluso le pidió perdón en una misiva escrita de puño y letra; también los abusos cometidos contra niños indígenas –en la arquidiócesis de Oaxaca– por el cura Gerardo Silvestre Hernández; y el proceso contra el sacerdote Eduardo Córdova Bautista, de la arquidiócesis de San Luis Potosí y quien actualmente está prófugo.

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