La colección popular de Carlos Monsiváis está en perpetuo movimiento, pues cada vez se agregan más rubros y géneros (falta aún el acervo musical, por ejemplo), y se busca resignificar sus riquezas. Es el caso de la muestra conmemorativa Los rituales del Carlos Monsiváis, homenaje a sus manías, facturada con elementos de otras anteriores, como si se tratara del relato del propio escritor sobre 10 años de la ciudad y del país, según explican su curador Rafael Barajas El Fisgón y el director del Museo del Estanquillo Hénoc de Santiago.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El actual director del Museo del Estanquillo Hénoc de Santiago Dulché, y el caricaturista político y curador de al menos una docena de las exposiciones en ese recinto, Rafael Barajas El Fisgón, coincidieron por separado en el balance por el décimo aniversario que se cumple este miércoles 23: legado vivo del escritor Carlos Monsiváis, una crónica constante del acontecer de la Ciudad de México y el país.
“Lo que éramos, lo que somos, qué tanto hemos cambiado o seguimos igual, las exposiciones que se hacen en el museo es resultado constante de una reflexión, producto de la Colección Carlos Monsiváis”, comentó De Santiago en el marco de la exposición Los rituales del Carlos Monsiváis, homenaje a sus manías¸ cuya inauguración se realizará este jueves 24 a las 19:30 horas en la terraza del recinto del Centro Histórico.
En calidad de curador de la muestra, junto a Gloria Falcón, El Fisgón explicó que se trata en esencia de un recuento de las exposiciones más recordadas que han pasado por El Estanquillo –38 en total–; entre las que se tomaron en cuenta están:
De San Garabato al Callejón del Cuajo (2007), Retratos: Te pareces tanto a mí (2008), México A través de las Causas (2010), Dos miradas al Fascismo: Diego Rivera y Carlos Monsiváis (2011), Toledo-Monsiváis (2012), Noticias del Imperio, estampas y caricaturas de la intervención francesa (2012), ¡Así somos! Andrés Audifred y su México (2014) y El universo estético de Ernesto García Cabral (que concluyó en octubre de este año).
Ello, a través de una lectura de las obras literarias del cronista como: Días de guardar (1970), Los rituales del caos de 1995 (de la cual la muestra toma su nombre), Las herencias ocultas (de la Reforma liberal del sigo XIX), Salvador Novo: Lo marginal en el centro (2000), Aires de Familia (2000) y Apocalipstick (2009).
“Es un recuento pero todo se volvió a trabajar, fue una curaduría nueva en todas las partes, pues el paquete de exposiciones expresa lo que eran los vicios, los gustos de Carlos como coleccionista, sus manías, y de ahí se crearon cuatro nichos: ‘La Ciudad de México’, ‘Las grandes causas’, ‘Los inventores de nuestra tradición’ y ‘Lo popular desde el siglo XIX a nuestros días’.”
A partir de ellos se crearon Los rituales del Carlos Monsváis, homenaje a sus manías, con fotografías, litografías, grabados, miniaturas, maquetas y objetos de diversos tipos, pero también inéditos que el público podrá disfrutar, y en especial dos señaladas por El Fisgón:
Una gran maqueta que recrea a la plaza de Santo Domingo en el siglo XIX hecha en plomo, y otra más sobre la historia de La familia Burrón, esta última hecha específicamente para la exposición, y ambas con audio.
En total, cerca de 500 piezas a la vista del público.
Sobre los 10 años del Estanquillo, el caricaturista político expresó:
“Carlos decía que quería que el Estanquillo fuera como un Museo del Papalote pero para adultos, con ese sentido juguetón, lúdico pero también para reflexionar, un espacio para la ciudad, para el pueblo.
–¿Qué decir para hacer un balance de esta década?
–Hablar de un balance es curioso, me resulta fantástico que Carlos siga presente en la cultura nacional, porque muchos de sus gustos e intereses se reflejan en sus colecciones, es curioso cómo seguimos encontrando cosas, siempre hay cosas nuevas en la colección.
–¿Entonces todavía quedan muchas exposiciones por hacerse?
–Un montón, lo que pasa es que Carlos era un hombre de intereses múltiples y variados, hay vetas y temas por explorar. Podría mencionar: la historia de la nota roja, la del diseño, de la caricatura, sobre miniaturas, de autores… su colección permite eso y más.
[caption id="attachment_420611" align="aligncenter" width="702"] Carlos Monsiváis en un retrato tomado en marzo de 2010. Foto: Octavio Gómez[/caption]
La colección crece
Sobre el legado, De Santiago, director del museo desde hace casi cuatro años, expresó en entrevista a Proceso, que está en constante crecimiento debido a que aún se encuentra en proceso de registro y catalogación, al tiempo que realizó su propio recuento de lo que considera aciertos y puntos a fortalecer en el Estanquillo –que cada año recibe un aproximado de 150 mil visitantes– y lo que depara el futuro para el recinto.
Vestido de traje y desde la terraza del recinto, donde se encuentra la librería del Fondo de Cultura Económica y una pequeña cafetería, De Santiago, exagregado cultural en Rusia, dijo:
“Abrió un poco atropelladamente, aunque con un gran esfuerzo por parte de Rodolfo González y Moisés Rosas (primero y segundo director del Estanquillo); sin embargo, la colección aún está en proceso de registro y catalogación, a la fecha se encuentra dividida: una parte está en la casa de Monsiváis de Portales y otro en una bóveda, hay un traslado paulatino y una gran ayuda y disposición de la familia, pero trabajamos un poco día a día.”
–¿Es decir que aún no se sabe cuánto se tiene?
–Su casa es como una Caja de Pandora, sobre todo en el corte fotográfico; por ejemplo, al principio se hablaba de 14 mil, luego de 20 mil, ahora creemos que puede haber más de 30 mil fotos. La pregunta más difícil de contestar es a cuánto asciende la colección de Carlos, se podría decir que aún es el talón de Aquiles.
Los libros que pertenecieron al escritor (La Biblioteca Carlos Monsiváis) se encuentra en la Biblioteca José Vasconcelos de la Ciudadela; su filmoteca (de 6 mil cintas) en la Cineteca Nacional. Y a juicio de De Santiago, faltaría la colección de música, por catalogar, misma que aún está en posesión de su familia.
El museo se sostiene por un presupuesto del Gobierno de la Ciudad de México, y apoyos de la Secretaría de Cultura federal y la Cámara de Diputados, y desde su fundación a través de la Asociación Cultural del Estanquillo, A.C.
–¿En qué ha crecido el museo?
–Primero, las exposiciones son cada vez mejores y con un gran soporte histórico, curatorial; segundo, se ha aumentado el registro y catalogación de la colección y mucho más en la clasificación en la bóveda; tercero, hemos crecido en cuanto a infraestructura, ya tenemos una sala de lectura (donde reposan las cenizas de Monsiváis en una urna realizada por Francisco Toledo), un área de servicios educativos y la Librería Educal y cafetería; y cuarto, cada vez viajan más las exposiciones a otros estados.
–¿Qué le depara el futuro al museo?
–Una larga vida, no sólo por lo que falta por mostrar, sino porque cada vez se consolida ante nuevos públicos. Recibimos 150 mil personas al año, que en comparación con otros recintos quizás es poco, pero en cuestión de rentabilidad es mucho: somos un equipo de 11 personas, tiene una buena ubicación, se trabaja mucho en difusión, y hay exposiciones siempre vivas.
Los rituales del Carlos Monsiváis, homenaje a sus manías, se inauguraron este jueves.