Las claves del fenómeno Trump

El éxito de Donald Trump refleja el malestar político que experimenta Estados Unidos. De hecho, el precandidato republicano aprovecha la polarización política que existe en su país para aglutinar el descontento de los blancos, los cuales se sienten incómodos con su nueva realidad demográfica, donde las minorías étnicas empiezan a convertirse en mayorías en varios estados e imponen nuevas condiciones políticas, culturales y laborales. Los admiradores de Trump son primordialmente hombres blancos de clase trabajadora y baja escolaridad que enfrentan inseguridad económica y sienten amenazadas sus creencias y su cultura. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Donald Trump no es la causa del malestar político que experimenta Estados Unidos, es sólo un síntoma. Nuestros vecinos experimentan una gran polarización política que está poniendo en entredicho el funcionamiento de su democracia, probablemente la más eficaz en la historia del mundo. Hay un grave empantanamiento de los temas nacionales: el déficit presupuestal, la seguridad social y la salud pública. Los dos partidos políticos, Republicano y Demócrata, no se ponen de acuerdo y el país no avanza. En varias ocasiones, en los últimos años, se ha tenido que cerrar el gobierno federal por la falta de consensos en el Congreso. El propio presidente Barack Obama reconoció en su último discurso ante el Capitolio que no pudo cumplir una de sus más importantes promesas de campaña: acabar con el antagonismo partidista y cambiar el tono político de la capital. “Es uno de los pocos pesares de mi presidencia –que el rencor y la desconfianza entre los partidos ha empeorado en vez de mejorar”, dijo. En las presentes contiendas demócrata y republicana para elegir candidato presidencial, está presente la polarización política. En la primaria republicana, los candidatos con posibilidades de llevarse la nominación, Trump y Ted Cruz, senador de Texas, han actuado en el extremo conservador del partido. Mientras tanto, en la primaria demócrata un senador independiente de 74 años, Bernie Sanders, ha llevado la discusión y el debate a la extrema izquierda. Es decir, el centro de gravedad política –donde se dan los consensos, gobernanza y se ganan las elecciones– ha desaparecido. Una evidencia de la polarización demócrata está en la posición contraria a los tratados de libre comercio de la candidata Hillary Clinton. Como secretaria de Estado (2009-2013), impulsó con energía el Tratado Trans-Pacífico (TTP) en el cual México es uno de los 12 signatarios. Sin embargo, como candidata ha repudiado el TTP porque no quiere perder apoyo en las bases sindicalistas demócratas. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2058, ya en circulación

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