Nuevos grupos armados calientan más a Tamaulipas

El presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, se llenó la boca con el anuncio: su partido desconocía a tres de sus candidatos a alcaldías de Tamaulipas por presuntos nexos con el narcotráfico. La versión de los afectados es muy distinta, y afirman que sólo simpatizan con grupos de autodefensas que surgieron ante la inacción del Estado. Sea cual sea la verdad, la acusación y los hechos que le siguieron evidencian que Tamaulipas es territorio sin ley, que se ha gangrenado durante los gobiernos priistas. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Sorpresivamente el sábado 7 Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI, desconoció a los candidatos de su partido a las alcaldías tamaulipecas de Hidalgo, Mainero y Villagrán bajo la sospecha de que tenían vínculos con la delincuencia organizada. Pero detrás de esa decisión está la presencia del grupo La Columna Armada General Pedro José Méndez (CPJM), que desde hace seis años opera como autodefensa y pelea desde la clandestinidad contra las bandas criminales en esta región colindante con Nuevo León, donde dominaban Los Zetas. Wenceslao Zúñiga Vázquez, candidato a presidente municipal de Hidalgo; Gustavo Estrella Cabrera, por Villagrán, y Luis Aldape Lerdo, de Mainero, desconocidos por Beltrones y el priismo tamaulipeco, son simpatizantes de este grupo civil que actúa de manera furtiva y niega ser el brazo ejecutor del Cártel del Golfo (CDG), como señala el gobierno del priista Egidio Torres Cantú. Apenas en marzo pasado, junto con candidatos y líderes locales del PAN, PRD, PT, Panal y el Partido Independiente, participaron en una multitudinaria marcha y en el mitin realizado en el zócalo del municipio de Hidalgo, celebrando el sexto aniversario de la CPJM. Ahí todos rechazaron ser parte de alguna extensión del crimen organizado y reafirmaron su compromiso de defenderse contra asesinos, secuestradores y extorsionadores. Hoy que los acusan de estar coaccionados o comprados por el narco, los tres priistas sostienen que seguirán dando la lucha y han empezado a juntar firmas de apoyo. Pero acusan a Beltrones de poner en riesgo sus vidas y las de sus familias. “Estoy por agarrar monte para esconderme. Mi familia está muy preocupada. Tienen miedo de que me vayan a matar tras acusarme de narcotraficante”, dice a Proceso Wenceslao Zúñiga, padre de dos hijos, profesor con 28 años de carrera y militante del PRI las últimas tres décadas. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2063, ya en circulación

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