Las mil suciedades del tren de Toluca a la Ciudad de México

sábado, 21 de mayo de 2016 · 20:04
Es un sueño del Grupo Atlacomulco: un tren que conecte la capital del Estado de México con la Ciudad de México… para lucro de la propia camarilla priista. El presidente Enrique Peña Nieto ya lo está construyendo, aunque en el proceso se lleve cerros y ecosistemas, barrios y modos de vida, milpas y colonias, y comunidades a las que no les preguntó su parecer. Con el mismo esquema de opacidad que ha caracterizado su gobierno, un costoso capricho más está por concretarse. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Alfredo Reyes Mejía, representante de los comuneros de San Lorenzo Acopilco, camina por la zona boscosa y húmeda del cerro de Cruz Blanca. Se detiene en una pendiente desde la que se observan las faldas desforestadas del cerro y donde trabaja una multitud de obreros de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA). Comenta con tristeza: “Mire cómo están acabando con nuestros bosques. Por esa parte talada, ICA va a empezar a abrir un túnel subterráneo por donde pasará el tren México-Toluca. Utilizará dinamita para abrir el túnel, que tendrá más de cuatro kilómetros y medio. Atravesará todo el cerro. Y destruirá muchos mantos acuíferos, flora y fauna. “El tren también afectará otras áreas de nuestra comunidad, como los cerros de San Miguel y Las Cruces, por donde pasará. La obra la están realizando arbitrariamente, sin siquiera habernos consultado a los comuneros de Acopilco, quienes somos los dueños de estas tierras.” –¿Qué medidas están tomando para defenderse? –se le pregunta. –Ya interpusimos un amparo contra la obra. Pedimos que escojan otra ruta para tender su vía del tren… Pero, aun así, la construcción continúa de manera totalmente ilegal. En la delegación Cuajimalpa, en los linderos con el Estado de México, la comunidad de San Lorenzo Acopilco lleva meses manifestándose contra la construcción del tren, pues sostiene que está provocando un fuerte daño ecológico a la zona, considerada un importante pulmón por sus altos y tupidos bosques de pino. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2064, ya en circulación

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