Cuando González de León recibió la medalla Bellas Artes

viernes, 16 de septiembre de 2016 · 13:09
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El arquitecto Teodoro González de León recibió el 19 de septiembre de 2012 la Medalla Bellas Artes, otorgada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en reconocimiento “a su trayectoria creativa” en el Museo Rufino Tamayo, autor, junto con Abraham Zabludovsky, y recientemente remodelador de dicho edificio artístico. A continuación se reproduce la nota periodística de aquella ocasión publicada en este portal. “Recibo la Medalla de Bellas Artes con emoción y agradecimiento. Me honra y me alienta para seguir enfrentando el presente con la memoria del pasado, porque el único modo de enfrentar el presente es con el conocimiento profundo del pasado”, comentó Teodoro González de León. Cabe recordar que el arquitecto es un amante de la poesía y apasionado de la historia. “Hoy y siempre le mostramos nuestra gratitud a nombre del INBA y de todos los ciudadanos que disfrutan del cobijo de su creación. Es un honor entregarle la Medalla de Bellas Artes”, expresó la directora Teresa Vicencio, directora del INBA, al entregarle el reconocimiento al arquitecto. Nacido el 29 de mayo de 1926 en la Ciudad de México y egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, González de León afirmó que su mente se ha ocupado en la arquitectura, “sin exagerar, todos los días desde hace casi 70 años, desde que en la Preparatoria decidí, ciegamente, sin la menor duda vocacional, dedicarme a esta carrera”. Siguió: “Ahora puedo decir que la arquitectura es realmente como una forma de vida y, como forma de vida, no tiene reglas”. Asistieron a la ceremonia Miquel Adriá, Jorge Gamboa, Felipe Leal y Francisco Serrano. González de León, según los especialistas, ha formado del vacío sorprendentes espacios colmados de sentido y estética, como la Casa Catán, el Museo de Arte Contemporáneo, el parque Tomás Garrido Canabal, la Embajada de México en Brasilia, El Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica, la Universidad Pedagógica Nacional, los museos Universitario de Arte Contemporáneo y Rufino Tamayo y, más recientemente, el edificio de Reforma 222. Para Teresa Vicencio se trata, “sin duda, de un símbolo de vitalidad y grandeza de la arquitectura mexicana, uno de los arquitectos mexicanos a quien, en mayor medida, debemos la definición de nuestro paisaje arquitectónico y que con plena conciencia ha ejercido el arte de crear objetos en el espacio, destinados a inscribirse, perdurablemente, entre los bienes culturales de México”. Destacó que “su trayectoria refleja en gran medida la edificación de la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XX, con los primeros conjuntos habitacionales, recintos culturales y corporativos empresariales que han contribuido al concepto modernista de la capital”. Era aún estudiante cuando participó, junto con Armando Franco y Enrique del Moral, en el anteproyecto para la creación de Ciudad Universitaria. A finales de los años sesenta, junto con el arquitecto Abraham Zabludovsky, realizó importantes conjuntos habitacionales, como las Torres de Mixcoac, y ya en los setenta, comenzó con el boom de los edificios institucionales. Entre las numerosas distinciones que ha recibido a lo largo de su carrera destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1982) y el Mario Pani Darqui (2004.) Teodoro González de León es miembro de número de la Academia de Artes de México desde 1984 y doctor honoris causa por la UNAM; también ha afirmado que una de sus premisas es no copiarse sin importar el éxito de una fórmula. “Es necesario estar en la constante búsqueda de lenguajes nuevos”, ha dicho en varias entrevistas. De entre sus principales maestros destaca el reconocido arquitecto francés Le Corbusier, con quien en 1947 colaboró durante 18 meses para construir la Unidad Habitación de Marsella. Asimismo, Federico Mariscal, Mario Pani y Vladimir Kaspé fueron sus profesores en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

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