El embate a Poniatowska

jueves, 16 de noviembre de 2017 · 10:54
Un episodio singular estelarizado por Elena Poniatowska se convirtió esta semana en trending topic –como llaman en el lenguaje de redes sociales a los temas que alcanzan una amplia difusión–: sus palabras en el marco de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, referidas a mujeres juchitecas como “panzonas inmensas”, fueron difundidas por algunos medios así: “panzonas y mensas”. Eso provocó una serie de insultos contra ella, que consideró pretexto por su adhesión a Andrés Manuel López Obrador. Aquí, las reacciones del pintor Francisco Toledo, de su hija la poeta Natalia y de la fotógrafa Graciela Iturbide. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Tanto para el pintor Francisco Toledo como para su hija la poeta Natalia y la fotógrafa Graciela Iturbide, la intervención de Elena Poniatowska el lunes 6 en el exconvento de Cuilapan, Oaxaca, ante un grupo de estudiantes del Colegio de Bachilleres, fue trastocada por algunos medios, lo que provocó una avalancha de ataques en las redes sociales a la Premio Cervantes de Literatura 2013. “Es resultado frente a las elecciones de 2018, los ánimos están muy caldeados”, dijo a  Poniatowska, quien también calificó la distorsión “de mala fe” y “amarillista” para la agencia apro por su filiación a la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Un día antes, el domingo 5, en el Centro de Artesanías de San Agustín (CaSa) Etla, en las afueras de la ciudad de Oaxaca dirigido por Francisco Toledo, Poniatowska había participado, también en el marco de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO 2017), en un homenaje a la fotógrafa Graciela Iturbide (Premio Hasselblad de Fotografía, equiparado al Nobel) con la exposición de 217 imágenes. De ahí que en Cuilapan, Poniatowska recordara que, además del célebre fotógrafo francés Henry Cartier-Bresson, anteriormente Tina Modotti había retratado a mujeres de Juchitán cuando bebían pulque y no cerveza. Entonces, dirigiéndose a dos delgadas jovencitas juchitecas sentadas en primera fila, dijo que algunas mujeres de Juchitán “a las que yo he visto”, la cerveza las había vuelto “panzonas inmensas”, frase que ciertos medios difundieron como “mensas”. Al ser interrogada por Proceso, Poniatowska envió un escrito donde aludió al volumen en el que participó, Juchitán de las mujeres (Ediciones Toledo, 1989), uno de los primeros libros de Iturbide –exhibidos en la muestra de Oaxaca– donde aparece una juchiteca robusta con cerveza en mano. El comentario de Poniatowska, como se observa en un video difundido en las redes, no tuvo ninguna repercusión negativa en el encuentro; al contrario, provocó risas. Ante la reacción adversa, la escritora escribió en un Twitter el día martes 7: “Malinterpretar palabras y darles la intención que no tienen suele llevar a discusiones ociosas y a una agresividad que nos daña a todos en un momento en que ya nos dañó la naturaleza con los dos sismos, primero el del 7 de septiembre que lastimó a Oaxaca y a Chiapas y luego el del 19 de septiembre que cobró más de 300 vidas. Todos hemos sufrido. No nos hagamos más daño con interpretaciones nocivas.” En el texto enviado señala que ha escrito mucho sobre Oaxaca, además del libro Juchitán de las Mujeres. “Ahí está también –agregó–, la novela Hasta no verte Jesús mío, publicado por editorial ERA, y El tren pasa primero, publicado por Alfaguara que ganó el Premio Rómulo Gallegos en 2007 y que ahora publica de nuevo Planeta, y se basa en la gran huelga ferrocarrilera que paralizó a todo el país encabezada por el líder y héroe popular oaxaqueño Demetrio Vallejo. “Si ahora resulta ser noticia un comentario sobre la gordura de las mujeres (no tengo nada en contra de la gordura) y resulta más importante que la situación política de nuestro país después de los dos sismos que acabamos de padecer –Oaxaca en particular–, me parece que mi comentario sólo sirve de distractor inflado de mala fe. Me he solidarizado desde hace más de 40 años con todas las causas de Francisco Toledo, he participado en sus luchas y me dio gusto que no se instalara un MacDonals en el zócalo de Oaxaca. Sobre Oaxaca he escrito infinidad de artículos. Por lo tanto, además de feminista, considero ser una gran amorosa de Oaxaca.” Titulado “De cómo engorda la cerveza a la Feria del Libro de Oaxaca”, el texto remató: “En estos tiempos que anteceden a la elección del 2 de julio de 2018, se exacerban los ánimos y las susceptibilidades. Así comprendo la interpretación de mis palabras.” Las siguientes son las reacciones del pintor juchiteco Francisco Toledo, de su hija la poeta Natalia, y de la fotógrafa Graciela Iturbide. Toledo: Amor al Istmo Entrevistado por el corresponsal Pedro Matías en Oaxaca, el artista salió en defensa de la escritora al calificar de “intrascendente” el comentario sobre las juchitecas, porque ella siempre ha expresado su admiración por las mujeres y querido a la gente del Istmo de Tehuantepec. El pintor consideró que “es un malentendido, francamente creo yo, porque no es el estilo de ella, no me parece que se las dé ahora de princesa que califique la panza de las gentes”. Reiteró: “Yo sé que Elena siempre ha querido a la gente del Istmo.” Y puso como muestra el que son oriundos de ahí personajes que ha incluido en su obra. Por ejemplo, el líder Demetrio Vallejo, o Jesusa Palancares en la novela Hasta no verte Jesús mío. Mencionó que cuando estuvo haciendo el libro sobre Demetrio Vallejo, la escritora “estuvo yendo a todos los lugares donde vivió, El Espinal, Mogoñé, y entrevistó a la gente de allá, y siempre con mucho respeto y cariño. Igual con la Jesusa de Hasta no verte Jesús mío, que este personaje es oaxaqueño y que vivió en Tehuantepec o Salina Cruz, no recuerdo, también es una gran admiración por esa mujer”. Recordó que “las mujeres juchitecas han servido de modelo de Francisco Zúñiga, que se inspiró de estos cuerpos”, y agregó: “Todas sus esculturas giran en estos cuerpos vastos, grandes y las esculturas son bellas también por las proporciones que tienen las mujeres, son muy grandes.” Natalia: Siempre con nosotras Localizada vía telefónica en Los Ángeles, California, por la reportera Columba Vértiz, la narradora y poeta Natalia Toledo, nacida en Juchitán, destacó la conexión de la autora de Tínisima, Juan Soriano, niño de mil años y Leonora con su comunidad: “Nuestra relación con Elena Poniatowska siempre ha sido de complicidad, de años de complicidad. ¡Nos gusta!, ¡nos cae bien! Ha estado con nosotras en la reivindicación del zapoteco y la lucha del entonces ayuntamiento popular de Juchitán en contra del totalitarismo del PRI.” Precisamente Natalia acompañó a Poniatowska en el homenaje que le rindió la FILO 2017, donde recibió una pieza conmemorativa de Francisco Toledo. Natalia expresó: “Las juchitecas somos robustas en comparación con otras indígenas, pero es cierto que nuestra dieta cambió con el tiempo, más las que yo conozco son excelentes comerciantes, también artistas porque hay muchas, bellas e inteligentes a más no poder. Y algo que nos hace diferentes a muchas mujeres del planeta es nuestro sentido del humor…” Y concluyó: “Ahora estamos más sensibles porque tenemos que renacer de los escombros, necesitamos del amor de Elena y el de todos ustedes.” Iturbide: No hay insulto Sobre el tema, y de regreso a esta ciudad tras la inauguración de la retrospectiva que reúne más de cinco décadas de su trabajo en el Centro Casa de San Agustín Etla, en Oaxaca, Iturbide dijo a la reportera Niza Rivera que todo “fue una tergiversación y no pasa nada”. Explicó brevemente: “No sé por qué lo hicieron, muchos medios publicaron ‘juchitecas panzonas y mensas’ en lugar de ‘panzonas inmensas’, que fue lo que Poniatowska dijo. Fue un defecto de dicción, ella dijo lo que tenía que decir, hizo la referencia a las mujeres que fotografió Tina Modotti, que eran delgadas. No pasa nada.” –¿Le pareció un insulto por parte de Poniatowska? –No, para nada. No son gordas, son robustas. Las juchitecas son mujeres maravillosas que sí toman cerveza, pero nada más.

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