Rayados y su "derrota" ante el Conapred y la Profeco

viernes, 17 de noviembre de 2017 · 18:01
MONTERREY, NL. (apro).- Rayados lo anunció desde meses antes: no permitiría que aficionados que vistieran camisas de Tigres ingresaran al Estadio BBVA Bancomer en el Clásico Norteño del 18 de noviembre. Tres veces en este año hizo el anuncio de veto a los fanáticos felinos. El propósito de la prohibición era evitar broncas entre las dos aficiones, argumentó la directiva. Sin embargo, sorpresivamente, el pasado martes 14, el Club de Futbol Monterrey reculó. Dijo que siempre sí les abriría sus puertas a los fans felinos, a los que les permitirían ingresar con todo y playeras de la escuadra de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). En un boletín, el Club explicó que reconsideró su postura como una forma de “cumplir con la recomendación”, aunque no aclara de quién. Ahora ya se sabe que fue el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) el que, un día antes de la retractación, dirigió a los directivos de La Pandilla una serie de “medidas cautelares”, en respuesta a varias denuncias formalmente presentadas por afectados, para ordenarles que salvaguardaran la integrad de los asistentes y que no hubiera violación a los derechos humanos. El Conapred le indicó a Rayados que hacía bien en establecer dispositivos de seguridad, aunque le pidió que lo hiciera sin violentar derechos humanos de nadie. Les señaló que el problema que querían resolver era una cuestión de seguridad, no de exclusión, por lo que instó a los dirigentes albiazules a auxiliarse de la policía para que impusiera orden en su estadio. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) también ya les había advertido que la exclusión violentaba los derechos individuales de varios ciudadanos de Nuevo León, que se quejaron formalmente contra la medida. Apenas unas horas antes de que Monterrey doblara las manos, la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) hizo un inexplicable pronunciamiento contra la exclusión de los aficionados de los equipos visitantes en los estadios de México, aunque sin mencionar al club regiomontano. Se infiere que el comunicado fue difundido porque los federativos ya sabían que había sido emitidas las medidas cautelares, que los de rayas tenían que acatar, para no quedar ante México como una institución discriminadora. Rayados no contestó llamadas para pactar una entrevista sobre el tema. Las quejas en el Conapred El Conapred es un órgano dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob) que promueve políticas y establece medidas para garantizar el derecho a la igualdad. Entre sus objetivos están el de prevenir y eliminar la discriminación entre instituciones públicas y privadas. También puede “investigar presuntos actos y prácticas discriminatorias, en el ámbito de su competencia”. En entrevista, el departamento de prensa del Consejo contra la discriminación explicó que recibieron tres quejas de parte de particulares por actos de discriminación del Club de Futbol Monterrey. El equipo regiomontano denunció que impedirían el ingreso al Estadio BBVA Bancomer a los seguidores de Tigres, con sus camisas y accesorios, en el Clásico Regiomontano 113, programado para jugarse este sábado 18 de noviembre, correspondiente a la Jornada 17, la última de la fase regular del torneo Apertura 2017. Hubo aficionados que, incluso, tramitaron amparos ante la justicia federal para preservar sus derechos que eran conculcados, según alegaron, por la medida excluyente de ese espectáculo masivo considerado de “alto riesgo”. Rayados alegó que no quería que ocurriera otro incidente violento como el que sucedió el pasado 13 de mayo, en ese mismo estadio, cuando perdieron 2-0 ante Tigres y fueron echados de la Liguilla en el torneo anterior. Esa noche aficionados de Tigres fueron severamente golpeados por seguidores de La Pandilla, dentro y fuera del estadio (Proceso 2141). Desde entonces, la directiva regia, que manejó el tema a través de su vicepresidente administrativo, Tonatiuh Mejía, emitió tres pronunciamientos públicos los días 9 de junio y el 2 y 8 de noviembre, en los que dijo lo mismo: hay riesgo de violencia, por lo que los aficionados Tigres no pueden entrar, para mantener la seguridad de todos los asistentes al partido. El último de los comunicados terminaba con una disculpa: “Apelamos a la comprensión de todos los asistentes por los inconvenientes que esta búsqueda de condiciones de seguridad pudiera generar y convocamos a quienes conformamos la familia del futbol, clubes, aficionados y medios de comunicación, a que mostremos un comportamiento ecuánime”. El diputado independiente Jorge Blanco consideró que esta medida además de discriminatoria, evidenciaba la incapacidad de la directiva para salvaguardar la integridad de los asistentes el juego. El 10 de noviembre, Mejía y asesores jurídicos de Rayados acudieron a la delegación de la Profeco para entrevistarse con el delegado Ricardo Páez, quien abrió un expediente por posibles violaciones a la Ley Federal de Protección al Consumidor. Acudieron en respuesta a un requerimiento que les hizo llegar la dependencia federal el 6 de noviembre, en el que les advirtió que habían agotado el plazo conciliatorio para resolver demandas de los quejosos y que harían valer el derecho de los consumidores. Ahí les explicaron que las medidas adoptadas para el juego parecían un acto de discriminación y segmentación prohibidos por la Ley. “Desacuerdo” de la Femexfut El lunes previo al Clásico, la Femexfut sorprendió al mundillo del balompié nacional al emitir un comunicado sin provocación, sobre “su desacuerdo con campañas y acciones tendientes a evitar la convivencia entre aficionados de un club rival cuando este actúa de visitante”. Sin mencionarlo, Rayados fue el objeto de la admonición del órgano rector del balompié mexicano: “Los incidentes que se han suscitado en algunos encuentros no deben ser causa de exclusión o separación, sino oportunidades para crear campañas de sensibilización entre los aficionados para erradicar la violencia y promover la sana convivencia”. Al señalar que los estadios no son “fuertes de batalla”, sino espacios de convivencia familiar, reprochó al Monterrey, sin mencionarlo, su reiterado interés por cerrarle las puertas a los fans de Tigres: “En la Liga MX / Ascenso MX consideramos que no se debe llegar a un extremo en el que se impida el acceso a los aficionados, por el contrario, se les debe invitar a formar parte del espectáculo de una forma pacífica y sana”. Al día siguiente, muy temprano, a las 07:21 horas del martes, Monterrey cambió su opinión y dijo en su página de internet que siempre sí dejaría que fueran al Estadio BBVA los aficionados del equipo de la UANL. Pero lo hizo con un texto de redacción poco clara que, en su parte medular señaló: “Considerando las más recientes interpretaciones y pronunciamientos de nuestras autoridades deportivas, así como los exhortos que diferentes autoridades e instancias civiles han emitido al respecto, donde claramente hay un cambio de opinión, cumpliremos la recomendación de permitir la entrada de aficionados que porten prendas o accesorios alusivos al equipo visitante”. No explicó cuáles eran los pronunciamientos y los exhortos de las autoridades deportivas e instancias civiles. Tampoco dijo a qué se refería con el cambio de opinión. Monterrey se retractaba en la raya. La Profeco había dicho que el miércoles 15 emitiría una recomendación si el club no reconsideraba su postura. Ese mismo día, el Conapred, encabezado por Alexandra Haas Puc, y la Profeco, por Rogelio Cerda Pérez, emitieron un entusiasta comunicado conjunto en el que felicitaban a Rayados por el viraje. “Saludan la decisión del Club de Futbol Monterrey de revertir y dar marcha atrás a la restricción con la que se pretendía impedir que la afición de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) entraran con playeras y colores alusivos de su equipo al estadio BBVA Bancomer, para el clásico de futbol regiomontano que se disputará el próximo 18 de noviembre”, señalaron. Medidas cautelares De esta manera, Rayados se adelantó a la exhibición pública que se avecinaba. Para cuando revirtieron la medida, el Consejo contra la discriminación ya había emitido, un día antes, el lunes 13, medidas cautelares al Club de Futbol Monterrey para que se permitiera el acceso a todos los aficionados, independientemente de su vestimenta. También le pidió que efectuara operativos para asegurar la integridad de todos los asistentes “cuidando que dichas medidas no tuvieran sesgos discriminatorios y fueran acordes con los derechos humanos”. El mismo Conapred le hizo la chamba a Rayados al pedir a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado que se coordinara con las demás autoridades locales para prevenir la violencia en el evento masivo sabatino, que es uno de los encuentros que despierta más pasiones en Monterrey, una plaza involucradísima en el tema del futbol. Inicialmente, Rayados iba a permitir que, a su estadio con 51 mil localidades, únicamente ocho mil aficionados de los palcos VIP pudieran llevar la vestimenta que quisieran. El Conapred también les cuestionó que tomaran esa medida exclusiva únicamente para los asistentes de los asientos más costosos. La fuente del Consejo explicó en entrevista: “Nos parecía que si el problema es la seguridad de las personas que acuden a este partido, tomando la experiencia el anterior (Clásico 112), donde hubo agresiones contra los aficionados de Tigres, el tema en realidad debía atenderse en ese terreno, no llevando a cabo medidas como las que se habían anunciado, de que no iba a permitir el acceso a personas que llevaran atuendo o promocional que los identificara como aficionados de Tigres”. La fuente dijo que, hasta el miércoles, el Conapred no había recibido una respuesta oficial del Club, por lo que seguía abierto el expediente por denuncias de discriminación. Con la presión del Conapred y la Profecto, Rayados tuvo que retractarse, pues las medidas cautelares, además de implicar multas en metálico, contemplaba exhibirlos como institución discriminadora. El jueves 16, los directivos de Tigres y Rayados se reunieron con autoridades estatales y municipales de Nuevo León para anunciar un macro operativo dentro y fuera del Estadio de Rayados, ubicado en el municipio de Guadalupe. En el plan para vivir un Clásico blanco participarían elementos de la policía estatal Fuerza Civil, así como de Guadalupe y de los vecinos de San Nicolás y Monterrey, que respaldarían con uniformados, así como guardias privados. Se dispuso que hubiera en las inmediaciones del coso módulos del Ministerio Público y agentes ministeriales del estado para actuar de inmediato contra los posibles rijosos. A las personas que no exhibiera abonos o boletos se les impediría acercarse al estadio.

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