Tigres-Diablos Rojos: Cinco peloteros, en el limbo jurídico

domingo, 26 de noviembre de 2017 · 09:12
En las próximas semanas el presidente de la Liga Mexicana de Beisbol, Javier Salinas, debe resolver el problema que enfrenta a Tigres de Quintana Roo con Diablos Rojos del México en torno a cinco peloteros. El primer club, cuyos propietarios son Fernando Valenzuela y su familia, dice que le pertenecen, mientras que el segundo, propiedad de Alfredo Harp Helú, asegura tener documentación para probar que son reservistas suyos. Este diferendo pone en evidencia que los “pactos de caballeros” hechos por debajo de la ley no sólo son de efímera vigencia, sino que enfrentan a autoridades, directivos y a los propios jugadores. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A menos de dos meses de asumir como presidente ejecutivo de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), Javier Salinas se encuentra en una encrucijada, pues heredó una disputa entre Tigres de Quintana Roo, propiedad de Fernando Valenzuela, y Diablos Rojos del México, del empresario Alfredo Harp Helú: ambos clubes reclaman como suyos a cinco jóvenes peloteros y alegan tener pruebas contundentes de ello. Con el respaldo del área legal de la LMB, de la cual forma parte el especialista en derecho deportivo Ricardo de Buen, Salinas ya analiza las evidencias de ambas partes. Es factible que a más tardar en un par de semanas emita una resolución. Las partes en conflicto insisten en que tienen la razón y adelantan que no aceptarán un fallo que no les favorezca: la familia Valenzuela adelantó que acudirá a la oficina de las Grandes Ligas –por medio del presidente de la Minor League Baseball (MiLB), Pat O’Conner–. Diablos Rojos litigará en tribunales ordinarios hasta que un juez dé un dictamen a su favor. Los Valenzuela arguyen que en febrero pasado, cuando le compraron el club Tigres de Quintana Roo al empresario Carlos Peralta Quintero, la negociación incluía a cinco prospectos: Fernando Villalobos Castañeda, Oliver Zepeda Hernández, Luis Fernando Miranda Osorio, Hansen López Peralta y Damián Mendoza Islas; este último fue vendido en junio pasado a los Rangers de Texas en 1.2 millones de dólares. Todos los jugadores aparecen en la lista de reservas de Tigres que quedó debidamente registrada el 6 de enero último ante la LMB. La compraventa del equipo se anunció en Cancún el 19 de febrero. Cinco días después los jugadores aparecieron en la lista de reservas de Diablos Rojos del México. En ese momento, Cuauhtémoc Rodríguez fungía como presidente de Tigres y Roberto Mansur era el mandamás de Diablos Rojos. Tras la venta, Rodríguez dejó de trabajar para los felinos, mientras que Mansur salió por la puerta de atrás de la organización escarlata a finales de agosto por diferencias económicas irreconciliables con Harp Helú, relacionadas con la venta de peloteros mexicanos a equipos de Grandes Ligas. El “pacto de caballeros” El principal directivo involucrado en el conflicto es Francisco Minjarez, quien en su condición de presidente adjunto y gerente general de Tigres realizó los cambios y desde el 26 de febrero de este año se desempeña como gerente deportivo de Diablos Rojos. Minjarez, conocido en el beisbol mexicano como El Pollo, explicó en una entrevista con la agencia Apro (publicada el 6 de octubre) que los jugadores pertenecen a Diablos Rojos. Señala que Rodríguez y Mansur, mediante “un pacto de caballeros”, acordaron que Tigres “guardaría” a los peloteros, registrándolos como si fueran propios, pues los Rojos no tenían espacio en su lista de reservas. Según el directivo, los peloteros fueron devueltos a su dueño a petición de Roberto Mansur, incluso presentó como prueba la lista de reservas de Tigres fechada el 2 de febrero de 2017, en la cual efectivamente no aparecen los cincos jugadores. También exhibió un correo electrónico enviado el 21 de febrero siguiente al entonces presidente de la LMB, Plinio Escalante, en el cual mandó copia de esa lista firmada esa misma fecha por Francisco Villanueva, a quien la familia Valenzuela nombró presidente de Tigres. Esa comunicación también fue dirigida a Néstor Alba Brito, quien durante 34 años fue el director de Operaciones de la LMB –se jubiló el pasado 6 de octubre–, así como al correo electrónico movimientos@lmb.com.mx. Fue copiado a Rodríguez, a Villanueva y a Valenzuela Jr., gerente deportivo de Tigres en ese momento. “Hice lo que ellos me dijeron. Esta operación la hicieron entre los dos y por supuesto que yo estuve involucrado porque trabajé con ellos. Yo me acuerdo de todos estos movimientos, por eso tengo derecho de hablar y explicar lo que pasó. No es que me quiera lavar las manos, pero yo era un empleado que recibía órdenes. Fue un pacto de caballeros que los muchachos estaban firmados por Diablos, pero estaban protegidos por Tigres”, detalló Minjarez en esa entrevista. Cuando se le preguntó si la LMB estaba enterada de ese acuerdo, el entrevistado respondió que no. Y agregó: “Al final de cuentas eso no es legal en la liga. La liga desconoce esos movimientos. Uno como equipo se lo pide a otro como favor, pero la liga no tiene nada que ver. Cuando un equipo le pide a otro que proteja a un jugador, la liga no sabe y sólo acepta los movimientos que uno les envía; pero no está prohibido. “El equipo que le hace el favor a otro registra (como suyos) a los jugadores y al final los devuelve como un cambio definitivo. No estamos haciendo nada prohibido ni nada ilegal.” Encuentro Valenzuela-Harp  Semanas antes, el 12 de septiembre, la familia Valenzuela se reunió en la Ciudad de México con Harp Helú para hablar del asunto. En esa ocasión el propio Fernando Valenzuela, su esposa, Linda Burgos Metri, y Valenzuela Jr., expusieron a su interlocutor que habían comprado el equipo con esos cinco jugadores. Le dijeron que cuando buscaron sus nombres, ya no estaban y luego aparecieron en la lista de reservas de Diablos Rojos. Harp Helú prometió investigar lo ocurrido y darles una respuesta. Como no la obtuvieron, lo reportaron a la LMB. Desde que comenzó el conflicto, Valenzuela no se había referido al tema. El miércoles 15 Valenzuela viajó a la Ciudad de México para participar en la entrega de un estímulo económico a la asociación civil Transformación Social Traso. Fue uno de los seis deportistas mexicanos que participaron en el evento. Estuvo al lado de Ana Gabriela Guevara, Julio César Chávez, Lorena Ochoa, María del Rosario Espinoza y Hugo Sánchez. Los seis fueron homenajeados como las máximas glorias del deporte mexicano. Valenzuela reside en Los Ángeles. Desde hace 15 años es comentarista en español para Dodgers, el equipo con el que ganó dos Series Mundiales. En una de ellas, la de 1981, el mexicano fue pieza clave al apuntarse la victoria en el juego tres ante los Yanquis de Nueva York. Valenzuela fue agasajado por los organizadores. En el evento que tuvo lugar al pie del Monumento a los Niños Héroes y después en el Castillo de Chapultepec, fue la figura más asediada. En medio del caos, Valenzuela aceptó hablar por primera del traspaso de los jugadores. Está impaciente por que se anuncie la resolución. Confiesa que no esperaba enfrentar una situación así en su faceta de dueño y anticipa que no descarta deshacerse del equipo. “No es una cuestión económica, no es tanto por el monto (lo que perderían por la venta de los jugadores). Entré al beisbol mexicano porque quería estar en este deporte, pero si es algo que no va a funcionar de la forma que me dijeron, no quiero que el nombre de Fernando Valenzuela esté metido en una situación que me perjudique con esta clase de situaciones”, declara a Proceso. –Como familia, ¿valoran la posibilidad de no seguir en la LMB? –Se tomaría la decisión en su momento. Si con todo lo que se ha probado no se falla a nuestro favor, decidiremos qué pasaría con el equipo. Esto tiene que resolverse de una sola forma. El nombre de la familia Valenzuela no debe mancharse. Después de practicar el beisbol me puse un nuevo reto como dueño de un equipo mexicano. Ha habido buenos y malos momentos. “Cuando compras algo y ese algo no te lo dan completo, no te dieron lo que te vendieron. Es el caso que estamos teniendo. Tenemos pruebas suficientes, muy fuertes y contundentes para demostrar que los jugadores son nuestros. Si se quiere tener un beisbol transparente y limpio hay que empezar desde ahorita. Esa es la forma en la que hay que llevar una liga. Nosotros queremos hacer las cosas bien y que esto se aclare. –¿La LMB les informó cuándo tendrán una respuesta? –Se sigue alargando el tiempo. No sé si es para darle la oportunidad al otro equipo (Diablos) de que se prepare, pero no se pueden preparar para lograr nada. Hay otros equipos y dueños que también saben lo que sucedió. Nosotros no lo estamos inventando. La LMB no resolvió nada para la fecha que se puso (15 de noviembre) y yo espero que no lo alarguen un mes más, porque si no, esto ya tomaría otro camino. Conocimos a Javier Salinas y él nos manifestó sus intenciones de tener una liga limpia y transparente. –¿Está decepcionado del beisbol mexicano? –La Liga no es esto. Pero este caso ya está muy avanzado. Ya pasó mucho tiempo desde el cambio de los jugadores y es difícil echar para atrás algo así. –¿Se arrepiente de haber invertido su dinero en un club de la LMB? –No. Esto es beisbol. Desafortunadamente nos pasó esto a nosotros. –¿Es buen negocio ser dueño en la LMB? –No lo veo tanto por hacer negocio sino por seguir con la tradición de Tigres, por estar en el ambiente del beisbol, por tener este nuevo reto como directivo y estar en lo que me gusta. Queremos dar un buen espectáculo. La familia Peralta lo llevó alto y esa es nuestra intención, que Tigres siga siendo un equipo ganador. Inamovible posición de Diablos El presidente ejecutivo de Diablos Rojos, Othón Díaz, explicó que el viernes 10 exhibió ante la LMB las pruebas de que los cinco jugadores son propiedad del club y que la siguiente etapa de la investigación consiste en un careo entre las partes involucradas. Si la decisión de Javier Salinas no les favorece, entonces el Consejo Directivo de Diablos se pronunciará, reitera Díaz; precisa que, de acuerdo con el Reglamento y Estatuto, la última instancia sería someter los fallos ante la asamblea que integran los dueños o presidentes de los 16 equipos. Como última instancia, Diablos Rojos presentaría el caso en un juzgado civil donde, asegura, los documentos que poseen no le dejarían ninguna duda a un juez. “Los argumentos de Diablos Rojos se basan en documentos que la propia LMB validó. Nosotros cumplimos con todos los requisitos que han sido históricamente utilizados por todos los equipos. Pero también está el hecho de que en caso de que sí hubiera algo mal, no sería con Diablos, con quien Tigres tendría que dirimirlo, o acusarnos a nosotros (en referencia a que Peralta le vendió el equipo a los Valenzuela). –Los Valenzuela ya anunciaron que si la LMB no les da la razón informarán a MiLB para que intervenga; si eso ocurre y no favorece a Diablos, ¿aceptarían esa decisión o irían a un juzgado ordinario? –se le pregunta a Díaz. –Insistimos en que tenemos la razón con base en los documentos. Pero como en todo, cualquier argumento o prueba que se presente tendríamos que revisarlo y valorar qué decisión tomaríamos. “Queremos que esto se resuelva a la brevedad, pero debe hacerse con base en los documentos que se manejan en la LMB. Si algo no está bien, entonces el presidente y el Consejo Directivo deben hacer ajustes para que la LMB funcione mejor.” –¿Se refiere a que los movimientos de peloteros se hacen en papel y no de forma sistematizada? –Sí, tenerlos sistematizados daría mayor certeza a todos. Entre menos participen las personas será más transparente. –¿Diría que, como ninguna ley es retroactiva, si por hacer esos movimientos en papel se cometieron y toleraron irregularidades… ya ni modo? –Así es la ley y toda la normatividad. Si no fuera así, entonces estaríamos en un problema muy grave, porque todos los documentos de la LMB que se hicieron igual que nuestras pruebas estarían en tela de juicio. –¿Diablos aceptaría la posibilidad de que por no estar sistematizados los movimientos, el cambio de estos peloteros pudo haberse manipulado y aunque fue irregular quedó como “legal” ante la LMB? –Creo que eso no se puede responder porque toda autoridad hace las cosas correctamente, ¿no? La LMB tiene 92 años y ha funcionado sin este tipo de conflictos porque se ha cumplido con las expectativas y necesidades de los equipos. Es claro que hay que revisarlo o replantearlo porque se presenta esta situación en un momento en el que hay ajustes por la salida de Plinio Escalante y la llegada de Javier Salinas, quien tiene un perfil profesional distinto. Las otras transacciones La LMB está afiliada a la National Association of Professional Baseball Leagues, Inc., mejor conocida como Minor League Baseball. A su vez forma parte de la Major League Baseball (MLB), pues los clubes tienen ahí a los peloteros que desarrollan. En 2016 la MLB castigó a Medias Rojas de Boston por incumplir el reglamento para firmar peloteros internacionales. Durante un año el equipo no pudo firmar jugadores y los involucrados quedaron como agentes libres disponibles para los otros clubes. El pasado jueves 16, los Piratas de Pittsburgh anunciaron que despidieron a René Gayo como director de scouteo para América Latina, porque tras una investigación de la MLB se llegó a la conclusión de que recibió “un pago indebido” de un equipo de la LMB. La investigación demostró “que el equipo mexicano le pagó a Gayo una forma de soborno hace varios años por la venta de al menos un jugador a los Piratas”, publicó el periodista estadunidense Ken Rosenthal. En 2010 los Rojos del Águila de Veracruz vendieron al pitcher Luis El Caballito Heredia en 2.6 millones de dólares. Gayo y el dueño del Veracruz, José Antonio Mansur, cerraron la transacción por la cual al jugador le correspondió 25% del dinero. Gayo todavía enfrenta una posible sanción de parte de la oficina del comisionado de la MLB, Rob Manfred. Rosenthal también publicó que Manfred está analizando las sanciones que los Bravos de Atlanta recibirán por violar las mismas reglas que Boston y por lo cual el gerente general, John Coppolella, renunció en octubre. Francisco Minjarez dijo a esta reportera que Rangers de Texas no está enterado de que en la LMB los clubes hacen pactos de caballeros y registran a los peloteros como propios, aunque no lo sean. “La máxima autoridad es la LMB. La Liga pasa las listas de reservas a Ligas Menores y Ligas Menores se las pasa a Grandes Ligas. Si el muchacho (Damián Mendoza) no estuviera registrado con Diablos, Rangers no lo hubiera comprado”, explicó. Además de Mendoza, el infielder Fernando Villalobos, de 15 años, será adquirido por el mismo equipo en 2018, cuando tenga la edad reglamentaria para hacer la transacción, confirmó a la reportera el gerente de medios de los Rangers, John Blake. Hasta enero pasado, Villalobos estaba en la lista de jugadores protegidos de 14-15 años del club felino. “Los Rangers firmaron a Mendoza y fue compensado de acuerdo con las reglas de la MLB y las regulaciones estipuladas entre las Grandes Ligas y la Liga Mexicana. Villalobos no es elegible para ser firmado hasta el periodo de firma en 2018. Él no ha sido adquirido por los Rangers”, explicó Blake en un correo electrónico. Este reportaje se publicó el 19 de noviembre de 2017 en la edición 2142 de la revista Proceso.

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