La sospechosa Techint, a sus anchas en México

sábado, 18 de marzo de 2017 · 20:05
La compañía argentina Techint se ha beneficiado en la última década con muy jugosos contratos para realizar obras en el sector energético mexicano, pese a que el nombre de la empresa está ligado a la investigación por corrupción que se desarrolla en Brasil en torno a Petrobras. Pero aquella ha encontrado terreno fértil para expandirse en México, gracias sobre todo a sus relaciones políticas: ha hecho negocios con algunos exsecretarios de Energía. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Implicado en las investigaciones por corrupción de la brasileña Petrobras, la trasnacional argentina Grupo Techint lleva poco más de una década expandiéndose en México, donde florecen sus millonarios negocios en el sector público o como subcontratista. “La clave de este impresionante desarrollo ha sido la colaboración efectiva entre sector público y sector privado”, dijo el magnate Paolo Rocca, presidente de Techint,­ al agradecer la presencia y apoyo de Enrique Peña Nieto, quien en su oportunidad aplaudió la confianza del inversionista y aprovechó para presumir la Reforma Energética el pasado 1 de marzo. Esa cordialidad contrastaba con los reportes anuales que Techint hace en la Bolsa de Nueva York. Por ejemplo, lejos de elogiar las reformas estructurales, como hizo en el acto, el más reciente informe anual de la trasnacional alerta sobre riesgos para sus inversiones en México por dos motivos: la violencia y las leyes cambiantes. Eso no estaba en la agenda. Ese día Peña Nieto asistió al acto inaugural de la planta construida por la subsidiaria Techint­ Ingeniería y Construcción, que ese día ponía en marcha su nueva generadora de electricidad en Pesquería, Nuevo León. “El gobierno de la República seguirá haciendo su parte y contribuyendo a generar las condiciones y las oportunidades para que más empresas nacionales y extranjeras encuentren en México un destino confiable de oportunidad, de expansión y de crecimiento”, ofreció Peña Nieto. Pesquería, que hasta hace poco mantenía su vocación rural, es un municipio cercano a Monterrey, con fácil acceso a los dos aeropuertos regiomontanos y a las rutas que van a la frontera y a los puertos tamaulipecos, detonó como nuevo polo industrial de la región desde que en 2013 Techint instaló ahí un enorme complejo de su subsidiaria acerera Ternium. Pronto se erigieron ahí las plantas de la automotriz surcoreana KIA y su cadena productiva. El 1 de octubre de 2013, cuando ya se barajaban las implicaciones de la corrupción en Petrobras, Peña Nieto recibió en la residencia oficial de Los Pinos a Marcelo Odebrecht, presidente del consorcio que lleva su apellido y quien, año y medio después, sería apresado cuando la justicia brasileña descubrió su participación en una red internacional de sobornos para conseguir contratos. Esa misma operación, conocida en Brasil como Lava Jato, abrió una línea de investigación sobre Techint, hasta ahora no resuelta. Inclusive Ricardo Ourique Márques, director de Techint Ingeniería y Construcción, fue detenido unas horas para declarar en las indagatorias. Techint y Odebrecht trajeron sus sociedades a México. En particular, la empresa constructora de la primera estuvo encargada de realizar obras millonarias para la planta Etileno XXI de la segunda y que se encuentra en la mira de distintas indagatorias desde que en diciembre pasado la justicia estadunidense reveló que el brasileño pagó sobornos en México, donde hasta febrero pasado, sin embargo, no se había abierto ninguna investigación. Pero ante todo, el contrato para construir una de las obras más relevantes del sexenio en el sector energético fue otorgado a Odebrecht en asociación con Techint y la mexicana Arendal. Se trata de la Fase II del Gasoducto Los Ramones que, con poca transparencia gracias a las disposiciones de la Reforma Energética, les otorgó Pemex, con un costo de 945 millones de dólares. Con presidentes y secretarios La expansión de Techint, presente en todo el país, pasa principalmente por Nuevo León. El propio Rocca expuso en su mensaje del pasado 1 de marzo que fue hace 10 años cuando se inició “un ambicioso programa de inversión”. Sólo en los primeros siete años la empresa invirtió 9 mil millones de dólares aquí, añadió. Este semanario (Proceso 1600) dio a conocer el origen de esa expansión, cuando la trasnacional adquirió Grupo IMSA, una de las empresas emblemáticas de Monterrey, que se sumó a la adquisición, un año antes, de Tamsa, el consorcio fundado al amparo del poder por el expresidente Miguel Alemán y el magnate Bruno Magnani, de quienes Roberto Rocca, padre de Paolo, fue socio desde los cincuenta. No fue el único presidente con el que de alguna manera se conectó Techint. En 1999 el gobierno de Ernesto Zedillo le otorgó un contrato para la conversión y proveeduría de carbón en la termoeléctrica de Petacalco, Guerrero. Una investigación realizada en ese entonces por el auditor Marco Antonio Díaz Tobías permitió saber que la asignación era irregular. Ya en el gobierno de Vicente Fox los funcionarios panistas optaron por dar carpetazo al caso y mover al auditor de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a Pemex. Entre los aspectos conflictivos que nadie se animó a abordar destacaba que en una empresa asociada con Techint, Grupo Mexicano de Desarrollo, era directivo Ernesto Zedillo Velasco, hijo del hoy expresidente. Pero la expansión de 10 años a la que se refirió Rocca se inició en las postrimerías del sexenio de Fox, cuando Techint adquirió la regiomontana Hylsa, una de las empresas insignia de la acaudalada familia Garza Sada. El 22 de agosto de 2005 Grupo Alfa, entonces controlador de Hylsa,­ anunció la venta a Techint, controladora de Ternium, por un monto de 2 mil 500 millones de dólares. Grupo Techint es proveedor de Pemex y de la CFE, cuyo consejo de administración preside el secretario de Energía, que en ese entonces era Fernando Elizondo Barragán. Su hermano, Alejandro, era el director general de Hylsa, y ahí permaneció luego de que la adquiriera Techint. El avance de Techint continuó un año después y bajo condiciones similares pero que implicaron aún más a un secretario de Estado. Todo se inició el 2 de octubre de 2006 cuando el entonces secretario de Energía del foxismo, Fernando Canales Clariond, acudió a un acto de Grupo IMSA, por entonces empresa familiar de la cual era accionista. Ahí aclaró que no iba con “la cachucha de secretario”, sino porque esa (su) empresa era muy importante en el sector siderúrgico y la energía representaba 30% de los costos de producción acerera. El sector acerero es atendido por la Secretaría de Economía, de la cual Canales había sido titular meses antes. El 22 de abril de 2007, concluido el gobierno de Fox, una maniobra permitió a Canales y a sus hermanos comprar las acciones de sus primos, los Clariond Reyes Retana, para venderlas de inmediato a Grupo Techint que, como se ha dicho, era proveedor de la CFE y de Pemex, cuyos consejos de administración, para entonces, presidía Canales. Las ganancias que los cuatro hermanos Canales Clariond obtuvieron de la operación con Techint se estimaron en 507 millones de dólares. Techint pagó por IMSA 3 mil 200 millones de dólares en total. Aunque la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos prohibía a los exsecretarios de Estado participar en negocios relacionados con el cargo que ejercieron hasta un año después de su renuncia, para evitar conflictos de interés, no hubo investigación ni expediente respecto a Canales, como no lo hubo por Elizondo ni por Zedillo. Los contratos y lo que viene Aunque Tamsa ha sido proveedora del sector energético desde su fundación, bajo el control de Techint obtuvo contratos significativos en el gobierno de Fox. En la segunda mitad de su gobierno, los registros públicos arrojan 10 contratos como proveedor de Pemex y de la CFE, que suman 20 mil millones de pesos. Se trata del periodo en que Felipe Calderón, Fernando Elizondo y Fernando Canales fueron secretarios de Energía y presidentes de los consejos de administración de las entonces paraestatales. Dos contratos elevan el monto: el primero, signado en la gestión del Calderón al frente de Energía, por un monto de 8 mil 890 millones de pesos, y otro, en la gestión de Elizondo, por 10 mil 176 millones de pesos, signado el 24 de abril de 2005, semanas antes de que Techint comprara Hylsa. Respecto al periodo en que Fernando Canales fue secretario se lograron ubicar sólo cinco contratos por un monto total, en conjunto, de 272 millones de pesos. En el sexenio de Felipe Calderón el número de contratos de Techint disminuyó –siempre según los registros de acceso público–, pues sólo están asentados cuatro, por poco más de 300 millones de pesos. Sin embargo, un seguimiento a los currículos de obras realizadas por la división Techint Ingeniería y Construcción permite ver que fungió como subcontratista de quienes ganaban licitaciones. En esos casos se encuentra, por ejemplo, la construcción de la terminal de regasificación Laguna Azul, en Baja California, que construyó para Energía Costa Azul en 2005, mismo año en que construyó el gasoducto Naranjos-Tamazunchale, que realizó para Transcanadá. Además realizó la ampliación de la Central Termoeléctrica Pacífico para la CFE, aunque no fue posible localizar los registros de esa obra; en 2011 construyó la central de Ciclo Combinado Norte II, para la empresa KST. Entre esos contratos, indirectamente realizados para el sector público, destaca la construcción del Sistema de Transporte de Etano, consistente en un ducto gigantesco para Braskem. Braskem es la subsidiaria de Odebrecht, a través de la cual consiguió la Planta Etileno XXI, licitada en 2009. De ese negocio, que la firma brasileña obtuvo mediante sobornos a servidores públicos, la tajada para Techint consistió en el mencionado ducto que pasa por Ciudad Pemex, Nuevo Pemex, Cactus, Braskem y llega a Etileno XXI. La obra fue realizada por Techint entre 2013 y 2014, año este último en el que también se les asignó, como parte de la mencionada sociedad con Odebrecht y Arendal, la construcción de Los Ramones II y que, en el caso de Odebrecht, implicó la asignación y cancelación del acueducto Monterrey VI, en el que por cierto iba asociada con una de las empresas de Juan Armando Hinojosa Cantú, constructor y financiero de la “Casa Blanca” cuya propiedad el gobierno atribuye a Angélica Rivera. A partir de la inauguración de la generadora de electricidad de Pesquería, Techint­ podrá vender sus excedentes a otros particulares a través de la CFE. Es decir, además de ser proveedor de construcción, equipos, tuberías y otras tantas líneas de mercado, ahora incursionará en la proveeduría de electricidad al gobierno. Esa nueva faceta de negocio fue celebrada por el director de la hoy llamada empresa productiva del estado, la CFE, Jaime Hernández, tanto como la decisión de Techint de participar en “el nuevo sector eléctrico mexicano”. Y dirigiéndose a Peña Nieto, Hernández, expuso: “Tenga usted la certeza, señor presidente, que la CFE sabrá trabajar brazo con brazo con el sector privado para que el despliegue de la reforma al sector eléctrico se convierta en una verdadera y potente palanca para impulsar el desarrollo nacional alrededor de un solo objetivo: llevar a los mexicanos un servicio de energía eléctrica de mayor calidad, a precios competitivos y con procesos más amigables con el medio ambiente”. Este reportaje se publicó en la edición 2107, ya en circulación

Comentarios