De la flexibilidad a la simulación laboral

domingo, 30 de abril de 2017 · 11:27
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- La Consejería Jurídica de la Presidencia está elaborando una nueva reforma constitucional en materia laboral para revertir los cambios que había aprobado el año pasado con la reforma de justicia laboral cotidiana que acabó con las dos mayores injusticias de la clase trabajadora: la parcialidad de las Juntas de Conciliación y Arbitraje y los contratos de protección patronal. Al parecer, el gusto no durará tanto porque, de manera sigilosa, el consejero jurídico, Humberto Castillejos –exdiputado local mexiquense y coordinador de asesores de la PGR cuando la encabezó Eduardo Medina Mora– está trabajando en la iniciativa junto con los abogados patronales Segundo García, Lorenzo Roel y Tomás Natividad para volver al tripartismo, es decir, la participación de los sectores patronal, sindical y gubernamental en la conciliación y arbitraje de los juicios laborales –modelo que sólo existe en México– en el órgano de vigilancia para que un trabajador se pueda quejar del mal proceder de algún funcionario federal. La reforma de justicia laboral cotidiana que los sindicatos de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la Nueva Central de Trabajadores (NCT), abogados laboralistas, legisladores y trabajadores habían exigido durante 30 años fue finalmente, aprobada el 4 de noviembre del año pasado, pero gracias a la presión del gobierno de Estados Unidos que necesitaba que México se ajustara a los criterios en materia laboral para poder integrarse al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TTP, firmado el 4 de febrero de 2016 en Nueva Zelanda) y así conformar la zona de libre comercio más amplia del mundo, con otras 11 naciones. (Proceso 2050). Por primera vez en este sexenio, el sindicalismo “charro” –es decir, el sometido al poder en turno– se manifestó en contra del gobierno de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, su protesta no es para apoyar los derechos de los trabajadores, sino para no perder sus privilegios, particularmente los llamados “contratos de protección” (negociados a espaldas de los trabajadores), el “tripartismo” en los juicios laborales (que da mucho poder a los “sindicatos blancos” en las pugnas contractuales) y la existencia de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, donde han tejido una red de corrupción. (Proceso 2083). Sin embargo, el retiro de Estados Unidos del TPP el 23 de enero pasado ha abierto la puerta para que el corporativismo sindical recupere la opacidad para manejar los contratos de protección mediante “sindicatos blancos” que son aquellas agrupaciones registradas ante la Dirección General de Asociaciones Sindicales (DGAS) de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) que firman un contrato colectivo de trabajo con los patrones, negocian ínfimas condiciones para los trabajadores que no pueden conocer los términos de su contratación. Charrismo internacional De manera paralela, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y  la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) impulsaron la constitución de una nueva central internacional de trabajadores denominada Alternativa Democrática Sindical de las Américas (ADS). La crearon entre el 16 y 21 de abril pasado, en Bogotá, Colombia. Así el “charrismo” sindical mexicano se internacionaliza y se presenta ante el gobierno mexicano el Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo. La intención, además de dividir a los gremios más importantes y representativos del continente americano, es fortalecer las políticas de los gobiernos miembros de la ADS, “porque en la OIT (Organización Internacional del Trabajo) hay organizaciones que están golpeando a nuestros países. Y bueno, como organización, tanto la CSA (Confederación Sindical de las Américas) como la CSI (Central Sindical Internacional) no responden a estas críticas que les hacen a nuestros gobiernos. “Por lo tanto, Alternativa Democrática Sindical en la OIT va a tener voz y va a defender a las organizaciones sindicales en México y también las acciones de nuestro gobierno en ese tribunal internacional”, afirma el líder de la CROC, Isaías González Cuevas, en un video difundido en Youtube el pasado 26 de abril. En él señala que las actuales centrales de trabajadores a nivel mundial “se han quedado en la burocracia, no tienen planes, no tienen programas, el sindicalismo se viene achicando, se viene haciendo menos por la falta de un plan de trabajo”. La ADS está conformada por 20 millones de trabajadores de 16 países y 26 centrales sindicales “muy importantes”, informó. Así, el “charrismo” sindical se internacionaliza y se presenta ante el gobierno federal en la celebración del Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo. En el ámbito mundial, hace diez años, para responder a los complejos retos de la globalización se dio un proceso unitario del sindicalismo. Así nació la Central Sindical Internacional (CSI), con 166 millones de afiliados de 156 países, al fusionarse dos centrales de ideologías social-demócrata y social-cristiana, que tenían las siglas CIOLS y CMT.  Su primer dirigente fue Gy Ryder, hoy director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), informa Alcalde Justiniani. Explica que la Confederación Sindical de las Américas (CSA) fue fundada en Panamá por 56 organizaciones de 23 países que representan a 60 millones de trabajadores que incluyen a la AFLCIO, la CLC canadiense, la CUT brasileña, la CGT argentina, la CTM y la CROC pese a la fuerte oposición de ambas, además de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) como representante del sindicalismo mexicano alternativo. Recordó que hace un año, la CTM, la CROC y otras organizaciones minoritarias en sus países como la Forza Sindical, de Brasil; la colombiana Confederación General de Trabajadores, entre otros, aprovecharon una controversia interna dentro de Central Americana para plantear su salida, en el tercer congreso de esta central en Sao Paulo, Brasil. El 17 de abril pasado, días antes de la constitución de la nueva central sindical, el presidente del Congreso del Trabajo y secretario general de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, rechazó la creación de la Alternativa Democrática Sindical de Latinoamérica con este argumento: “Primero veamos qué nos resulta con lo que hemos estado viviendo por tantos años y qué nos resultaría sí de repente formamos una organización patito para decirlo de alguna forma”, había dicho. Su declaración llama la atención porque en la manta principal del congreso constituyente aparece el logotipo de la CTM, aunque según sus dichos se había enterado de la construcción de la nueva central en Bogotá el 16 de abril. Aunque había comentado que no daba su punto de vista porque necesitaba saber qué se quiere lograr con esa central. Desde Sao Paulo, el pasado 25 de abril la CSA y la CSI rechazaron la creación de esta nueva central que pretende resquebrajar la unidad sindical en la región. “Reafirmamos que solo con el compromiso efectivo y coherente de la clase trabajadora podrá ser posible enfrentar la agenda conservadora, pro empresarial y autoritaria que está en marcha en las Américas y en el mundo”, indican en un comunicado. “En los últimos años y luego de un breve periodo de recuperación de la agenda social y de derechos, volvemos a ser testigos de una feroz arremetida conservadora política y económica en nuestra región. Los que verdaderamente nunca perdieron sus privilegios y apenas fueron incomodados por los pocos cambios sociales y políticos, hoy lideran una cruzada para desmantelar las pocas conquistas sociales y no han dudado en recurrir a la violencia, la desestabilización y los golpes de Estado de nuevo tipo. “El sindicalismo realmente democrático no puede transigir con semejantes desmanes y menos presentarse como instrumento de legitimación de la restauración conservadora hoy en curso en la región”, añade. La realidad sindical mexicana Mientras tanto, los trabajadores mexicanos siguen padeciendo las inercias del sector laboral desde la inconformidad salarial hasta la repetitivamente cantada “paz laboral” que tanto presume Navarrete Prida. El 27 de enero de 2016, el funcionario minimizó la existencia de los contratos de protección porque “aunque existen a nivel mundial”, dijo, “en México, están prohibidos”, aunque siguen elaborándose. El 27 de abril de 2007, el entonces representante de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) puso en marcha la Campaña Internacional contra los Contratos Colectivos de Protección en la Ciudad de México. Había declarado que “desde hace varios años, además de migrantes, México exporta este tipo de contratos a países latinoamericanos como Venezuela, Perú y Colombia. “En la ley está expresamente prohibida la subcontratación general. Sin embargo, día a día crecen las empresas que están totalmente subcontratadas”, indicó Alcalde Justiniani. Por eso, añadió, la CTM y la CROC crearon la nueva central internacional de trabajadores, pues ellos se dedican “a la venta de contratos de protección”. En lugar de hablar bien de la reforma constitucional, la CTM y la CROC optaron por la marginalidad creando ADS, indicó. La convocatoria de la ADS fue firmada Salvador Medina Torres, secretario del Exterior de la CTM y Salim Kalkach por la CROC.

Comentarios