Impunidad a un año de la masacre en La Gobernadora

jueves, 4 de mayo de 2017 · 17:19
CHIHUAHUA, Chih. (apro).- Los habitantes de la cabecera municipal de Guachochi volvieron a salir a las calles el pasado fin de semana para exigir justicia y acabe la violencia en aquella región, al cumplirse un año de la masacre registrada en el rancho La Gobernadora, donde perdieron la vida cinco hombres que se encontraban trabajando, entre ellos un adolescente. “Ha pasado un año y ni siquiera han ofrecido una disculpa luego que las autoridades sacaron una nota acusándolos de narcos, ni siquiera en eso han reparado el daño, han cambiado de encargados y ahora no asumen esa responsabilidad porque ya son otras autoridades”, reprochó Ivonne Contreras, quien perdió a su esposo, hijo y dos sobrinos en la matanza registrada el año pasado en el municipio de Guachochi. El crimen continúa impune y durante la manifestación, que realizaron en caravana de automóviles, llegaron a las instalaciones de la Policía Ministerial, donde se atrincheraron los agentes a puerta cerrada. Los manifestantes colgaron en la puerta una playera con la demanda de justicia. [caption id="attachment_485106" align="alignnone" width="1200"]En memoria de las víctimas. Foto: Especial En memoria de las víctimas. Foto: Especial[/caption] Los primos Elsa Palma Payán y Héctor Fabián Payán Contreras viajaban en una camioneta de Tónachi a La Gobernadora, el 28 de abril del año pasado. Atrás de ellos iba el abuelo de Elsa y Fabián cuando unos hombres armados lo detuvieron y lo hincaron durante varias horas y, con las armas apuntando, le exigieron que no levantara la cabeza para que no los viera, le robaron su camioneta y él logró llegar a su casa con vida. En otro tramo detuvieron al abuelo de los jóvenes y luego se escucharon disparos de armas de alto poder, indican personas de la región. Posteriormente se conoció que dos maestras y un profesor fueron “levantados”. Dos de ellos aparecieron golpeados y por el terror que enfrentaron no declararon. Trabajadores del rancho La Gobernadora llamaron a la familia para informarles que se habían llevado a Elsa, Héctor Fabián y Gerónimo. La familia esperaba que solicitaran rescate pero no lo hicieron, entonces dieron aviso a las autoridades para que les ayudaran a buscarlos y fueron ignorados. Héctor Fabián Payán Escárcega pidió a los militares que se sumaran a buscarlos, pero tampoco le hicieron caso. Sólo le indicaron que necesitaban recibir órdenes de arriba para actuar. La gente de Guachochi, la policía y los militares conocían dónde estaban los jóvenes, porque sabían de la existencia de un campamento criminal y de la impunidad con la que transitan los integrantes del grupo delictivo, señalaron los familiares hace un año. Desesperado, Payán Escárcega decidió salir a buscar a su hijo y a su sobrino, lo acompañó otro sobrino, Edgar Josué Payán Olivas, de 30 años. Tampoco regresaron. [caption id="attachment_439433" align="alignnone" width="702"]El sepelio de las víctimas asesinadas en Guachochi. Foto: Especial El sepelio de las víctimas asesinadas en Guachochi. Foto: Especial[/caption] El sábado 30 de abril a mediodía de hace un año, gente de la comunidad avisó a la familia que había tres cuerpos en una brecha, enseguida acudieron tres mujeres de la familia e identificaron los cuerpos. Los agentes ministeriales nunca buscaron a los cinco hombres. “Hasta que fueron las mujeres a ver los cuerpos y vieron que no les pasó nada, acudieron los de la Fiscalía, y los criminales ya habían quitado el campamento”, recriminaron las mujeres de la familia. Héctor Fabián Payán Escárcega era maestro de primaria y comisariado ejidal; dejó huérfanos a otros tres hijos de 12, 8 y 6 años. Fabián Payán Contreras era el mayor, estudiaba Turismo en la Universidad Tecnológica de la Tarahumara y tenía promedio de 9. Edgar Josué Payán dejó cinco hijos, el más pequeño aún es un bebé. La maestra de preescolar Ivonne Contreras dijo en entrevista con Apro que las autoridades, hasta ahora, no han hecho nada para detener a los culpables. En un año han cambiado varias veces a los coordinadores de la agencia del MP, y todos inician el caso desconociendo lo ocurrido. “No revisan los casos, las autoridades anteriores habían quedado de aclarar la nota que salió acusándolos de narcos para reparar el daño causado, pero ahora se deslindan de esa responsabilidad porque desconocen los antecedentes, me pidieron un oficio para pedirlo de nuevo”, deploró. En este año, compartió, han aprendido a vivir con las ausencias. Las mujeres han tenido que hacerse cargo no sólo del caso, también de la manutención de sus familias, de la educación de sus hijos, con el dolor y la impunidad a cuestas.

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