México pierde velocidad sin la Fórmula 1

domingo, 18 de noviembre de 2018 · 09:37
El próximo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador deberá resolver antes de marzo de 2019 si mantendrá el apoyo económico al Gran Premio de México, carrera de autos de Fórmula 1 que la actual administración defiende por considerarla una de las mejores vitrinas que tiene el país para promoverse ante el mundo. Para Carlos Jalife, historiador sobre automovilismo deportivo, más allá de las ganancias millonarias que deja la competencia, la decisión se centra más en una cuestión de gusto del presidente en turno. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Integrantes del próximo gobierno federal ya deshojan la margarita sobre la continuidad del Gran Premio de México de la Fórmula 1, competencia internacional que le costó a la administración del presidente Enrique Peña Nieto cuatro mil 237 millones 380 mil pesos (213 millones de dólares). El principal “pero” de los futuros funcionarios sobre la carrera de automovilismo radica en si la política de austeridad que ha anunciado el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, permitirá tal erogación de recursos. Por lo pronto, al convenio entre el gobierno mexicano, Bernie Ecclestone –expropietario de los derechos comerciales de la Fórmula 1–, Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE) y el Gobierno de la Ciudad de México le queda un año más de vigencia para realizar en 2019 la quinta edición de la carrera. Sin embargo, con el cambio de administración el gobierno de López Obrador entrará en una especie de carrera virtual: antes de marzo de 2019 deberá resolver si mantiene el apoyo financiero para que continúe la F1. El 28 de octubre último, el presidente ejecutivo y director general de la CIE, Alejandro Soberón, explicó que febrero de 2019 es el plazo que la empresa de la Fórmula 1 le dio a México para resolver las negociaciones. “De lo contrario, en los siguientes 45 días podemos amanecer con que (la empresa) se comprometió con otros Grandes Premios y que ya no tenemos espacio en el calendario”. El contrato que está bajo revisión es el que el gobierno mexicano firmó con Formula One Management –ahora Liberty Media–, empresa encargada de comercializar los derechos comerciales de la F1. De acuerdo con las fuentes consultadas, el problema radica en que no hay certeza de los dólares generados por los cuatro años de carreras del Gran Premio de México, tampoco sobre si existe alguna manera para recuperar la inversión del gobierno mexicano, puesto que, según el convenio, las ganancias se las lleva la CIE. Precisamente en marzo de 2017, la Corporación Interamericana publicó un informe en el cual calculó en 12 mil 80 millones de pesos la derrama generada por la carrera de 2016. Según la empresa, la F1 en ese año registró 339 mil 967 asistentes durante los tres días que duró el espectáculo deportivo en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez, en la Ciudad de México. Para Soberón, uno de los mayores logros fue la exposición de la marca “México” a nivel global, conseguida gracias al tiempo de televisión y a las notas informativas sobre la carrera, desplegadas en el mundo. “Esto llevó a una derrama mediática de cinco mil 480 millones de pesos”, destacó. En sintonía con el empresario, el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, expuso que “eventos como éste contribuyen a posicionar la imagen de México en el extranjero y a consolidar al país como un destino de prestigio internacional”. En un comunicado, la dependencia federal detalló que con motivo de la carrera se incrementó 12 puntos porcentuales la ocupación hotelera en la categoría de 4 y 5 estrellas de la capital del país. En una conferencia de prensa realizada en octubre último, De la Madrid, Soberón y el vocero presidencial, Eduardo Sánchez, revelaron las cifras del Gran Premio de México 2017: la derrama económica ascendió a 14 mil 780 millones de pesos contra los 12 mil 80 millones de 2016 y los 12 mil 761 millones de 2015. También expusieron que hubo cerca de 338 mil asistentes que pagaron un boleto para asistir a los tres días de competencia, cuyas ganancias directamente van a parar a las arcas de la CIE. Ambos funcionarios y el empresario volvieron a destacar que la transmisión de la Fórmula 1 generó mil 391 millones de pesos, “convirtiéndose en una de las marcas con mayor exposición mediática”. Oficina bajo la lupa En su edición 1970, Proceso documentó que México pagó 42 millones de dólares anuales por cinco años a los dueños de la Fórmula 1, cantidad superior a los 168 millones de dólares que Canadá destinó por albergar la competencia durante 10 años. En el caso del gobierno federal, los recursos son destinados mediante el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), organismo que depende de la Secretaría de Turismo, encargado de coordinar, diseñar y operar las estrategias de promoción a nivel nacional e internacional. Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de México no prometió pago alguno; ofreció contribuir con las vías de comunicación y apoyos necesarios. “Nuestro compromiso va más en función de la modernización de la Ciudad Deportiva (Magdalena Mixhuca). Pretendemos transformarla en algo útil que comulgue perfectamente con el proyecto de la Fórmula 1 respecto de la inversión que hará la CIE en el autódromo”, dijo Horacio de la Vega, titular del Instituto del Deporte de la ciudad (Indeporte), en agosto de 2014. Como parte del proyecto, el gobierno capitalino, encabezado en ese entonces por Miguel Ángel Mancera, amplió la concesión que Ocesa –subsidiaria de la CIE– tiene sobre el autódromo. Las fuentes consultadas explicaron que mientras el próximo gobierno federal también analiza la desaparición del CPTM, la administración que encabezará Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México revisará el contrato con la F1 para corroborar lo que el evento deportivo le cuesta realmente a la urbe. De tal manera que si la suma es elevada, le darán prioridad a otros temas. El 9 de agosto pasado, la próxima titular del deporte nacional, Ana Gabriela Guevara, también externó sus dudas sobre la competencia: “Hay que analizar la prioridad, efectos, qué queremos y cuánto cuesta. No me disgusta el tema de la Fórmula 1, pero me parece que es demasiado dinero. No me molesta que haya eventos, pero me parece que para la Ciudad de México no debe ser la lógica total”. De eliminarse el apoyo federal prácticamente se estaría asegurando la desaparición del Gran Circo en México, reconoció Alejandro Soberón el pasado 30 de octubre al periodista José Cárdenas de Grupo Fórmula. “Sería completamente inviable. Este es un proyecto de colaboración público-privado donde cada uno debe aportar la parte que le corresponde”, agregó. “Costosa cancelación” Para Carlos Jalife, historiador sobre automovilismo deportivo, la Fórmula 1 en México enfrenta más amenazas internas que externas: “Todo el mundo está muy contento y le agradaría tener el Gran Premio por otros 10 o 20 años más. “El caso es que el gobierno no ve, se ha demostrado que la F1 es infinitamente positiva para el país”, agrega. En entrevista, el también doctor en administración pública y ciencias políticas habla respecto del fenómeno de desconfianza sobre el proyecto: “Los mexicanos somos muy mal pensados. Cuando un gobernante dice ‘voy a examinar esto’ normalmente pensamos que quiere su tajada. Es el grave problema que tenemos todos por lo que hemos visto”. Jalife asegura que no ve en qué podría beneficiar la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México. “Habrá quien diga que es mejor retirarle 50 millones de dólares a tal proyecto y mejor los aplico en obras de pavimentación. A lo mejor por ahí hay algunas colonias que todavía no tienen pavimento. Yo creo que conviene más invertir en promoción turística porque generas más riqueza y empleo”. De acuerdo con el historiador, el problema básico no es la reasignación de los recursos, “es que cada seis años llega una camada de tipos que se tardan tres años en funcionar y otros tres años en que se roban todo lo que encuentran. “Cada seis años estamos igual: pasamos de un partido a otro y regresamos y vamos a otros, pero siguen siendo lo mismo. El problema no son los recursos y hacia dónde van, para todo alcanza siempre y cuando no existan rateros.” –Con esta política de “primero los pobres” ¿el Gran Premio de México difícilmente tendrá cabida? –El caso es que tú no haces un pastel más grande quitándole un pedazo a los que lo tienen y dándoselos a los que no lo tienen, porque nunca va a alcanzar. ¿Cómo lo haces más grande?, invirtiendo, promoviendo más empleos para que la gente vea a México como un destino turístico y venga de visita a dejar sus dólares. “Una de nuestras fortalezas es que somos un país muy fiestero, muy bueno para organizar eventos. En ese sentido la F1 es una buena vitrina. Ahora que si los que van a decidir no lo consideran así nadie se va a morir porque las personas que tienen dinero van a acudir al Gran Premio de Austin (…) a gastar su dinero allá.” –¿El Gran Premio puede sobrevivir únicamente con la inversión de la iniciativa privada? –Es un poco difícil. Habría que hacer las cuentas y ver realmente qué sería un Gran Premio con lo mínimo que se vaya a infraestructura y sin regalar un solo boleto. “La F1 cuesta arriba de 20 millones de dólares nada más para pagar la sanción del evento. Por el contrario, una competencia de IndyCar ronda entre tres y cinco millones de dólares. Es mucho más razonable y lo pueden organizar empresas como Telmex. En cambio, para un Gran Premio resulta muy caro ponerle nombre, como Gran Premio de México Telcel o AT&T.” Carlos Jalife insiste en que en México no existen grandes empresas que soporten la carga financiera que implica la Fórmula 1. “En el país son tres o cuatro y una de ellas es Pemex, pero por ley está fuera. No tenemos compañías de ese tamaño para competir”. En su primera época, el Gran Premio de México se realizó de 1962 a 1970 en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Luego regresó de la mano de los hermanos José y Julián Abed, quienes organizaron carreras entre 1986 y 1992. Entrevistado por Proceso (edición 1970), Julián Abed reveló que dejaron de organizar el Gran Premio de México porque el entonces titular del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, solicitó no continuar con las carreras por la problemática de la contaminación en la ciudad. Sin retorno Carlos Jalife alerta que de perderse la carrera –que regresó después de 23 años– “podrían transcurrir otros 20 años o tal vez ya no lleguemos a 2040 antes de que vuelva otro Gran Premio” en México. Para el historiador del automovilismo deportivo en el país, el futuro de la F1 en México va en función del presidente en turno: “A Felipe Calderón le gustan las carreras de automovilismo, pero en su gestión no podía decir que ‘vamos a tener el Gran Premio’ porque todos hubieran dicho que se estaba cumpliendo su caprichito. “En cambio con Peña Nieto, que ni siquiera es fan de las carreras, se consiguió el Gran Premio. Ahora llega el presidente electo y dice que ‘primero los pobres’ y que como se trata de un deporte de ricos no nos conviene. En eso estamos. Así, no podemos tener proyección. El especialista recuerda que Mónaco lleva 50 años consecutivos de carreras de Fórmula 1 y que Italia ha tenido gobiernos de centro, derecha, izquierda, comunistas, socialistas y fascistas “y siguen realizando el Gran Premio de Fórmula Uno.  Pero en México cada seis años hay que reinventar todo. Por eso no se avanza”. Este reportaje se publicó el 11 de noviembre de 2018 en la edición 2193 de la revista Proceso.

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