Se va Yunes, entra Cuitláhuac y la sombra de Duarte sigue…

viernes, 30 de noviembre de 2018 · 14:02
XALAPA, Ver. (apro).- El nepotismo, intolerancia y capricho de Miguel Ángel Yunes Linares por imponer a su hijo como gobernador, truncó “el cambio” en Veracruz considera el politólogo veracruzano, Carlos Ronzón Verónica. Ronzón reflexiona que, para desgracia de los veracruzanos, el gobierno que encabezará Cuitláhuac García Jiménez, tampoco es alentador pues “las tribus” de Morena en Veracruz, el bajo perfil del próximo gabinete, la inclusión de varios exduartistas y la exclusión de académicos, genera pocas expectativas. “La clase media mira con horror y miedo el bajo perfil del gobernador electo y su futuro gabinete. Veo ya decepción pues se esperaba que Cuitláhuac García incluyese personas del mundo académico, empresarial y sociedad civil, pero no los convocó, optó por sus amigos y seguidores. Eso genera incertidumbre”, dice. Ronzón Verónica, es politólogo veracruzano, exacadémico de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, y lo mismo aparece en noticieros de Televisa, que en programas de análisis de radio, periódicos estatales y agencias de noticias. El analista considera que durante el bienio que acaba, Yunes Linares se rodeó de muchos enemigos –la mayoría priistas- que en el pasado proceso electoral le “cobraron facturas” negociando con Morena y ayudando a Cuitláhuac García a ganar la gubernatura. “Yunes linares comenzó como una esperanza de cambio para sacar a los duartistas del poder, entró con amplia legitimidad, sin embargo, su nepotismo y su intolerancia le dejaron un saldo negativo. Su peor error electoral fue atacar con todo a Pepe Yunes –candidato priista a la gubernatura en el 2018-y al PRI, perseguir a los priistas y estos por subsistencia negociaron con Morena y operaron a favor de Cuitláhuac”, explica Ronzón. El duartismo sigue vivo Javier Duarte de Ochoa fue sentenciado a nueve años de prisión por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, exonerado de delincuencia organizada, y está pendiente por ejecutarle una orden de aprehensión por “desaparición forzada”. Se convirtió en el “villano favorito” de México por los señalamientos de corrupción y desvío de recursos que alcanzaron un daño patrimonial por 70 mil millones de pesos y también por el medio centenar de denuncias interpuestas por la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y actores políticos. Su círculo cercano de amigos, excolaboradores y servidores públicos han destacado por su habilidad para integrarse al gobierno que fenece de Miguel Ángel Yunes Linares y también a la administración entrante con Cuitlahúac García Jiménez, o en el instituto político de Morena. Los duartistas o “duartista puro”, son adjetivos que han recibido los políticos que tras la orden de aprehensión girada el 15 de octubre de 2016 por la Procuraduría General de la República (PGR) contra Duarte, echaron a andar una “aceitada red” de relaciones en Acción Nacional y en el novel instituto político de Morena para no ser alcanzados por la justicia. Rodrigo y Ricardo García Escalante, hoy legisladores local y federal de Acción Nacional, son hijos del Contralor General que tuvo Javier Duarte: Ricardo García Guzmán, político que en el “duartismo” impulsó a su hijo Rodrigo como diputado local por la coalición PRI-PVEM y a su otro vástago como alcalde de Pánuco por los mismos partidos. Con Duarte en prisión (abril 2016), García Guzmán “negoció” con el Comité Directivo Estatal del PAN en el 2017: Ricardo sería lanzado como candidato a diputado federal y Rodrigo buscaría la reelección como legislador local, solo que ahora en Acción Nacional. Para entonces García Guzmán ya renegaba de su relación con el exmandatario veracruzano. Externo al PAN, pero leal a Yunes Linares, y en el sexenio pasado cercano a Javier Duarte, apareció Vicente Benítez González, exdiputado local de Nueva Alianza, exsecretario de Desarrollo Social, exoficial mayor, extesorero y exsecretario particular en el gobierno de Duarte. En la elección del 2018 se convirtió en promotor del voto del candidato de la coalición “Por Veracruz al frente”, Miguel Ángel Yunes Márquez, vástago del gobernador, y con ello el propio Benítez presumía con sus amigos que “negoció impunidad”. Mismo caso, ocurrió con el extesorero y exsecretario particular del exgobernador, Juan Manuel del Castillo, quien como diputado local en el periodo 2016-2018 fue visto como un “apestado” al interior del PRI. Mención aparte merece el exprocurador general de Justicia y exlíder del PRI, Amadeo Flores Espinosa –acusado por colectivos de desaparecidos y por periodistas- de entorpecer investigaciones en desapariciones forzadas y entrampar las diligencias ministeriales por el asesinato de periodistas, entre ellos el de Regina Martínez, crimen impune desde hace seis años. Flores Espinosa, de recalcitrante pasado priista, negoció con el PAN y con Yunes Linares apoyar la candidatura de Miguel Yunes Márquez en los comicios pasados, a cambio de que el hijo de Flores, Amadeo Flores Villalba –nombrado magistrado por asignación de Javier Duarte- fuera nombrado en diciembre del 2019 como presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por Yunes Márquez. Con la derrota del PAN en julio pasado, el acuerdo se desvaneció. Morena también cobija a los duartistas En Morena también ha existido cobijo” a los “duartistas”. Por ejemplo, el exjefe de asesores de Javier Duarte, Juan Manuel Velázquez Yunes, hoy trabaja con la bancada morenista del Senado de la República, al lado de Ricardo Ahued –exalcalde de Xalapa mientras gobernaba Javier Duarte. El caso de Velázquez Yunes es peculiar. Siempre cercano a Duarte, éste lo impulsó primero como alcalde de Perote en el 2010, y en el 2013 lo hizo diputado local. En el 2015 quiso ser diputado federal, y aunque Duarte de Ochoa lo apoyó en su operación política, las encuestas no lo favorecieron. Otro caso peculiar es el del exlíder estatal de Nueva Alianza, Eduardo Muñoz Carreón, quien hoy se promueve como “próximo secretario de Educación de Veracruz, en el gobierno de Morena”. Sin embargo, en el pasado trabajó con Duarte a quien catalogó como un “estadista innovador” y un “político del futuro”. Muñoz Carreón fue clave para que Nueva Alianza abanderará a Duarte como su candidato en 2010. En los comicios pasados, Muñoz tuvo un cargo directivo en la Red de Promotores del voto de López Obrador. Domingo Bahena Corbala, exlíder de la bancada del PAN en el Congreso Local en el periodo 2013-2016, fue cooptado por el gobierno de Duarte a principios del 2016, mediante contratos a su empresa de fotocopiadoras.  Bahena aceptó votar a favor de todas las iniciativas del priista e incluso renunció a Acción Nacional para declararse legislador independiente. Ahora con Duarte en prisión, el expanista y exduartista se acercó a Morena y recientemente fue nombrado secretario General de la LXV Legislatura, apadrinado por Morena. Mónica Robles, exdiputada del PRI apadrinada por Duarte en el 2013, tomó protesta como diputada local, ahora por Morena, el pasado 5 cinco de noviembre. Robles también se desempeña como empresaria periodística. En Veracruz, el mismo círculo de empresarios periodísticos y directores de medios que recibieron subsidio y apoyo incondicional del gobierno de Javier Duarte, ahora se acerca a la administración de Cuitláhuac García que entrará en funciones el próximo 1 de diciembre. El mismo García ya soltó en una reunión con empresarios de comunicación: “Se reactivará la publicidad con la prensa en mi gobierno… pero no confundan convenio con manutención”, pidió. Yunes, su paternalismo lo llevo al fracaso Desde el 1 de diciembre del 2016, cuando asumió funciones como gobernador, Yunes Linares sabía que, al tener un bienio como gobierno, debía intentar a toda costa que lo sucediera uno de sus hijos, Miguel o Fernando Yunes Márquez –éste último, a la postre, alcalde del Puerto de Veracruz. Yunes Linares ganó la gubernatura en el 2016 con más de un millón de votos, en el pasado proceso electoral, su hijo, Miguel Ángel obtuvo más de un millón 400 mil votos, sin embargo, Cuitláhuac García obtuvo 200 mil más. El hoy presidente electo, López obrador, obtuvo en Veracruz dos millones 200 mil votos. Cuitláhuac García obtuvo 600 mil menos y presumió que aun con la “elección de estado” que propagó Yunes logró ganar los comicios. El politólogo Carlos Ronzón asegura que, en vísperas del cambio de poderes, Cuitláhuac García se muestra como un “gobernador débil”, sin liderazgo, ni capacidad de mando, y peor aún –dice-- con la influencia de “las tribus”, una de ellas comandada por la próxima Secretaría de Energía, Roció Nahle, lo que puede entorpecer las labores del gobierno. “Parece ser que, en el próximo gobierno, todo se negociará entre grupos o decidido por López Obrador. Esa debilidad del futuro gobernador sino la revierte al entrar dando un golpe de timón, mostrando que en Veracruz él manda, le costará que sea motivo de burlas e indiferencia y que no tenga liderazgo. Será un triunvirato entre Nahle, Huerta y Cuitláhuac”, advierte. Al referirse a Huerta, Carlos Ronzón alude a Manuel Huerta Ladrón de Guevara, exsubdirector del Programa de Mantenimiento de Vivienda y Jefe de Asentamientos Humanos del entonces Distrito Federal, cuando López Obrador era Jefe de Gobierno. En unos días, Manuel Huerta será Delegado de Programas Integrales de Desarrollo en la coordinación de Veracruz. Compañeros de Huerta incluso ya lo llaman “señor vicegobernador”. El politólogo Ronzón, olvidó el liderazgo que ejerce el diputado local, Amado Cruz Malpica, exjefe de rastros cuando López Obrador era jefe del gobierno capitalino. Cruz, otro de los fundadores de Morena en Veracruz, hoy está en franca confrontación con Cuitláhuac García. Incluso en la reciente toma de protesta, Cruz formó una bancada legislativa alterna con nueve diputados para restarle poder a Juan Javier Gómez Cazarín, coordinador de la bancada de Morena. “Los morenos 1 y morenos 2”, “Los morenos del Cuic, los morenos del Peje”, suelen llamarlos reporteros de la fuente legislativa en Veracruz.  

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