Las 100 universidades de AMLO, una política clientelar

viernes, 28 de diciembre de 2018 · 09:31
Los especialistas Marco Fernández, exdirector de México Evalúa, y Alma Maldonado, experta en educación superior del Cinvestav, consideran que el plan del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para conformar un sistema de 100 universidades en el país para darle oportunidades de estudio y trabajo a miles de jóvenes tiene en realidad objetivos clientelares. Añaden que, a juzgar por la escasa información que se ha dado sobre el proyecto, le falta seriedad y no cumplirá con los objetivos de preparar profesionales que se integren al mercado de trabajo.  CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Poco se conoce del Programa de Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, con el cual el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretende abrir 100 universidades públicas gratuitas en las poblaciones más alejadas del país. Es uno de los planes más ambiciosos de la Cuarta Transformación que impulsa el presidente, pero genera escepticismo entre investigadores y especialistas en educación superior, que lo califican de clientelar.  “Hay una lógica política detrás del programa, que se viste de supuesta justicia social y oportunidades educativas, pero en el fondo es una estrategia más para la construcción de clientelas electorales, porque si tuviera propósitos realmente educativos, de equidad, inclusión y excelencia educativa, el gobierno sabría que el problema mayúsculo del sistema educativo está en la transición de educación secundaria a media superior”, señala en entrevista Marco Fernández, doctor en ciencia política por la Universidad de Duke y consultor para el Banco Mundial especializado en política pública, particularmente en la reforma educativa.  “Parece una locura”, opina al respecto la doctora e investigadora Alma Maldonado, quien advierte que los mil millones de presupuesto que se invertirán en el programa no alcanzarán e indica que urge conocer de dónde saldrá la plantilla de profesores e investigadores y la infraestructura necesaria para tener una educación superior de calidad. Y subraya que hay prisa en echar a andar este proyecto, encaminado a convertirse en instrumento político o a identificarse más como “las universidades de Morena” que como una alternativa seria de educación superior gratuita para los jóvenes. El 18 de diciembre, en el marco de la reapertura de la Escuela Normal Rural El Mexe en el estado de Hidalgo, López Obrador ofreció un esbozo del programa, que contempla la creación de las 100 universidades públicas. Dijo que tendrá un presupuesto inicial de mil millones de pesos y los planteles se construirán en más de 50 terrenos donados por ejidatarios y pequeños propietarios. No ofreció más detalles de ese programa, que forma parte del proyecto Jóvenes Construyendo el Futuro, a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y de la Secretaría de Educación Pública (SEP).  Al respecto, el subsecretario de empleo de la primera, Horacio Duarte, explicó en un foro para jóvenes el pasado 29 de octubre que en las 100 universidades se impartirán únicamente dos o tres carreras universitarias relacionadas “expresa y claramente con el potencial económico” de su región.  Para la maestra Raquel Sosa, encargada de este proyecto –uno de los 25 estratégicos de López Obrador–, esta meta puede alcanzarse con apoyo de otras instituciones, de los gobiernos estatales y de la iniciativa privada, a fin de recuperar la “escuela mexicana” al margen de las líneas que dictan el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Sosa, quien fue secretaria de Bienestar cuando López Obrador gobernaba la Ciudad de México, adelantó –en una entrevista publicada en el diario La Jornada el 12 de diciembre– que la mayoría de los estudiantes de esos centros educativos tendrán becas y dispondrán de comedores y en algunos casos de albergues para “los alumnos cuyas familias vivan en comunidades apartadas”. El pasado martes 18, en la reapertura de la Escuela Normal Rural El Mexe, la maestra Sosa dijo que con el programa Benito Juárez García se dará educación superior a 300 mil jóvenes que habían quedado marginados y se impulsará el proyecto educativo nacional, con apoyo de la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional e instituciones privadas. Ante los estudiantes y el gobernador de Hidalgo, el priista Omar Fayad, habló del rescate de la escuela normal rural de la que egresaron los luchadores sociales Genaro Vázquez, Lucio Cabañas y Pablo Gómez, y dijo que es parte del programa de las 100 universidades.  “Tenemos la obligación todos de legarle, a esta generación de estudiantes y a las generaciones futuras, el conocimiento de una de las más extraordinarias tradiciones pedagógicas que ha visto el mundo: la mexicana, esa que inició José Vasconcelos hace casi un siglo y que nos ha permitido decir que en México no tenemos que guiarnos por modelos extranjeros. No es la OCDE, no es el Banco Mundial, no es el Fondo Monetario, es nuestra propia escuela, nuestra propia identidad, nuestra propia historia, lo que debe tener siempre un lugar en este espacio extraordinario.” Argumentó que el Programa de Universidades para el Bienestar Benito Juárez García surge en un país que se ha ido olvidando de los jóvenes. Indicó que hace tres años López Obrador le propuso la idea de este proyecto, que arranca con la experiencia de las 19 escuelas que ya existen y que se van a incorporar al proyecto. Sin detallar cuáles son esas escuelas y dónde se construirán las restantes, Sosa adelantó que tanto esas universidades como bachilleratos e institutos tecnológicos se coordinarán desde el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal), que se encuentra en Pátzcuaro, Michoacán.  Según la maestra, han ofrecido su cooperación la UNAM, el Instituto Tecnológico Autónomo de Monterrey, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y las universidades de Guerrero y de Puebla.  “Todos sienten como suyo este proyecto, porque es la extensión del gran conocimiento histórico de las universidades en beneficio del país. Aquí todos tenemos que cambiar muchas cosas y aprender muchas otras. Tenemos que aprender que, si no es juntos, apoyándonos unos a otros, no vamos a poder salir adelante. Tenemos que aprender a convivir con los que piensan distinto a nosotros. Tenemos que vernos en el espejo de los demás, no nada más en el nuestro”, declaró Sosa. Promesa de campaña En los estudios de la OCDE, México se ubica entre los países miembros con el mayor rezago educativo. Por ejemplo, la tasa de graduación en licenciatura es de 20%, mientras que en Alemania, Austria, Italia y España es superior a 30%. En cuanto a la proporción de pobladores entre 25 y 64 años que concluyen la licenciatura, en México es de 17%; en Austria, de 38%; en Alemania, de 27%; en Suiza, de 35%, y en Noruega, de 37%. Los investigadores en educación superior Alma Maldonado y Marco Fernández son escépticos ante el proyecto de las 100 universidades, por el perfil político y clientelar que perciben en el fondo. El doctor Fernández señala que el gobierno de López Obrador tendría que saber que, según “todos los estudios”, en México el gasto en educación superior es regresivo y no se atiende con él a sectores menos favorecidos de la sociedad, como se dice en el discurso gubernamental. “También tendrían que tener más seriedad al explicar los detalles del programa, lo cual no hicieron desde que presentaron la reforma educativa ni el programa; ni el secretario Esteban Moctezuma ni Raquel Sosa explicaron en qué lugares estarán, cuál es la lógica de que sean esos lugares; tampoco las carreras regionales que impartirán ni el diseño de los planes educativos, si serán presenciales o en línea, cómo va a ser la contratación de los profesores encargados de enseñar en esos planteles”, plantea el exdirector de México Evalúa. Agrega que, si se está tomando como referencia a la Universidad de la Ciudad de México creada por López Obrador, en la cual estuvo involucrada Sosa, el gobierno está obligado a transparentar los resultados de dichos planteles, las tazas de egreso y cuán útiles han sido para que los jóvenes se inserten en el mercado laboral. Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Duke, Fernández afirma que el proyecto del nuevo gobierno no tiene realmente el objetivo “de lograr los propósitos educativos de equidad, inclusión y de calidad que le urgen al país para que sea la educación la escalera de ascenso social, de movilidad y se rompa con los círculos de la pobreza”. Al contrario, dice, “en el fondo lo que están construyendo son clientelas políticas y engañando a los jóvenes que acudirán a este tipo de instituciones, porque no se va a traducir en verdaderas oportunidades que sirvan para tener, eventualmente, una mejor condición de vida al integrarse satisfactoriamente al mercado laboral mexicano”. Por su parte, la doctora Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), manifestó que es preocupante que no se tenga información del programa y que se diga que se construirán las 100 universidades en un año. “Eso es una locura, no sé si lo sigan diciendo igual o ya vieron las complicaciones que hay para llevar a cabo este programa en solo un año, pero en todo caso no se sabe nada del proyecto educativo ni cuál va a ser la lógica de la ubicación de las universidades, porque sólo han dicho que estarán en los lugares donde la gente no tiene acceso a opciones de educación superior y que serán proyectos significativos para la región o para la comunidad. “Me parece que vamos a vivir el primer proceso de gubernamentalización de unas universidades de un partido político que son privadas, porque todas las escuelas de Morena que son asociaciones civiles van a formar parte de estas universidades. Si esto va a ocurrir, debe haber transparencia de los resultados de estas escuelas, de la matrícula y eficiencia terminal, de los profesores y el origen de los recursos.” La doctora Maldonado indica que la creación de las 100 universidades fue una promesa de campaña de López Obrador y como tal se está tomando, sin darle un sustento educativo firme para que cumpla con sus fines propuestos. “Ahora –prosigue– con la reforma educativa se propone la obligatoriedad de la educación superior, que deberá ser gratuita, pero esta promesa de campaña no se va a resolver con 100 universidades en comunidades donde quizá la demanda no es suficiente y tan grande, donde además no habrá suficientes recursos.” Y remata: “Si esto lo hubiera propuesto el PAN o el PRI, imagínate lo que pensaría la gente, sería un escándalo”.   Este reportaje se publicó el 23 de diciembre de 2018 en la edición 2199 de la revista Proceso.

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