Gran estafa en México, a la sombra del Salón de la Fama de la NFL

domingo, 20 de octubre de 2019 · 10:10

Un grupo de mexicanos denuncia que ha sido víctima de fraude de parte de Rich McGuinness, director de la Academia del Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional. Ellos explican que les ofreció traer a México a los entrenadores de élite del futbol americano colegial y a miembros del Salón de la Fama a cambio de fuertes sumas de dinero… pero no cumplió. También señalan engaños en la realización de clínicas deportivas en las que prometen llevar a mexicanos a jugar a Estados Unidos. “Me sedujo. Estás tratando con el número uno y el dos del Salón de la Fama, crees que todo lo que te dicen es cierto”, dice uno de los afectados.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Solapado por el Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional, el abogado estadunidense Rich McGuinness defraudó a un grupo de mexicanos en la organización de unas clínicas deportivas y del World Bowl, un juego entre los prospectos de las universidades de Estados Unidos que se realizó en 2018 en México y que se pretende hacer otra vez en 2019.

Los afectados denunciaron por escrito las irregularidades ante David Baker, presidente del Salón de la Fama (Hall of Fame); también ante Cedar Rihani, director de Ingresos de la marca de cascos Xenith, patrocinador del World Bowl, y Roman Oben, vicepresidente de Estrategias para Juveniles y Preparatoria de la NFL, cuyo hijo del mismo nombre participó en el mencionado juego. Sin embargo, ninguno respondió.

En entrevista con Proceso, Ricardo Álvarez y Mariana Escalante, dos de las ocho personas defraudadas, explican cómo McGuinness, mediante el coach Michael Mike López, entró a México con engaños para promover la realización de clínicas o academias en las que promete traer a entrenadores con nivel de la NFL y a exjugadores miembros del Salón de la Fama, como Randy Moss y Ray Lewis… Al final, el único que siempre aparece es Rod Woodson, el colaborador más cercano del abogado estadunidense.

“La intención es avisar que no se vayan a dejar defraudar. Avisar que el propio Salón de la Fama, la NFL y los patrocinadores miran hacia otro lado como si nada estuviera ocurriendo. La NFL y la NFL México están enteradas. Ya tendrían que haber mandado una alerta para que tenga cuidado quien haga negocios con McGuinness, con su socia Loretta Hays y demás colaboradores, como Gary Howard. Queremos desenmascararlos y denunciar que abusan de la confianza y del respeto que en México se tiene por las marcas Salón de la Fama y NFL”, dice Mariana Escalante.

Una ficha

McGuinness es el director de la división de Futbol Americano de Legacy Global Sports, una agencia que organiza torneos y actos deportivos. Al mismo tiempo dirige la Academia del Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional (Pro Football Hall of Fame Academy), un proyecto que, en representación del Salón de la Fama, promueve la capacitación de entrenadores y el desarrollo de atletas con base en la ciencia y la tecnología, de la mano de entrenadores de nivel de la NFL y de exjugadores que fueron entronizados en el recinto de los inmortales.

Junto con su exsocio, el abogado Douglas Berman, McGuinness fue promotor del US Army All-American Bowl, un partido que disputan los mejores jugadores de preparatoria cuando se gradúan y están a punto de entrar a una universidad, becados por su talento porque aspiran a convertirse en las futuras estrellas de la NFL.

El US Army All-American Bowl se realiza desde el año 2000. En 2017, el ejército de Estados Unidos se retiró como principal patrocinador. De acuerdo con los denunciantes, Berman descubrió un desfalco de McGuinness. Ambos acordaron romper su sociedad y McGuinness firmó una cláusula de non-compite, es decir, aceptó que durante dos años no realizaría ningún juego como el Army Bowl, para no entrar en competencia con Berman.

Ante la imposibilidad de realizar este espectáculo deportivo en Estados Unidos, McGuinness pensó en llevarlo a México. Para ello pidió ayuda al entrenador Gary Howard, quien durante dos décadas se ha dedicado a reclutar talentos en las secundarias de Estados Unidos, y contactó a Francisco Frank Bermúdez, quien ha organizado en México y Estados Unidos decenas de clínicas para entrenadores y jugadores.

De acuerdo con Escalante, Frank Bermúdez fue la primera persona a la que McGuinness defraudó, pues invirtió alrededor de 50 mil dólares para realizar unas clínicas en Monterrey y Querétaro… que no se llevaron a cabo.

Bermúdez lo puso en contacto con el coach Mike López y, al final, McGuinness no le devolvió el dinero y nombró a López representante de Pro Football Hall of Fame Academy en México.

En México el coach Mike López se acercó a Gustavo Islas y Benjamín León, quienes a su vez contactaron a Luis Silva para que consiguiera las instalaciones de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán para realizar una clínica el primer fin de semana de abril de 2018.

Los tres tienen años en el mundo del futbol americano infantil y juvenil de México, principalmente en equipos de la liga Fademac. Silva y su familia son los creadores del Friendship Bowl, cuya finalidad es reclutar a niños y jóvenes para que vayan a disputar juegos a Estados Unidos y mejoren su nivel.

Islas y León acordaron pagarle 45 mil dólares a McGuinness para realizar la clínica a principios de abril. La inscripción por participante costó 4 mil 500 pesos, pero al final se redujo a mil 500 pesos por la falta de personas inscritas. La mala organización y errores de logística terminaron por elevar el costo hasta rebasar los 100 mil dólares.

Los organizadores estaban muy molestos porque lo que prometió McGuinness no se cumplió.

“Se supone que iban a instalar equipo de primer nivel para hacerles pruebas a los chavos –como medir la velocidad corriendo las 40 yardas– y eso no pasó. Los papás terminamos utilizando un cronómetro y luego según esto instalaron los postes con los sensores y no servían. Prometió un grupo de entrenadores del nivel de la NFL y sólo vino Brian Pariani (excoach de los Broncos de Denver y que ahora entrena a las alas cerradas de los Vikingos de Minnesota).

“Prometió traer a tres jugadores del Salón de la Fama y sólo vino su caballito de batalla a quien ha ido coludiendo: Rod Woodson. Él se presta y participa para darle credibilidad. Sólo vino un día. Lo grave es cuando después de la clínica los papás preguntan cuál es la plataforma para ver las estadísticas de sus hijos, porque pagaron por eso y tampoco hubo nada”, relata Ricardo Álvarez, empresario, organizador y padre de uno de los participantes.

A la semana siguiente, del 13 al 15 de abril, la segunda clínica programada se hizo en la Universidad Anáhuac de Querétaro. Ahí los organizadores fueron el coach Rassiehl­ López y Braulio Huerta, director general de Pioneers Academy & Agency Football, con sede en Dallas. Él le pagó a McGuinness otros 45 mil dólares.

Al igual que en la primera clínica, lo que se vendió a los participantes fueron visorías por parte de coaches de la NFL y de universidades afiliadas a la Asociación Nacional Atlética Universitaria, para reclutar talento mexicano que aspira a jugar con una beca en el futbol americano colegial.

La oferta de McGuinness también incluyó seleccionar a algunos jugadores mexicanos para acudir a un campamento en la Pro Football Hall Of Fame Academy, en Canton, Ohio, donde competirían contra los mejores jugadores de preparatoria de Estados Unidos. La promesa de reclutar muchachos para que estudien la preparatoria o la universidad e incluso puedan participar en el Draft de la NFL fue parte del atractivo.

“Otra vez Rod Woodson fue el único asistente y el coach Mike López intentó cobrar 10 mil dólares adicionales para que se presentara, cuando se supone que en los 45 mil dólares ya estaba pagada su tarifa por participar, que es de 2 mil 500 dólares por día. Ahí ellos sospecharon que les quería robar. Todo empezó a oler peor.

“Tampoco hubo postes ni se hicieron las mediciones. Estamos hablando de que todo esto se realizó con el aval del Salón de la Fama, cobran muy caro y no cumplen. Fueron decenas de padres defraudados porque pagaron por un servicio y no les cumplieron”, insiste Álvarez.

Querían el Azteca

Pese a los incumplimientos, Álvarez reconoce que se involucró todavía más con Mike López y McGuinness, quien lo nombró director del World Bowl, juego que se programó para el 22 de diciembre de 2018.

Lo primero que McGuinness le pidió fue ayuda para conseguir el Estadio Azteca como sede del partido.

Álvarez y McGuinness firmaron una carta de intención en la cual quedó estipulado que el mexicano conseguiría dos patrocinadores que aportara cada uno 375 mil dólares (alrededor de 7 millones de pesos) y que a él se le daría una comisión de 40%.

Así, mientras Álvarez buscaba a los patrocinadores, Mike López, en calidad de representante de Pro Football Hall Of Fame Academy, se encargó de la parte deportiva.

Con todo y que en las clínicas no cumplieron los servicios ofrecidos, Álvarez y López aceptaron trabajar con McGuinness, quien los invitó a Canton para la ceremonia de entronización al Salón de la Fama de la clase 2018. Ambos fueron presentados ante el presidente y el director de Operaciones del Salón de la Fama, David Baker y George Veras, respectivamente, y ante la crema y nata de la NFL.

McGuinness presumió que ambos eran los promotores del futbol americano en México, donde se realizaron dos clínicas con más de 500 participantes, que habían sido un éxito, y habló del proyecto como un programa grande de expansión del Salón de la Fama en México. Ante las mentiras, Álvarez y López guardaron silencio.

“Me presentaron como el director del World Bowl en México. Estaban todos los dueños de los equipos de la NFL. Estuvimos en un salón privado como parte de las actividades del Salón de la Fama. Se rindió un informe ante el comisionado Roger Godell y miembros del Salón de la Fama (los Golden Jackets). Eso le daba mucha formalidad y creí en ellos.

“Ya tenía la carta de intención entre su empresa Legacy Global Sports y el Salón de la Fama. Para mí era algo muy serio. Todo esto es parte de sus fraudes. McGuinness habla a nombre del Salón de la Fama y aunque yo sé que él paga 50 mil dólares por usar el nombre, ellos (Baker y Veras) lo conocen y solapan lo que hace. Esas son las tripas de esto, te enamoran, te convencen con su maquinaria y se las crees”, cuenta Álvarez.

Después de la visita a Canton, McGuinness­ formalizó con Álvarez su relación mediante un contrato al que le hizo muchos cambios. Uno de los más importantes es que él viajaría a México para cerrar mediante una firma los patrocinios que consiguiera. Con la ayuda de Luis Silva, Álvarez logró rentar el estadio Azul para que ahí se jugara el World Bowl.

Álvarez dice que al mismo tiempo que él trataba de vender los patrocinios en 7 millones de pesos, Mike López y un colaborador llamado Aldo Barrón empezaron a hacer lo mismo por su cuenta, pero sólo pedían 2 millones.

En septiembre de 2018 se incorporaron a la organización del World Bowl Christian Granados y Abril Lazcano, quienes también trabajan en la producción de eventos musicales. Ellos se sumaron al grupo de Mike López porque Arturo Peña, primo del expresidente Enrique Peña Nieto, los presentó.

Red de engaños

McGuinness comenzó a operar a espaldas de Álvarez y mediante un correo electrónico que le mandó en octubre le avisó que lo había destituido como director del World Bowl por no haber cerrado ningún patrocinio. Su lugar lo tomaría Mike López, quien supuestamente ya había conseguido recursos para el acto.

“McGuinness me dijo que necesitaba el dinero en efectivo, que sacara el dinero y que ya luego vemos cómo le hacemos, al fin que ‘es la práctica diaria en México’. Obvio, yo no podía llegar a decirles a los patrocinadores eso. Me reuní con Carso, Hooters, Corona, Chrysler, Bimbo USA. Me tiraron las ventas porque cuando Mike y Aldo llegaron a pedir menos dinero me dijeron: ‘Pónganse de acuerdo’. El daño ya estaba hecho.

“Cerré Hooters como el patrocinador principal, pero ya nada más me avisaron que no me tomarían en cuenta. No recibí mi comisión. Yo gasté como 20 mil dólares de mi dinero en todo lo que tuve que hacer y al final el evento fue un fracaso porque a los patrocinadores les dijimos que iban a asistir 20 mil personas y si acaso llegaron mil 500.

“Los patrocinios te los dan con base en el alcance y no cumplimos. Se vendieron boletos VIP en 2 mil pesos con la promesa de que la gente conviviría con los Golden Jackets, y no los trajeron. Organizaron otra clínica con dizque coaches de nivel de la NFL que tampoco vinieron, así que la gente que compró un boleto para el World Bowl también fue defraudada.”

De acuerdo con Escalante y Álvarez, la renta del estadio Azul costó 500 mil pesos, Aldo Barrón pidió un préstamo de alrededor de 1.5 millones de pesos para sufragar los gastos. Ese dinero aún se lo debe McGuinness a Barrón, quien se dedica a montar espectáculos musicales. Todos trabajaron y operaron con la promesa de que después del World Bowl recibirían su dinero.

Después de que se llevó a cabo el juego, a principios de 2019 comenzaron los trabajos para hacer la segunda edición del World Bowl y más clínicas en México.

Al proyecto se incorporó como directora del World Bowl y de las clínicas la exasistente de Rich McGuinness, Loretta Hays, con quien en 2018 ya habían tratado Mike López y Ricardo Álvarez. Hays trabajó de la mano con Granados y Lazcano. Ésta conoció a Mariana Escalante por casualidad en Cancún. Escalante trabajaba en una agencia de viajes y Lazcano la invitó a coordinar la logística del viaje de las 150 personas que vendrán a México en diciembre próximo, así como el hospedaje para evitar que se repitiera la desorganización de 2018.

Al igual que Álvarez, Escalante vislumbró una gran oportunidad de hacer un negocio. Si lograba posicionar en México el World Bowl, y en general el futbol americano colegial de Estados Unidos, abrirían un mercado nuevo. Según ellos habría beneficios deportivos porque se podrían exportar jugadores mexicanos a las universidades e incluso a la NFL y, al mismo tiempo, sería muy redituable en lo económico.

Escalante refiere que al empezar a tocar puertas con los patrocinadores se encontró con que el evento y el coach Mike López tenían muy mala fama (Hays, además, lo acusaba de que le había robado unas playeras cuando fue a la reunión en Canton). Los representantes de las empresas a las que les tocaba la puerta le contaban lo que había pasado en 2018 y supo también que McGuinness había quedado a deber dinero.

Como parte de su estrategia para posicionar la marca World Bowl y las clínicas, pidió ayuda al Consejo de la Comunicación, invitó a participar al presidente de la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano, Juan Manuel Bladé Cavazos, y al de Fademac, César Sotomayor.

Tocó la puerta a empresas como Cinemex, Coca Cola, al dueño del equipo Cóndores, el abogado José Luis Nassar, y sumó a su equipo a una amiga, María Elena Gamboa, quien la podría acercar con American Express.

Entre sus proyectos, Escalante invitó a Loretta Hays al Colegio Americano, donde estudian sus hijos. Comenzaron a organizar una visita de exjugadores y miembros del Salón de la Fama, como Ray Lewis, Rod Woodson y Andre Reed, que tampoco se concretó.

De acuerdo con Escalante, para entonces ya sospechaba que había algo raro. A pesar de que existía la promesa de firmar contratos, por los antecedentes de incumplimiento dudaba de que los exjugadores de la NFL de verdad vinieran a México. Aún así decidió seguir adelante.

Dice que McGuinness y Hays, con el mismo modus operandi de 2018, la llevaron a Canton a la ceremonia de entronización en agosto pasado.

Le pagaron el viaje. Con ella fueron Christian Granados y Abril Lazcano. Invitó a Blade, quien no asistió, y a Sotomayor, quien mandó a su hijo en su representación. Ahí conoció en persona a McGuinness.

“En la junta que tuvimos Rich y Loretta me dijeron que el dinero de los patrocinadores iba a entrar a Legacy Global Sports y luego a Sportz Strategy Marketing Group, que es otra empresa en donde está Loretta. Que pagarían lo que se debe del año pasado y luego a nosotros por lo de 2019. Yo pensaba: ‘No voy a lavarles el dinero. Los patrocinadores no van a querer hacer depósitos que no sean para el Salón de la Fama y yo no voy a conseguir dinero para pagar deudas del año pasado’. Rich le debe dinero a Abril, a Christian, a Aldo y a Mike.

“Yo ahí todavía no sabía lo que le hizo a Ricardo, a Gustavo, a Luis y a los demás. A esa reunión me acompañó mi esposo, Luis, y él le dijo a Rich que necesitábamos contratos para las clínicas. Le pedimos que aclarara por qué los depósitos del dinero serían a esas empresas y ahí como que saltaron. Presentamos una propuesta de negocio para recaudar fondos y hacer el World Bowl durante tres o cinco años más. Rod Woodson nos pidió la presentación para pedirle entre 4 y 5 millones de dólares a la NFL a través de Roman Oben, para llevar a cabo el proyecto en México”, narra.

Entonces, Luis Escalante se dirigió a Loretta Hays y le preguntó cuánto les pagarían por entregarle la estrategia. Escalante dice que Hays de manera muy violenta les gritó lárguense de aquí y comenzó a tratar con el hijo de César Montemayor para realizar las clínicas directamente con la Fademac.

La mentira sigue

De regreso a México, los Escalante hablaron con el coach Mike López, quien les narró lo acontecido en 2018. Después buscaron a Ricardo Álvarez y conocieron al resto del grupo de mexicanos que habían sido defraudados. Mediante una conversación de WhatsApp, Loretta Hays exigió que le entregaran la presentación para dársela a Woodson. Como no lo hicieron les dijo que ella armaría la suya con base en lo que había visto, es decir, que la plagiaría.

“Con la relación que tienen con Roman Oben, sacar 2 o 5 millones de dólares de la NFL no es difícil. Rich consigue presupuesto por parte de NFL para embolsarse ese dinero y busca patrocinios en México para sacar los gastos. Se lleva 50 mil dólares por un lado, otros 50 mil por otro y tiene gente aquí trabajándole gratis”, acusa Álvarez.

Para evitar que McGuinness siguiera defraudando mexicanos, los Escalante y Álvarez enviaron cartas para alertar tanto a David Baker como a los potenciales patrocinadores.

Mariana Escalante asegura que se reunió durante tres horas con Arturo Olivé, director general de la NFL México, quien les dijo que avisaría a la NFL en Estados Unidos.

La realización del World Bowl 2019 está en duda, toda vez que ni siquiera se ha llevado a cabo la presentación oficial. El roster de jugadores participantes ya está disponible y está calendarizado para el 21 de diciembre en el estadio Azul.

Asimismo la realización de clínicas continúa. Junto con la Organización de Futbol Americano del Sureste (Ofase), Pro Football Hall Of Fame Academy ya había anunciado una en Cancún del 18 al 20 de octubre, donde participaría Rod Woodson.

En un comunicado la Ofase anunció que se cancela hasta nuevo aviso, pero de manera interna informaron que se debe a la falta de garantías de la empresa de McGuinness.

–¿Por qué, si vieron las señales de que McGuinness no es confiable, decidieron trabajar con él?

–Te seduce el tema del Salón de la Fama –responde Álvarez.

Barrón dice lo mismo: “Me sedujo. Estás tratando con el número uno y el dos del Salón de la Fama, crees que todo lo que te dicen es cierto”.

Escalante añade que la cadena CBS le paga a McGuinness por los derechos de transmisión del World Bowl y que su principal patrocinador, los cascos Xenith, le dieron 25 mil dólares en 2018 y le entregarán otros 50 mil para el juego de 2019.

“Lo que necesita McGuinness es que alguien le pague el evento, le saca dinero a la NFL para las clínicas a través de Rod Woodson y a Xenith también. Todo eso se lo queda él. Viene y se roba nuestras ideas, nuestras estrategias. Le apuesta a que el World Bowl sea tan importante en México como en Estados Unidos, así evade el non compite y se queda con el dinero”, denuncia Escalante.

Todos los involucrados demandarán de manera colectiva a McGuinness en Estados Unidos por daño moral, por el dinero que les hizo perder y porque su imagen quedó lacerada ante las empresas con las que gestionaron los recursos económicos para financiar el World Bowl.

No quieren hablar

La semana pasada David Baker, presidente del Salón de la Fama, por fin se interesó en las prácticas fraudulentas de McGuinness.

Rod Woodson y Loretta Hays llamaron por teléfono a Frank Bermúdez cuando supieron que también quiere emprender acciones legales contra McGuinness.

A raíz de esa comunicación, Woodson habló con Baker para advertirle que si McGuinness continúa al frente del proyecto de las clínicas en México él ya no participará ni irá a algún acto del Salón de la Fama.

Baker se comunicó con Bermúdez, quien le reclamó que durante un año no atendió los correos electrónicos que le enviaron avisándole sobre el comportamiento de quien explota de manera abusiva y fraudulenta la marca Salón de la Fama.

Esto lo narran Mariana y Luis Escalante a quienes Bermúdez puso al tanto de ambas conversaciones:

“Frank le dijo a Baker que necesitamos que intervenga. Le reclamó que no nos contestó y Baker le dijo que no tenía por qué contestar puesto que no le mandamos pruebas.

“Bermúdez le dijo: ‘Tenías que investigar lo que te mandé yo y las personas engañadas; no se trata sólo de recuperar el dinero, sino de nuestra integridad, incluida la mía’. Quedaron de volver a hablar y Frank nos dijo que nos informaría. Ricardo también le escribió a Roman Oben y le dijo que en breve le dará una respuesta”, detalla Escalante.

Proceso contactó al coach Mike López y a Abril Lazcano, quienes no respondieron a una solicitud de entrevista. Christian Granados también declinó a hablar. McGuinness y Veras tampoco respondieron el correo electrónico en el que se les pidió su versión de los hechos.

En cambio, el director general de la NFL México, Arturo Olivé, aclaró que la liga no está relacionada con la organización del World Bowl en México. Este reportaje se publicó el 13 de octubre de 2019 en la edición 2241 de la revista Proceso

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