Captura y liberación, un modelo que se repite en el entorno familiar del 'Chapo”

miércoles, 23 de octubre de 2019 · 12:54
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán López, efectuado por efectivos del Ejército el jueves 17, que propició el ataque armado por parte de diversos grupos del Cártel de Sinaloa, que lograron el repliegue de los militares y la liberación del hijo de El Chapo Guzmán, contrasta con la “limpieza” en la detención de la madre del joven, Griselda López, y de la misma Alejandrina Salazar, ambas parejas sentimentales de Guzmán Loera. Pero coincide en que pasaron retenidos por la autoridad sólo unas horas. La mañana del 12 de febrero de 2014 la detención de Griselda López Pérez en una zona residencial de Culiacán y su traslado a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en la Ciudad de México, bajo el cargo de lavado de dinero para el cártel formado por su exesposo, El Chapo, no llevó más de cinco horas. En el operativo de arresto participaron 200 efectivos de unidades especiales de la Policía Federal, el Ejército y la Marina. Todo un aparato táctico y logístico, un aparatoso despliegue de fuerza que, al final, sirvió. De manera insólita, la PGR dio marcha atrás y la dejó en libertad. La detención de Griselda López no trascendió sino hasta el mediodía del jueves 13 de febrero, cuando versiones de prensa reportaban el hecho como un rumor. Pero a esa hora la exesposa del Chapo ya estaba libre, de regreso a su pueblo, Jesús María, a media hora de Culiacán. Hasta la noche de ese día la PGR confirmó su detención y posterior liberación bajo “las reservas de ley”, a pesar de que era la principal destinataria del operativo en el que se aseguraron seis casas, siete automóviles de lujo, cinco cajas fuertes con joyas y otros bienes relacionados con El Chapo. Era la primera acción en Culiacán contra propiedades vinculadas con el narcotraficante. Su detención se logró de forma exitosa. Sin un solo disparo y en sigilo. Al margen quedaron los efectivos militares y navales que participaban en la Operación Conjunta Culiacán-Navolato-Guamúchil-Mazatlán, incluido el entonces general de brigada Noé Sandoval Alcázar, comandante de la Novena Zona Militar con sede en la capital sinaloense. Previamente, en la noche del martes 11 de febrero, 200 elementos del Ejército, la Marina y la Policía Federal se movilizaron desde la Ciudad de México al servicio del Ministerio Público federal adscrito a la unidad de lavado de dinero, con una orden del juez Cuarto Federal Penal Especializado en Cateos, Arraigos e Intervenciones de Comunicaciones, incluida en el expediente 232/2010, para catear siete domicilios de cuatro colonias de Culiacán. Griselda López Pérez fue detenida en la casa de Cerro de las Siete Gotas. El mediodía del miércoles los uniformados la presentaron ante la unidad de lavado de dinero de la SIEDO, en la capital del país. Ahí pasó la noche. En un boletín emitido la noche del jueves 13, la PGR confirmó la detención y posterior liberación de López Pérez, a quien también identificó como Karla Pérez Rojo. En ese entonces la PGR justificó así su liberación: “Dentro de las acciones realizadas se presentó a Griselda López Pérez o Karla Pérez Rojo, quien después de rendir su declaración ante el Ministerio Público de la federación se retiró con las reservas de ley”. La detención de López Pérez estuvo antecedida por la insistencia de la revista Forbes en colocar al Chapo en un lugar prominente de la delincuencia organizada internacional. Lo puso ese año en “el segundo lugar de la lista de los 10 delincuentes más buscados del mundo”, sólo debajo del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden. En 2001, cuando aún era esposa del capo, Griselda López Pérez fue quien lo acompañó en su primera etapa como fugitivo, tras escapar del penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, en enero de ese año. En 2002 López Pérez ayudó a su entonces esposo a rentar casas en el Distrito Federal, en las colonias Ampliación Jardines del Pedregal, de la delegación Álvaro Obregón, y Santa Úrsula Xitla, en Tlalpan. Fue la segunda esposa de Guzmán Loera y con ella procreó cuatro hijos. Uno de ellos, Édgar Guzmán López, de 22 años, fue ultimado por órdenes de los hermanos Beltrán Leyva el 8 de mayo de 2008 en un centro comercial de Culiacán. Sus asesinos utilizaron bazucas y lanzamisiles. Griselda López ha pasado la mayor parte de su vida en Jesús María. De ese lugar son originarios sus padres. Incluso, el capo construyó para ella y sus hijos una residencia separada de la población sólo por la carretera. En Jesús María está también la sepultura de Édgar Guzmán: un mausoleo levantado en una superficie de 2 mil metros cuadrados que supera en tamaño a la iglesia local. Durante un recorrido por Jesús María, en marzo de 2013, los habitantes describieron a Proceso a la familia de Griselda López, La Karla, como la llamaron varios de los entrevistados: es “sencilla” y “tranquila”, no sólo toma parte de todas las festividades del poblado, sino que también los hace partícipes de sus eventos. Édgar, el hijo mayor, era querido por los lugareños por su trato afable. Un ejemplo: a la ceremonia luctuosa oficiada en su honor acudió todo el pueblo. Al término de la misa, la señora Griselda, en agradecimiento por su solidaridad, ofreció a los presentes un recuerdo: un costalito que contenía un rosario de oro de 24 kilates (Edición especial de Proceso número 24. El México narco). Alejandrina Antes de Griselda, El Chapo estuvo casado con Alejandrina María Salazar Hernández, con quien contrajo matrimonio en 1997 y tuvo cuatro hijos. El mayor, Archivaldo Iván Guzmán Salazar, El Chapito, fue detenido el 9 de junio de 2005. En otro intento de la PGR por procesar a una de las parejas del narcotraficante, en junio de 2005 el juez Antonio González García, titular del Juzgado Octavo de Distrito, negó a la Procuraduría las órdenes de aprehensión por lavado de dinero contra Alejandrina María Salazar y algunos de sus familiares, entre ellos su hermana Imelda. La PGR, que ya había aprehendido a Alejandrina, debió dejarla ir de inmediato. Ese mismo mes, la sobrina de Alejandrina, Claudia Adriana Elenes Salazar, quien estuvo presa en el penal de Santa Martha Acatitla, fue exonerada por el mismo Tercer Tribunal Unitario del cargo de lavado de dinero. El magistrado Jesús Luna Altamirano determinó en esa ocasión que “la PGR no aportó elementos de prueba para considerar, ni siquiera de manera indiciaria, que una cuenta bancaria a nombre de la inculpada hubiera sido manejada con recursos de procedencia ilícita”, por lo que ordenó que se revirtiera el fallo del juez de primera instancia que sometió a proceso a la mujer. Ovidio, el hijo menor de Griselda López con Guzmán Loera, es quien acaba de librarse de una detención. A diferencia de su madre, quien fue detenida en un operativo en el que participaron 200 efectivos de las fuerzas armadas, el gobierno mexicano sólo envió un convoy de 30 militares, quienes no contaron con respaldo ni por tierra ni por aire. Este texto se publicó el 20 de octubre de 2019 en la edición 2242 de la revista Proceso

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