Una versión hispana recrea la Conquista de México

domingo, 10 de marzo de 2019 · 09:51
Dos españoles hacen mancuerna para dar vida a El sueño de Malinche, cinta ilustrada por el artista del cómic Pablo Auladell (Alicante, 1972), con investigación y libreto del director de cine y escritor Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934), quien vendrá a nuestro país para su estreno internacional el próximo 12 de marzo en la edición 34 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). A decir de Suárez, no se trata de un recuento histórico de la Conquista, “sino de una fábula inspirada en los cronistas españoles, los testimonios del náhuatl y los códices aztecas”. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La reciente película del cineasta asturiano Gonzalo Suárez se titula El sueño de Malinche, en la que, sin esconder el dolor y las muertes, rememora la conquista de México, llevándole “años de gestación” y aclarando que “es un trabajo artesanal que no ha hecho para ningún centenario, ni celebrar nada, es una mera coincidencia”. Al preguntarle cómo surge esta cinta de 50 minutos, enfatiza vía e-mail desde España: “En realidad, el filme debió haberse titulado El sueño de Moctezuma. Él es el gran personaje de esta pieza poemática, ilustrada por el dibujante Pablo Auladell. Pero esto no excluye el protagonismo de esa mujer llamada Malinche, quien incidió de forma decisiva con la palabra en la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan y en sus consecuencias.” El también escritor resalta que “toda conquista es trágica; pero no he querido hacer un recuento histórico, sino una fábula que, inspirada en los cronistas españoles, los testimonios del náhuatl y los códices aztecas, tuviera reminiscencias pictóricas fuera de contexto”. La película narra desde el encuentro en Tenochtitlan, el 8 de noviembre de 1519, entre Hernán Cortés y Moctezuma, cómo la Malinche es la intérprete entre ambos, y luego cómo acompañó a Cortés. El sueño de Malinche se proyectó por primera vez en el Museo del Prado de Madrid el pasado 25 de febrero, “ante 400 personas de la cultura”, y su estreno internacional será en México el próximo 12 de marzo en la edición 34 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), Jalisco, que se efectuará del 8 al 15 de este mes. Suárez, nacido en Oviedo en 1934, también ofrecerá una conferencia magistral en el marco de la Cátedra Julio Cortázar (el escritor fue su amigo), el mismo día 12 a las 12 horas, con la presentación de Iván Trujillo, exdirector del FICG y ahora director de TV UNAM, en el Paraninfo Enrique Díaz de León. Dicha cátedra se fundó por iniciativa de los escritores Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, quienes en 1993 unieron los recursos de las becas que recibieron del gobierno mexicano como escritores eméritos, para que en la Universidad de Guadalajara se llevaran a cabo disertaciones con artistas y humanistas de alto nivel. La cátedra se iniciará con un ciclo fílmico de Gonzalo Suárez desde el 8 de marzo, en la Sala 5 de la Cineteca FICG, con la proyección de Ditirambo (1969) y Aoom (1970), y comentarios de Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Catalunya –cineasta y biógrafo de Suárez–. Al otro día, el 9, se exhibirá Parranda (1977) y Remando al viento (1989), igual con la plática de Riambau. Y el 11 se mostrará El detective y la muerte (1994), con Iván Trujillo. En el Museo del Prado, el director de este recinto, Miguel Falomir, resaltó el día de la presentación de El sueño de Malinche: “Es una obra muy inteligente y necesaria para reflexionar sobre una historia compartida a ambas orillas de Atlántico.” Inquietud longeva Suárez, por su parte, narró a Proceso, en un cuestionario, que llevaba años con este proyecto en mente. Con ayuda de su célebre colega, Antonio Saura y de su mujer Hélène Girard (también colaboraron en su película Remando al viento), se documentó durante largo tiempo en las crónicas de españoles, en las traducciones del náhuatl y códices aztecas, y en libros de historiadores que han abordado el tema de la conquista de México, como: Visión de los vencidos y El reverso de la conquista, de Miguel León-Portilla; Códice Borgia, del Fondo de Cultura Económica; Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo; Lluvia de dardos: Historia política de los aztecas, de Brundage Cartwrigh; Crónica de la Nueva España, de Francisco Cervantes de Salazar; Cartas y documentos, de Hernán Cortés; Historia de las Indias de la Nueva España e islas de la tierra firme (dos volúmenes), de Fray Diego Durán, e Historia general de las cosas de Nueva España, de Fray Bernardino de Sahagún, entre muchos más. Suárez rememora que el guion que escribió decidió adaptarlo a la pantalla grande con el dibujante e historietista Pablo Auladell (nacido en Alicante en 1972, de reconocida trayectoria en libros y con varios premios), quien ha ilustrado clásicos y textos contemporáneos. Confiesa que le resultó exhaustiva la documentación “para luego poder emanciparse de ella y escribir libremente”. Sigue: “Llevaron tiempo y paciencia las grabaciones de voces y los elaborados dibujos, y tuvimos fortuna encontrando a un productor altruista que entendiera el proyecto. Se llama Joaquín García-Quirós.” –¿Cómo es que decidió que El sueño de Malinche fuera ilustrada? –Son dibujos a los que la cámara, las voces y la música dan vida y cadencia. “Lo decidí cuando vi el libro de Pablo Auladell El paraíso perdido, poema narrativo de John Milton (1608-1674). Hasta entonces tenía grabada toda la banda sonora, las voces de los actores, la música, en fin. Había empezado la casa por el tejado sin saber aún lo que haría; pero era claro lo que no quería hacer. Es un sueño que me persigue desde los años sesenta: Hacer un cine al margen de todo condicionamiento.” –¿Por qué no la filmó en ficción y con actores reales? –Los actores que dan vida con sus voces a El sueño de Malinche son tan reales, o más, que los que simulan ser en una película lo que no son. Esta no es una película de ficción que pretenda ser lo que no es. Es como un cuadro de museo que revive en la pantalla. Ese es el concepto por el que el Museo del Prado aceptó excepcionalmente presentarla con un éxito total, y el Museo Reina Sofía, entre otros, la espera. He de confesar que soy el primer sorprendido.” Las voces son de los actores Ana Álvarez, Mariana Álvarez, Carmelo Gómez, Santiago Meléndez, Pablo Guerrero y Clara Sanchís, y del mismo Suárez. Al cuestionarle al cineasta si la película es en español y náhuatl, ironiza: “Steven Spielberg la realizará en inglés, supongo (el cineasta estadunidense producirá una serie de televisión de cuatro horas, centrada en Hernán Cortés y su relación con Moctezuma, para Amazon, con Javier Bardem como el conquistador). El sueño de Malinche es en español. Me habría sido difícil encontrar a actores del lugar y la época. Pero siempre podremos subtitularla.” No considera a su cinta un largometraje: “Su duración, como su factura, es absolutamente libre. Ni se ha solicitado ni tiene subvención alguna. Es como un lienzo expresionista. Con reminiscencias del Guernica, de Pablo Picasso, o de una pintura de El Bosco.” –¿Cómo define al conquistador Hernán Cortés? –Astuto, osado y cruel. Implacable. Sin piedad. Al subrayarle que Cortés murió en la pobreza, enfatiza: “Hubiese sido más justo que hubiera muerto en México antes de que torturara y matara a Cuauhtémoc…” –¿Y cómo define a la Malinche? –Me remito a lo que de ella escribe Bernal Díaz del Castillo: “Aquella india y señora que allí nos dieron, era verdaderamente gran cacica e hija de grandes caciques y señora de vasallos, y de muy buen parecer…” –Entonces, ¿qué destaca de esta mujer indígena? –Vuelvo a dejar que Bernal responda: “Jamás vimos flaqueza en ella, sino muy mayor esfuerzo que de mujer… Y como fue tan excelente mujer y de buena lengua, la traía siempre Cortés consigo…Y Doña Marina tenía mucho ser y mandaba absolutamente entre los indios…”. –¿Qué opina de este periodo histórico en México y de la conquista? –Creo que lo de “encuentros” es un eufemismo. Fue una conquista y tuvo como consecuencia la fusión de dos mundos y una influencia en el mundo entero. Tuvo por supuesto su lado cruel; pero, a diferencia de otras conquistas, por lo menos hemos conocido quiénes estaban al otro lado, sus nombres, lo que no ocurrió con el imperio belga en África, por ejemplo.  Suárez exalta que no defiende los hechos, sino que recuerda el contexto histórico. En la película sorprende una voz en off que destaca palabras deslumbrantes del soldado Bernal Díaz del Castillo, mientras Cortés ve a Tenochtitlan: Eran cosas nunca oídas, ni vistas, ni aún soñadas, las que veíamos y admirábamos, los huertos y los jardines, y la diversidad de árboles, y los olores, y los estanques de agua… Para acotar el cineasta después: Era un gran pueblo y estaban pobladas la mitad de las casas en tierra y la otra mitad en el agua, y ahora está todo seco, tan cambiado… ¡Ay!, señor, ¿qué cosas hicimos?, ¿qué cosas hicimos los 550 que venimos con Cortés?... –A diferencia de sus otras películas, ¿qué retos implicó El sueño de Malinche? –En cierta manera, era volver a mis deseos de los años sesenta de crear un cine en completa libertad, independientemente del tema que tratara. Películas como El extraño caso del doctor Fausto o Aoom, realizadas en 1969, así lo demuestran. La variante reside en los dibujos de Pablo Auladell. Es una alternativa al cine de alfombras rojas. El pintor Pablo Auladell recibió en su país los galardones del Ministerio de Cultura a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles en 2005; al Autor Revelación en el Salón del Cómic de Barcelona en 2006, y el Nacional del Cómic 2016 por El paraíso perdido.  Ha publicado La leyenda del santo bebedor, La puerta de los pájaros y Pameos y meopas. También expone con regularidad en galerías y centros de arte europeos e imparte conferencias y cursos sobre ilustración y cómic. Actualmente colabora en el Master de Ilustración Ars in Fabula en Macerata, Italia. Auladell se refiere así a El sueño de Malinche. “Es como un descenso al Hades de la historia, donde el narrador se encuentra con las sombras de los personajes que protagonizaron algo tan fascinante y aún lleno de misterio, como la conquista de México. Y esas sombras repiten eternamente el mismo gesto, el mismo discurso; son como el eco ensimismado de una épica en la que han quedado atrapados o condenados, de un destino al que se vieron abocados sin remedio actores obligados a una representación continua de la obra que les dio fama.” Colabora con el también autor de los libros Tres veces trece, El asesino triste, Ciudadano Sade en La musa intrusa (Random House), que saldrá este año, por la calidad del libreto que le mostró Gonzalo Suárez: “Fue una gran afinidad la que sentí con el enfoque poético que él utiliza. El proceso fue arduo, no sólo por la gran cantidad de dibujos que hubo que realizar, sino, mucho más importante, por la búsqueda del tono adecuado para responder gráficamente al mundo poético desplegado por Gonzalo. “Encontrar el tono de una obra y mantenerlo es, en mi opinión, algo fundamental. La referencia para dibujar a los personajes fueron siempre las palabras que pronunciaban, ellas me daban el gesto y el misterio.” La película también la acompaña un libro con el mismo nombre de la editorial La Huerta Grande. Forma parte de la colección de Narrativa ilustrada. Recoge los textos y los dibujos que dan forma al filme. Philippine González-Camino, directora editorial de La Huerta Grande, escribe en el libro: “Durante tres años he tenido el privilegio de poder seguir muy de cerca el desarrollo y la producción de El sueño de Malinche. Y por eso sé que no fue un camino fácil y que la película necesitó tiempo para encontrar su forma final, la que a mi parecer la convierte en una pieza única. En el ir y venir de esos desvelos y dudas de artista que avasallaban a Gonzalo Suárez, llegó al proyecto Pablo Auladell. Dos grandes artistas mano a mano para dar palabras y forma a una gesta fundacional con un carácter tan universal que hay que ser muy osado y tener una conciencia muy clara de la excelencia para hacerlo sin miedo a errar.  “No había ningún motivo para que no se hiciera el libro y por eso hoy está aquí. Tocar a la épica de Cortés y de Moctezuma es tocar a la tradición y siempre hace falta valor para atreverse con la tradición. Y tan cierto como eso es que sólo los que imaginan y piensan a lo grande pueden dejar una huella que resista al tiempo. Esa es la pretensión de El sueño de Malinche. Y sólo puedo desear que este libro contribuya a dar fe de esa gesta”. Al productor de la cinta, Joaquín García-Quirós, le gustaría que la película y el libro lleguen a jóvenes, “para que conozcan su historia”, y al público en general, “para que interpreten y revivan el pasado que conocen desde una visión más emocional y artística”. A Suárez le gustaría que su película El sueño de Malinche se viera “con el estupor con el que descubrimos las pinturas prehispánicas en las paredes de una cueva, con la misma mirada con la que ha sido realizada”. Este texto se publicó el 3 de marzo de 2019 en la edición 2209 de la revista Proceso.

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