El futuro editorial, los independientes: Dharma Books

sábado, 30 de marzo de 2019 · 09:40
Nacida apenas hace tres años y a la caza de los valores jóvenes de la creación literaria, esta pequeña editorial se mueve con un misticismo ajeno al mercado voraz, en favor del libro-objeto, y al alcance del lector. Sus dos impulsores, Nicolás Cuéllar y Raúl Aguayo, luchan por la independencia, al margen del e-book. Su hasta ahora breve catálogo está distribuido en modestas librerías y cafés del país.   CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Enclavada en el corazón de la colonia Condesa, en una pequeña oficina que comparten con un despacho de arquitectos, Dharma Books + Publishing, editorial que nació hace tres años, tiene una razón de ser: dar voz a los nuevos talentos de la literatura. Nicolás Cuéllar y Raúl Aguayo, de 27 y 28 años, respectivamente, con estudios en literatura, apostaron por el mundo editorial conformando hasta ahora un catálogo de nueve volúmenes en los siguientes géneros: Ensayo: Cinécdoque de Mario Luis Reséndiz. Ilustración: Algo tan oscuro que no tiene nombre de Andrea Alzati. Narrativa: Naturaleza muerta de Miguel Cossío Woodward. Y poesía: Aquí el silencio no descansa de Enrique Urbina, Balara y Asgard y otros poemas de Roger Santiváñez; Estación Aldebarán de Rosa Durán, La posteridad de Juan Alcántara, y Evelyn de Inti García Santamaría (que obtuvo Mejor Libro del Año 2018, acorde a la selección de la revista La Tempestad). Estas obras se encuentran colocadas en espacios claves que ofrecen lectura independiente, en cafeterías y pequeñas librerías de la Ciudad de México, Guadalajara y Puebla (https://dharmabooks.com.mx). Además este año prometen volúmenes de Antonio Ortuño, José Ignacio Lanzagorta, Pedro César Carrizales El Mijis y Jaime Meza, así como una portada con ilustración de Alejandro Magallanes. Confiados en la labor que han venido desempeñando, los fundadores y líderes de un equipo que también incluye a Gerardo Menéndez (edición y dirección de impresión), Valeria Villalobos Guízar (edición y dirección de gestión), Andrea Volcán Variya y Héctor Bravo Benítez (ambos diseñadores), explican que este año esperan lanzar 14 ediciones, la primera de ellas a partir del próximo mes. “Dharma” –explican desde una fina y discreta mesa en tono miel que divide la editorial del despacho de los también jóvenes arquitectos, de la oficina de trabajo de la novel editorial de tres por tres metros–, es un término que alude a lo espiritual. “Viene de un concepto sobre el camino de Buda que busca hacer el menor daño posible en cualquier tipo de arte”, dice Aguayo, quien revela que el nombre se lo dio sin querer quien fuera su profesor, nada más y nada menos que Sam Hamill (1943-2018), el poeta estadunidense y cofundador de Copper Canyon Press, y abona Cuéllar: “En la industria del libro las grandes editoriales a veces no hacen bien las cosas, hay prácticas monopólicas que impiden que otras editoriales, sobre todo las pequeñas, puedan competir, y estamos definitivamente en contra de eso… nuestro principal interés es cuidar nuestras ediciones y aportar a la cultura de esa manera.” Y agrega Aguayo, “siempre tratando de respetar la profesión de librero y del objeto libro”. Apuesta por nuevas plumas ¿Por qué apostar por los libros? –Porque creemos que podemos hacer las cosas de una manera distinta, no sé si mejor, esperamos que sí, haciendo ediciones cuidadas, no caras, con varias líneas, dando voz a escritores jóvenes. El futuro de la editorial es independiente, las grandes editoriales ya entraron en un ciclo del que no pueden salir comprando sellos para ganar mercados, y no hay forma de que publiques bien y cuidadosamente a esa velocidad. Además de la apuesta por las nuevas plumas hay otra línea que buscan: la de publicar a autores de zonas de conflictos que jamás han sido traducidos al español. Explican: “Primero, escritores jóvenes no hablando de rechazados como un mal término porque son malos, sino a los rechazados por razones políticas, amiguismos, y hasta por falta de atención a manuscritos; y el otro tema es buscar tener a autores en zonas de conflicto más allá de México que sean traducidos por traductores nacionales jóvenes, y a jóvenes ensayistas mexicanos para que hablen sobre esas zonas… pero este segundo punto requiere mayor infraestructura.” –¿Cómo es la labor de encontrar a estos nuevos autores? –A través de convocatorias que lanzamos. El año pasado tuvimos una para autoras, y nos ha funcionado muy bien”, dice Cuéllar, amante de los poetas peruanos Blanca Varela, César Vallejo y Roger Santiváñez. Mientras que Aguayo, seguidor de Juan Rulfo y Josefina Vicens, y fanático del ensayo musical, dice que en un principio, cuando nadie los conocía debido a su limitada experiencia, tenían que acercarse directo a los autores. Explican que al inicio buscaron a algunos como Luis Reséndiz (Estación Cinécdoque, 2016), a Miguel Cossío Woodward (Naturaleza muerta, 2018), a Antonio Ortuño –de quien van a publicar un nuevo libro–, y con él se suman otros autores de mayor renombre como Jaime Meza, poetas como Sara Uribe y Hernán Bravo Varela, “personas que creen que y se dan cuenta de que hay una propuesta interesante por parte de Dharma”. “Libro-objeto a precio discreto” Sobre el proceso de recepción refieren que, más allá de las convocatorias, todas las lecturas son bienvenidas, y les llegan en promedio unas cuatro propuestas por correo electrónico al mes. –¿Cuál es la clave para ser publicados por Dharma? –La pasión por la lectura más allá de la vanidad de poder decir que se tiene un libro publicado, y eso se lee y se siente”, dice Cuéllar, y completa Aguayo: “Todo texto debe ser poético. Con honestidad, no queremos escritores que busquen el ego, los escritos deben tener un balance para nuestro nicho y nuestros lectores.” En medio del boom tecnológico, resulta de interés que la página web de Dharma no tenga una sección de libros electrónicos (e-books, en inglés), pero es a propósito, responde Aguayo: “No nos gusta, nos gusta el libro como objeto pese a los argumentos de que el e-book es más práctico, barato. Nosotros vemos el lado económico de lo que implica una editorial que le da dinero al escritor, al impresor, al librero, nos parece que hacer libros es parte de un comercio justo. “Y por otra parte es un capricho, como lo es el regreso del vinil, es una experiencia de leer un libro, de tener el objeto en nuestras manos, y justo de ahí nuestro slogan: libro objeto a precio discreto, porque queremos que se lean pero que se disfrute al tacto… el libro es lúdico, un objeto para adultos.” Sentencia Cuéllar “La verdad el e-book no nos quita el sueño”. Y Aguayo: “Recuerdo que durante la FIL Guadalajara del año pasado sentí hartazgo de los autores, muchos de ellos son novedad dos semanas y acaban en los estantes de atrás, sus libros terminan reciclándose para acabar siendo papel de otros, no queremos que nos pase eso.” Propósitos Con orgullo explican que tras una primera incursión en esa Feria Internacional del Libro –en donde compartieron stand–, consideraron el 2018 como “año puntero para Dharma”, y comparten que para 2019 tendrán su propio espacio en el pasillo de editoriales independientes, junto a la editorial Impronta y frente a Almadía, e incluso contarán con un diseño especial que estará a cargo de Taller Ditoria. Adelantan que tendrán ahí la presentación del libro de la poeta Sara Uribe y de la colección completa de Dharma. “No sólo queremos estar en la FIL Guadalajara, queremos ir a la Feria del Libro de Oaxaca, de Monterrey, esas tres ferias son los objetivos de este año”, dicen. –¿Por qué Books + publishing en inglés y no en español? Entre sonrisas explican: “Fue completamente accidental, el proyecto tiene diez años y nació en Estados Unidos, nunca pensamos que sonaría mal o que somos malinchistas. En realidad no tiene mayor importancia, a final de cuenta refleja lo que hacemos… Nos funciona bien, ¿y por qué no en algún momento llegar al mercado de Estados Unidos?” Este texto se publicó el 24 de marzo de 2019 en la edición 2212 de la revista Proceso

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