"Abrazos y no balazos", nueva receta para el deporte nacional

domingo, 12 de mayo de 2019 · 10:42
En la Cámara de Diputados se cocina una reforma para revivir y fortalecer comisiones deportivas que ayuden a distender la relación de confrontación entre el gobierno, atletas y presidentes de las federaciones nacionales, que heredó la administración de Enrique Peña Nieto. La propuesta también pretende cambios que acoten a los dirigentes deportivos que están acostumbrados a reelegirse, a amañar sus procesos selectivos y a la opacidad en el manejo de recursos. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En espera del próximo periodo ordinario de sesiones,  que se inicia en septiembre,  está lista una iniciativa de reforma a la Ley General de Cultura Física y Deporte, que pretende revivir a la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme) y descentralizar y dotar de personalidad jurídica propia a la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) para que sancione a quienes ignoren sus resoluciones. La iniciativa se encuentra en la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados y plantea modificaciones a 58 artículos y distintas adiciones a otros tantos. Los cambios propuestos por el diputado de Morena Érik Morales, a quien como boxeador se le conocía como El Terrible, buscan reestructurar el deporte mexicano y eliminar los conflictos entre atletas y presidentes de las federaciones nacionales.  Con las modificaciones a la ley,  vigente desde abril de 2013,  las federaciones deportivas deberán presentar ante el Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte (Sinade) las convocatorias de sus procesos selectivos para transparentar la conformación de las selecciones nacionales.  La CAAD es una oficina desconcentrada de la Secretaría de Educación Pública (SEP), creada en 1990 para mediar, conciliar y atender los recursos de apelación interpuestos en las controversias entre deportistas, entrenadores, directivos, autoridades, entidades y organismos deportivos.  Sin embargo, de acuerdo con la exposición de motivos de la iniciativa de reforma, es necesario otorgarle más facultades y atribuciones, “dotar de toda la fuerza e imperio del Estado para que sus resoluciones se cumplan y haya una verdadera justicia deportiva”.  En entrevista con Proceso, Morales adelanta que la CAAD trabajará con un presupuesto de 30 millones de pesos anuales, los cuales contrastan con los 7.5 millones que tiene para 2019 y con los 9 millones que le asignaron en 2018.  En virtud de que la CAAD tiene su sede en la Ciudad de México y eso dificulta el acceso a la justicia deportiva para quienes viven en los estados, en una segunda fase se instalarán siete salas de justicia regionales y una defensoría de oficio “que permita a los atletas dedicarse a su deporte y no sufrir las consecuencias de un litigio o sanción por parte de sus autoridades, los cuales en ocasiones truncan la carrera deportiva y están plagados de opacidad”, se lee en la exposición de motivos.  “Se trata de darle más fuerza a la CAAD, darle ‘dientes’ , de tal manera que tenga ­poder para sancionar y que sus sanciones se cumplan; que haya un árbitro imparcial que diga quién tiene la razón y no necesite que sea la Conade (Comisión Nacional de ­Cultura Física y Deporte) la que ejecute las sanciones. Eso le dará certeza a los deportistas y a las federaciones de que sí están haciendo bien su trabajo”, añade Morales.  De buena fe La actual Ley General de Cultura Física y Deporte fue promovida por el entonces titular de la Conade, Jesús Mena, miembro permanente del Comité Olímpico Mexicano (COM).  En su afán por dejar fuera de la escena deportiva a un eterno rival, al teniente coronel Alonso Pérez –último presidente de la Codeme y presidente de la Federación Mexicana de Beisbol durante tres décadas–, la llamada Ley Mena eliminó a la Codeme, asociación civil que entre otras funciones estaba encargada de regular los procesos electorales de las federaciones deportivas.  La Codeme no solamente duplicaba funciones que realizaba la Conade, sino que sus expresidentes Felipe El Tibio Muñoz y Alonso Pérez malversaron los recursos públicos que recibieron.  La Secretaría de la Función Pública sancionó en 2005 al primero por otorgar a empleados 4.5 millones de pesos en bonos de productividad (Proceso 1473).  El segundo pervirtió los procesos de elección de federaciones y asociaciones estatales, fue cómplice de fraudes ­electorales de sus amigos federativos y toleró decenas de injusticias para eliminar a sus enemigos.  Según Morales, esos tiempos ya cambiaron y los directivos actuales de la Codeme tienen la intención de “hacer las cosas bien”. La idea de revivir dicha comisión es para convertirla en un árbitro electoral; será la máxima instancia de representación de las asociaciones deportivas nacionales (federaciones) ante cualquier instancia del sector público o privado.  “Los procesos electorales de los órganos de gobierno y representación de las asociaciones deportivas nacionales serán vigilados por la Conade, la Codeme y por la CAAD. La Codeme será coadyuvante permanentemente de la Conade, y la CAAD, entre sus funciones, velará de manera inmediata por el ajuste a derecho de los procesos electorales en los órganos de gobierno y representación de las asociaciones deportivas nacionales, vigilando que se cumplan los principios de legalidad, transparencia, equidad, ética e igualdad de oportunidades (…) Cuando se presente una inconformidad la Codeme será la facultada para intervenir en la solución de dicha controversia.  “En caso de que exista alguna controversia en cualquiera de las fases de los procesos de elección deberá resolverse garantizando el derecho de audiencia de los interesados. Las resoluciones definitivas dictadas por la Codeme en relación con la solución de las controversias a que se refiere el párrafo anterior podrán ser impugnadas mediante el recurso de apelación ante la CAAD”, quedó asentado en el artículo 59 de la ley.  Para operar administrativamente a la Codeme se le asignarán 5 millones de pesos anuales. Morales dice que estos cambios y la preocupación de garantizar procesos electorales transparentes en los órganos de gobierno y de representación de las federaciones obedece a que 40 federaciones y casi 650 asociaciones estatales tendrán elecciones entre 2020 y 2021.  “El regreso de la Codeme nos ayudará a normar a las federaciones en las que, como dice la Carta Olímpica, ningún gobierno puede interferir en sus decisiones internas. Qué mejor que una asociación civil se aviente el tiro y nos ayude a normar los procesos electorales”, dice.  Menciona que con las federaciones habrá buena fe para trabajar en favor de los ­atletas. “Los presidentes están dispuestos a cambiar sus estatutos para que, como dice la Carta Olímpica, no estén más de ocho años al frente de la federación. Para reivindicar el deporte necesitamos transparencia y elecciones justas, no por dedazo y que se queden 20 o 30 años. Esto no es contra nadie, es para poder decirle a la iniciativa privada que se está trabajando bien y que ellos acepten aportar recursos”, agrega. Dirigentes intocables El cuatro veces campeón del mundo y ahora legislador revela que durante dos meses se reunió con federativos, directores de institutos del deporte y atletas en Tijuana, Chihuahua, Monterrey, León, Oaxaca, Cancún y en la Ciudad de México para recoger las necesidades de los distintos actores del deporte mexicano.  El diputado registró que el deportista “siempre se siente agredido por las federaciones” y los federativos dicen que “la gente los acusa de robo y de que no cumplen”.  Expone que las federaciones no han recibido dinero público durante cierto tiempo; “no es que los defienda, pero han encontrado la manera de sobrevivir buscando patrocinios, apoyo de las federaciones internacionales y dinero de los propios asociados”.  Recordó que cuando Alfredo Castillo llegó a dirigir la Conade en abril de 2015 tenía el plan de hacer una limpia. “Metió a la cárcel a dos federativos (Antonio Lozano de ­atletismo y Effy Sánchez de tiro con arco) y ya salieron. Si las federaciones mexicanas son representantes de las internacionales y son el medio para llevar a los deportistas a competencias internacionales, debemos llegar a un acuerdo con ellas”.  Al legislador se le plantea que en los procesos electorales los presidentes de las federaciones han hecho fraudes y amañado elecciones para reelegirse o para poner al frente de las asociaciones estatales a sus incondicionales, que organizan las elecciones en lugares lejanos para que los opositores no puedan llegar, le niegan el registro y el derecho a voto a quienes ven como enemigos y pagan para comprar la voluntad de los asociaciones; por lo tanto se aprecia difícil que los cambios a la ley puedan contrarrestar estas artimañas. “Sería una locura decir que no va a pasar. Necesitamos la voluntad de los federativos. Merecen la confianza si ellos empeñan su palabra y cumplen este primer pacto de caballeros que estamos armando, porque no podemos poner esto en la ley, porque no los podemos tocar ni podemos hacer muchas cosas. “Si ellos tratan de hacer ese tipo de cosas, solitos van a mostrar lo que son. Hoy sería difícil no ser señalados vía los medios de comunicación y las redes sociales. Ahora van a tener la oportunidad de demostrarle a todos los atletas que trabajan por el bien del deporte. Quien se queje en la CAAD (por vicios en unas elecciones) va a encontrar respuestas, ésta le va a decir a la Codeme que tiene que reponer el proceso, pero esperemos no llegar a esa parte”. –¿Todo se basa en la confianza y en la buena voluntad de los federativos? –Ellos me dicen y yo quiero creer. Sólo pudieron cazar a dos federativos; quiere decir que los demás son honestos y trabajan en pro del deporte. –Los problemas con los federativos no son sólo por el mal uso de los recursos públicos, también hay quejas por los procesos selectivos que no respetan y terminan llevando a competir a familiares o atletas consentidos… –Ahora la Codeme y la CAAD estarán pendientes y tendrán lo necesario para sancionar. –La CAAD se demora mucho en resolver los recursos de apelación, no tiene personal ni para notificar a los interesados. Cuando resuelven el daño ya está hecho al atleta… –Es uno de sus muchos problemas. El deportista tampoco tiene dinero para venir a la Ciudad de México, por eso vamos a poner las salas regionales para sacar rápido las resoluciones y que se hagan mediante la tecnología.  “En el caso de las convocatorias a los selectivos éstas deberán ir firmadas y avaladas también por los integrantes de la CAAD y el presidente de la Codeme. La convocatoria llegará al Sinade y ante todos quedará transparentado. Queremos también que se instale un módulo de la CAAD, por ejemplo, en las sedes de la Olimpiada Nacional y que ahí mismo se pueda realizar una protesta para que haya justicia rápidamente para los atletas. –El exlíder de la Codeme Alonso Pérez estuvo 30 años al frente de la Federación de Beisbol. Él mismo avaló su imposición como federativo y toleró atrocidades y fraudes electorales que perjudicaron a afiliados, ¿por qué las cosas cambiarán con el regreso de la Codeme al sistema del deporte nacional? –Lo sé, pero son diferentes las personas que están hoy ahí. Tienen una visión del deporte diferente y creo que han aprendido lo que se necesita. Lo que vengo a tratar de hacer es a unir a todos los actores del deporte, hacer que funcione el engranaje para que esto camine. –¿Qué pasará con los federativos, como Jorge Castro,  de esgrima, a quien la CAAD ya no reconoce como presidente y él, de facto, sigue operando y la Conade no lo sanciona, o con Rosalío Alvarado,  de pesas, quien tiene a muchos afiliados castigados y por años cobró por un curso para entrenadores, que  si no lo tomaban  estaban impedidos para acompañar a sus atletas en la Olimpiada Nacional? –No he platicado con ellos. Si hoy tuviéramos una CAAD como la que queremos, se sancionaría una resolución que no se cumple. En este momento no puedo saber quién tiene la razón. Ese es el problema de no tener un árbitro que diga quién está bien. Nadie toma en serio a la CAAD y si no le hacen caso no pasa nada.  –Mientras se acepta la iniciativa y los cambios a la ley entran en vigor, la Conade tendría que ejecutar las resoluciones de la CAAD, y tampoco ocurre. –Pues sí, la Conade debería decidir si hay sanción, según lo que dice la ley. Sin embargo, nuestra directora va llegando y la Conade lo único que va a hacer es decirle: “No te doy dinero”. De por sí ya no les han dado. Lo único que va a pasar es que las federaciones se peleen con la Conade porque ese es el pleito cincho (sic) por el dinero. Se echan la culpa unos a otros. Un deportista no puede estar pensando en esas pendejadas, debe concentrarse en sus competencias y ya. –¿Usted confía en que todo va a cambiar con los ajustes a la ley? –¡Tiene que cambiar! Vamos a tener los mecanismos para comprometernos todos para que funcione. No hay de otra. Te puede resultar muy infantil de mi parte, pero si no ¿cuándo o cómo vamos a arreglar el problema con las federaciones?  “No podemos quitar a los presidentes. No los voy a confrontar porque va a ser un pleito de nunca acabar. El pleito lleva tres años desde que llegó Alfredo Castillo. Tenemos que conciliar con las federaciones y llegar a un acuerdo.   “Los únicos que podrían salir raspados son ellos si no cumplen sus compromisos. Y pueden salir señalados y expuestos a una vergüenza muy grande. Confío en que vamos a hacer las cosas bien. Así como ellos me dijeron que esperan que no los traicione, yo espero que ellos tampoco me traicionen. No hay un arreglo entre nosotros, simplemente es un acuerdo de trabajar en aras del deporte. Esa es la palabra que empeñamos todos”, agrega.   Este reportaje se publicó el 5 de mayo de 2019 en la edición 2218 de la revista Proceso

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