El Nuevo ERI acaba con dos décadas de paz

sábado, 18 de mayo de 2019 · 09:17
El asesinato de la periodista Lyra McKee, el pasado 18 de abril, ocurrió en medio de un enfrentamiento entre la policía de Irlanda del Norte y jóvenes militantes del Nuevo ERI. Son éstos la nueva generación del Ejército Republicano Irlandés, una camada que trae la sangre caliente y que en su afán de lograr la unificación de una Irlanda católica, puso fin a dos décadas de paz en esa región del Reino Unido. BELFAST.- “Esta noche en Derry. Locura total”. Ese fue el último mensaje que tuiteó la periodista y activista por los derechos del colectivo LGBTQ+ Lyra McKee, de 29 años, minutos antes de ser asesinada a tiros por un integrante del nuevo Ejército Republicano Irlandés (ERI) durante un enfrentamiento de ese grupo con la policía norirlandesa en la ciudad fronteriza de Londonderry. El tuit incluía una fotografía que mostraba una columna de humo negro a la distancia, varios camiones de la policía y un grupo de personas congregándose en el lugar de los incidentes. McKee, una reconocida periodista cuyo trabajo se enfocaba desde hacía algunos años en el trágico legado de violencia en Irlanda del Norte, recibió un disparo poco después de las 23:00 horas el pasado 18 de abril, cuando cubría los enfrentamientos entre nacionalistas irlandeses y agentes de seguridad. La reportera fue herida gravemente y trasladada en ambulancia a un hospital de la zona, donde murió minutos después. El hecho ocurrió poco antes del Viernes Santo y de las celebraciones de Pascua, fecha muy simbólica para los norirlandeses debido al Acuerdo del Viernes Santo (1998), firmado por los gobiernos británico e irlandés y aceptado por la mayoría de los partidos políticos norirlandeses para poner fin al sangriento conflicto de Irlanda del Norte. La policía norirlandesa llevaba a cabo una serie de redadas de seguridad en el barrio republicano de Creggan, en Londonderry, al noroeste de Belfast, hecho que provocó la ira de grupos nacionalistas, en su mayoría formados por jóvenes. Durante los graves choques, que hicieron recordar los históricos conflictos de violencia en Irlanda del Norte, varios jóvenes arrojaron bombas molotov, piedras, ladrillos y dispararon contra los policías; una de las balas alcanzó a McKee, que se encontraba detrás de una línea de seguridad y en medio de patrullas. Pacto ignorado McKee es la primera periodista ultimada en el Reino Unido desde 2001, un hecho que conmocionó a la opinión pública, en especial a la de Irlanda del Norte. Ella acababa de publicar el libro Ángeles con rostros azules, una investigación periodística sobre el asesinato en 1981 –a manos del ERI Provisional– de Robert Bradford, un parlamentario y vicario unionista del sur de Belfast. A pesar de que los conflictos más graves en Irlanda del Norte –entre unionistas protestantes, que abogan por un vínculo estrecho entre Irlanda del Norte y el Reino Unido, y los republicanos católicos que quieren una Irlanda unida– finalizaron hace más de 20 años, con la firma del Acuerdo de Viernes Santo, aún hay un pequeño número de disidentes republicanos que está por la lucha armada. Muchos de ellos consideran a Irlanda del Norte como un “territorio ocupado” por los “británicos invasores”, y ven a la policía norirlandesa como una “fuerza ilegal colonialista” que debe ser destruida. Esos disidentes republicanos, que rechazan categóricamente el Acuerdo del Viernes Santo y están en desacuerdo con el desarme del ERI y los grupos paramilitares nacionalistas, se autodenominan ahora “Nuevo ERI” y afirman que su objetivo final será lograr una Irlanda unida, incluso si ello implica lanzar una campaña armada contra Gran Bretaña. El Nuevo ERI, formado en 2012 tras una fusión del ERI Auténtico y otros grupos republicanos, tiene su enclave principal en Londonderry, donde el 30 de enero de 1972, en el llamado Domingo Sangriento, 13 hombres y niños desarmados murieron bajo fuego de paracaidistas británicos, después de una manifestación en favor de los derechos civiles para los católicos de Irlanda del Norte en el barrio de Bogside. Tras el asesinato de McKee y en medio de una escalada de violencia en Irlanda del Norte, el asistente para el alto comisionado de la policía norirlandesa, Mark Hamilton, explicó que el incidente de ese día “no fue un hecho aislado”. “Creemos que disidentes republicanos a favor de la violencia estaban planeando ataques en la ciudad desde hacía un tiempo. Estamos ahora buscando municiones y armas de fuego que es probable puedan utilizar para nuevos ataques”, indicó Hamilton horas después del ataque en Derry. Según Hamilton, los activistas del Nuevo ERI estarían detrás de otros incidentes de violencia en la ciudad y otras partes de Irlanda del Norte, además de estar implicados en actividades de narcotráfico, una red de prostitución y robos. La policía califica al grupo como una especie de “milicia híbrida” –en su mayoría compuesta por jóvenes– que cuenta con mucho apoyo en algunos barrios de Londonderry y consideró además que el asesinato de McKee “fue un acto terrorista”. Al frente de la investigación policial quedó el detective jefe Jason Murphy, quien llamó a la comunidad republicana de Londonderry a ayudar a “desterrar la violencia sectaria” y ayudar en la pesquisa brindando evidencia clave. Un grupo de extrema izquierda llamado Saoradh, que dice ser parte del Nuevo ERI, emitió un comunicado poco después de la muerte de McKee, en el que acusó a la policía norirlandesa “de estar detrás de una campaña de opresión” contra el activismo republicano. “La inevitable reacción ante semejante incursión (policial) fue una resistencia por parte de los jóvenes de Creggan”, indicó la nota, subida a las redes sociales. “La responsabilidad por los hechos ocurridos la noche del 18 de abril fue enteramente de las fuerzas de seguridad de la corona británica, que quieren generar titulares y maquinar una confrontación con la comunidad local”, señaló el comunicado. El ERI, formado en 1917 pero que a partir de 1955 inició una campaña de atentados terroristas dirigida a lograr la unificación de las dos Irlandas, se había desarmado por completo el 26 de septiembre de 2005, cuando la Comisión Internacional Independiente de Desarme, que supervisa la entrega de armas de los paramilitares norirlandeses, lo confirmó oficialmente. Ese fue considerado un paso histórico y necesario para desbloquear el proceso de paz en el país. Luego de conocerse la muerte de McKee,­ tanto políticos unionistas como del republicano Sinn Fein condenaron el asesinato, al admitir que los responsables “no tienen lugar alguno en la sociedad norirlandesa”. Para la vicejefa del Sinn Fein, Michelle O’Neill, el ataque contra la reportera “fue contra todos nosotros”. “Han atacado a la comunidad, al pueblo de Derry, atacaron al proceso de paz y al Acuerdo del Viernes Santo”, subrayó la política nacionalista minutos después de conocerse el deceso de McKee. Según la dirigente del Sinn Fein, el Nuevo ERI “debe desarmarse­ y desistir (de la lucha armada)”. Por su parte, la jefa probritánica del Partido Unionista del Ulster, Arlene Foster, consideró que el incidente “fue devastador”. “La violencia, criminalidad y el terrorismo han sido siempre un grave error y lo siguen siendo hoy en 2019. Lo condenamos con todas nuestras fuerzas”, dijo la política unionista. Una heroína McKee, que en abril del año pasado había firmado un contrato con la editorial inglesa Faber & Faber para publicar dos libros, trabajaba en una crónica sobre los jóvenes desaparecidos durante los conflictos en Irlanda del Norte, tentativamente titulado Los chicos perdidos, a publicarse en 2020. La reportera cobró notoriedad gracias a un blog –que dio pie al cortometraje Carta a mí misma a los 14 años– en el que describía sus experiencias tras haber admitido su homosexualidad ante amigos y familiares, especialmente ante su madre. “En lugar de enojarse, tu madre te dirá: ‘Gracias a Dios no te embarazaste’. Te acurrucarás en su regazo, llorando, mientras ella te abraza y te dice que tú eres su pequeña. ¿Cómo puedes pensar que ella te querría menos? Te sentirás como una prisionera que ha obtenido su libertad”, escribió en su blog. En 2006 McKee fue nombrada la mejor periodista joven del año por la cadena Sky News, en tanto que la revista Forbes la consideró una de las mejores 30 reporteras menores de 30 años. Para John O’Doherty, director del Proyecto Arco Iris en defensa del colectivo LGBTQ+ en Irlanda del Norte, McKee es “una heroína”, ya que utilizó su propia historia de “salir del clóset” para “empoderar a otros a vivir de la forma más auténtica posible”. “Haber perdido a alguien como Lyra a cualquier edad es difícil de aceptar, pero perderla cuando tenía sólo 29 años y en semejantes circunstancias despreciables y que podrían haberse evitado, es algo totalmente devastador”, indicó el activista. La frágil situación política en el condado de Londonderry deja además al descubierto los peligros que conllevará el Brexit en caso de imponerse una frontera “dura” entre la República de Irlanda –parte de la Unión Europea– e Irlanda del Norte, con controles aduaneros más estrictos, puestos fronterizos y garitas policiacas. Esa situación podría llevar a una vuelta a los conflictos de violencia entre republicanos y unionistas, que después de varias décadas de enfrentamientos dejaron más de 3 mil 500 muertos, entre ellos al menos mil 840 civiles, como también más de 47 mil 500 heridos y una profunda división sectaria y religiosa en el país.

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