Fondo, forma y modos de López Obrador

sábado, 31 de agosto de 2019 · 17:48
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Desde que asumió la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador consolidó su discurso que traía desde su época de opositor, sólo que ahora de cara al pasado y suele dirigirlo hacia quienes se oponen a sus decisiones gubernamentales, colocándoles la etiqueta de neoliberales, conservadores o, sencillamente, adversarios. Y lo invoca tanto en momentos críticos como en los anuncios de los programas insignia de su administración. “Ahora resulta que quienes aumentaron el precio de la gasolina están pidiendo que baje”, reviró en su discurso inaugural el 1 de diciembre a la bancada panista que mostró cartulinas pidiendo bajara el IVA y la gasolina. A partir de ese día sus referencias al “periodo neoliberal” o al “neoliberalismo” –como llama a los gobiernos que lo antecedieron– han sido constantes, lo mismo que las dirigidas a sus “adversarios”, los “conservadores”. Sea en las conferencias de prensa conocidas como “las mañaneras” o en los discursos de los mítines que encabeza de viernes a domingo, las referencias al pasado son diarias, inclusive en momentos significativos como el arranque de sus programas sociales: el 10 de enero, cuando inició el de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, antes de presentar el plan acusó a los gobiernos pasados de abandonar a los jóvenes. En general, son escasas las intervenciones en las que evita referirse al pasado, aunque a veces puede atenuar sus afirmaciones, como el 17 de enero, cuando, recién aprobadas las reformas para crear la Guardia Nacional en la Cámara de Diputados, expuso que hubiera preferido unanimidad, pero entendía que la oposición es consustancial a la democracia. Ese día no estaba satisfecho, pues hubo modificaciones a su iniciativa y a la integración del cuerpo de seguridad al que apuesta el futuro de su proyecto. Es en las crisis que desde temprano enfrentó su administración, cuando sus señalamientos se radicalizan: el 26 de diciembre, por ejemplo, luego de que una andanada orquestada en su contra en las redes sociales le imputara la muerte de la gobernadora poblana Martha Érika Alonso y del senador Rafael Moreno Valle, dijo que sus adversarios eran “neofascistas”, “mezquinos” y, en una larga intervención al respecto, se deslindó del accidente aéreo en el que murió una de las cabeza visibles de su oposición. (Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2235, ya en circulación)

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