La improvisación, el sello presidencial para premiar (o no) a los atletas
El caso de Luz Acosta, medallista olímpica a la que se le niega el premio que presuntamente le correspondería, expone de nuevo la falta de reglamentación que ha permitido a los presidentes de México recompensar a su arbitrio a los atletas que logran medallas en justas internacionales, como los Juegos Olímpicos y los Panamericanos. Adolfo Ruiz Cortines le dio una casa en el Pedregal a Joaquín Capilla; Gustavo Días Ordaz, una vivienda en la colonia Narvarte a Felipe El Tibio Muñoz, y Andrés Manuel López Obrador –el caso más reciente– vendió una lujosa residencia decomisada para dar estímulos económicos a la delegación mexicana que participó en Lima 2019, salpicando, incluso, a personajes polémicos.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Michael Phelps conquistó ocho medallas de oro y siete marcas mundiales en Beijing 2008 y se consagró como el máximo ganador en una sola edición de los Juegos Olímpicos. El nadador recibió por su hazaña deportiva 1 millón de dólares de parte de la empresa Warnaco, dueña de la marca Speedo que lo patrocina, y 100 mil dólares del Comité Olímpico de Estados Unidos.
En México, las proezas del legendario clavadista Joaquín Capilla, uno de los mayores deportistas del país y máximo medallista olímpico –oro en Melbourne 1956, plata en Helsinki 1952, bronce en Londres 1948 y Melbourne 1956–, fueron recompensadas con una residencia en el Pedregal, otorgada por el presidente Adolfo Ruiz Cortines.
Felipe El Tibio Muñoz, ganador de la presea dorada en natación en los Juegos Olímpicos de México 1968, recibió una casa completamente amueblada en la colonia Narvarte, prometida por el presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Los atletas mexicanos que ganan un lugar en el podio olímpico tienen la posibilidad de ser premiados con casas o estímulos económicos bajo el criterio del presidente en turno, pues no hay una legislación ni reglamentos en la materia.
En ese contexto se encuentra la medallista olímpica Luz Acosta, bronce en Londres 2012, quien reclama al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el monto económico que le corresponde por su logro.
La exatleta de alto rendimiento compitió hace siete años en el levantamiento de pesas categoría 63 kilos. En un principio, la kazaja Maiya Maneza, la rusa Svetlana Tsarukaeva y la turca Sybel Simsek ocuparon el primero, segundo y tercer lugar de la competencia, respectivamente. Sin embargo, cuatro años después las autoridades deportivas anunciaron el dopaje de los tres primeros lugares; en consecuencia, fueron descalificadas y despojadas de sus preseas.
Al recorrerse los sitios, Luz Acosta, quien había quedado sexta, subió al tercer lugar de la competencia obteniendo el bronce. La merecida medalla olímpica la recibió oficialmente seis años después, en noviembre último.
Ahora pide el premio económico con el que fueron tabuladas las preseas en la anterior edición de los Juegos de Río 2016: un millón de pesos por cada bronce.
Siendo director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) en 2008, el exfutbolista del Cruz Azul Carlos Hermosillo prometió a los atletas que les daría 5 millones de pesos por cada oro olímpico en Beijing, 4 millones de pesos por la de plata y 3 millones por el bronce. Fue el mayor estímulo económico ofrecido en la historia del deporte nacional.
Llegaron las medallas para México, pasaron los meses y los premios económicos no fueron entregados. El asunto se convirtió en un escándalo cuando Hermosillo, presionado, entregó a los atletas cheques que resultaron sin fondos. El directivo de la Conade abandonó el cargo antes de que terminara el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Lucha por el premio
Debido a la falta de regulación sobre los premios para los atletas, el presidente López Obrador recurrió a la venta de la lujosa residencia del mexicano de origen chino Zhenli Ye Gon, acusado de lavado de dinero y de operar para narcotraficantes.
El gobierno federal obtuvo 102 millones de pesos por el inmueble y ese recurso fue destinado para los premios económicos de los deportistas mexicanos que asistieron a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Meses antes, la directora de la Conade, Ana Gabriela Guevara, había dado a conocer la reducción de los apoyos para los atletas de alto rendimiento, basándose en la política de austeridad.
En un caso inédito, López Obrador no sólo premió a los medallistas de la justa continental, sino a los 544 atletas que integraron la delegación que asistió a Perú. Los ganadores de una medalla de oro recibieron 40 mil pesos; los de plata, 35 mil, y los de bronce, 25 mil pesos.
Además, los medallistas y los deportistas fueron recompensados con 20 mil pesos mensuales durante un año, lo que representa un monto de 240 mil pesos por su presencia en Lima.
La entrega a discreción de los premios económicos también benefició a la presidenta de la Asociación de Canotaje de Jalisco, Claudia López del Toro. Esta persona fue acreditada en Lima 2019 como entrenadora. Sin embargo, no entrenó a nadie y sólo realizó labores administrativas como delegada, de acuerdo con información que Apro dio a conocer el lunes 19.
Otro caso más: Edgardo Hernández Trejo, hijo del presidente de la Federación Mexicana de Ciclismo, Edgardo Hernández Chagoya, también fue beneficiado con los premios que ofreció López Obrador a los atletas y entrenadores. Fue becado como entrenador auxiliar, pese a que en realidad asistió a los juegos panamericanos para transmitirlos para su empresa Play Sports México. Hernández Trejo se hizo acreedor al premio de 240 mil pesos.
Entusiasmada por el reciente anuncio de López Obrador, Luz Acosta pide un trato igualitario con base en un antecedente directo: Damaris Aguirre. Su colega en levantamiento de pesas corrió con la misma suerte, en diciembre de 2017 recibió la medalla de bronce que obtuvo en Beijing 2008 tras la descalificación por dopaje de tres de sus contrincantes. Damaris recibió su medalla nueve años después.
“No sé qué está pasando en la actual administración. La Conade ya me avisó que me darán las becas vitalicias que le corresponden a los medallistas olímpicos, pero me dijeron que ‘no te vamos a entregar ningún premio porque ganaste la medalla en 2012 y no nos compete darte ningún estímulo’”, cuenta Acosta sobre la respuesta que recibió de la secretaria del subdirector de Calidad para el Deporte de la Conade, Israel Benítez.
En entrevista, la medallista explica que Damaris sí recibió el premio por su medalla olímpica. “No he recurrido a abogados, pero es un premio que todos los atletas han ganado en su momento; entonces, ¿por qué privarme de ello?”.
Luz Acosta se pregunta por qué no tiene derecho a ese estímulo económico, siendo que todos los medallistas olímpicos lo han recibido. Agrega: “En el medallero de todos los tiempos no hay siquiera 70 preseas olímpicas para México y ya estoy haciendo que México aparezca en el mapa con la número 69 en su historia. ¿Qué tienen las otras medallas que no tenga la mía? ‘Es que ahorita estamos en un gobierno de austeridad’, se excusan las autoridades”.
El 15 de noviembre último, después de la ceremonia de entrega de su medalla olímpica, Acosta le externó a Guevara su inquietud de obtener el premio económico. Escuchó de nuevo la negativa: “Pues no creo que te den nada, la verdad. Tu reclamo no va a proceder porque no la ganaste en tiempo y forma”.
Un mes después, Guevara confirmó que Acosta no recibirá el incentivo económico. “Es el segundo caso que se da en México (la obtención de una medalla tras dopajes positivos), pero la verdad es que en la ley no está regulado.
“Lo hablé con ella desde que se supo del positivo y se recorrieron los lugares para que fuera acreedora a la presea. Le dije desde el Senado que no puede haber retroactivo”, agregó la directora de la Conade a la cadena deportiva ESPN.
El presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM), Carlos Padilla, y el titular de la Asociación de Olímpicos Mexicanos, Daniel Aceves, coinciden en que Luz Acosta tiene la puerta abierta para realizar una consulta directa a la Conade para que, a su vez, la dependencia la remita a la Consejería Jurídica de la Presidencia en busca de una solución.
Una posibilidad
Daniel Aceves, medallista olímpico en Los Ángeles 84 y presidente de la Asociación de Olímpicos Mexicanos, explica que es necesario, en el caso de Acosta, revisar la fuente de financiamiento de los estímulos económicos anunciados en su momento por la Conade, para determinar si existe la posibilidad jurídica de solicitar la condición de trato igualitario en materia de premios.
–¿Pese a que el tema no está contemplado en la Constitución?
–Sí, porque de alguna suerte, la fuente de financiamiento tuvo que haberse publicado en el Diario Oficial de la Federación, o si se trató de una aportación de la iniciativa privada. Lo subrayo: tuvieron que haber sido recursos del erario federal que se hubieran visto reflejados en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Aceves expone que si el premio económico fue de parte del gobierno federal, tiene que darse en su momento una fundamentación legal con las autorizaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
“Desde la década de los noventa, cuando se transformó el concepto del deporte olímpico y se omitió el término amateur, los países diseñaron planteamientos de estímulos de carácter económico para dignificar la vida de sus medallistas olímpicos y, posteriormente, a los medallistas paralímpicos. Experiencias comunes se han dado en Estados Unidos, Canadá, Colombia, Francia, Suecia, Finlandia y en los Países Bajos. Se empezaron a otorgar estos incentivos en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y luego Rusia mantuvo ese esquema.”
Al menos existen 20 países donde los premios económicos son dotados por el gobierno y la iniciativa privada, dice. “Esta es una práctica usual, sobre todo, entre los países que integran el Grupo de los 8 o las economías del Grupo de los 20”.
De acuerdo con Aceves, México es de los países que tienen los parámetros más altos para premiar a sus medallistas olímpicos. Recuerda el caso de Capilla para exponer que la recompensa a los atletas es definida por el presidente en turno. “Adolfo Ruiz Cortines le entregó a Capilla una casa en el Pedregal; Díaz Ordaz le otorgó una casa a Felipe Muñoz por ser medallista de oro en México 68, pero a mis compañeros que lograron bronce les dieron una vivienda en la colonia El Coyol, en la Gustavo A. Madero”.
El caso Phelps
Juan Manuel Rotter, subdirector de Calidad para el Deporte de la Conade en el periodo de Carlos Hermosillo, coincide con los planteamientos de Daniel Aceves sobre un esquema público-privado para premiar a los atletas.
Habla del caso Michael Phelps, quien recibió 1 millón de dólares de su patrocinador y 100 mil dólares de parte del gobierno estadunidense.
“Un atleta que gana ocho medallas olímpicas obtiene menos dinero en términos de estímulos por su organismo; digamos, respaldado por las autoridades deportivas porque en Estados Unidos el gobierno tiene poca injerencia en apoyos y al deporte lo respaldan principalmente en la parte social, en infraestructura, en las escuelas.”
En Europa, menciona, son mixtos los estímulos económicos para los medallistas olímpicos. “Va casi a la par, como una obligación de apoyos al 50% por la parte pública y privada”.
Rotter formó parte del equipo de trabajo de Dieter Holtz, exnadador, expresidente y exdirector general del sistema universitario de la Universidad del Valle de México, así como exaspirante a la dirección de la Conade.
En 2018 encabezó un proyecto deportivo en las mesas de trabajo del entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
El programa pretende una marca histórica para el país: la obtención de cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024. Rotter explica que “hablábamos de estandarizar las becas, los apoyos mensuales tanto para los atletas activos, los vitalicios y los estímulos (para los medallistas olímpicos) porque en México normalmente éstos se han otorgado por la administración que está en turno.
En el caso de las becas vitalicias, agrega que a él le tocó incrementar el monto, pues en 2007 los atletas percibían una mensualidad de 5 mil 600 pesos. “En ese entonces, las subimos de acuerdo al color de la presea. Actualmente son 13 mil pesos para la de oro, 11 mil 500 para la de plata y 10 mil para la de bronce”. Este reportaje se publicó el 25 de agosto de 2019 en la edición 2234 de la revista Proceso