Una escuela ciudadana, al rescate del Centro Histórico

sábado, 21 de septiembre de 2019 · 10:09
Desde 2009 surgió la Escuela de Participación Ciudadana para el Rescate del Centro Histórico, con el propósito de involucrar a vecinos, amas de casa, comerciantes, estudiantes, profesionistas e instituciones en el cuidado del corazón de la capital. Explica su mística la historiadora Loredana Montes López, directora del Fideicomiso del Centro Histórico. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Ante el reto del rescate y rehabilitación del Centro Histórico de la Ciudad de México, el Fideicomiso del Centro Histórico (FCH) tiene un as bajo la manga. Se trata de la Escuela de Participación Ciudadana para el Rescate del Centro Histórico (EPC), misma que fue recientemente reconocida en el marco de la Conferencia Internacional sobre Resiliencia Urbana y Regional (Resurbe) que realizó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Al respecto, la historiadora y directora del FCH, Loredana Montes López, desde la sala de la dirección del fideicomiso ubicada en Brasil 75, a unas cuadras de la icónica Plaza de Santo Domingo y casi enfrente de la Parroquia de Santa Catarina. Explica a Proceso que es clara la línea de trabajo en el plantel, donde actualmente está en curso su décima quinta generación: “Es impulsar la participación ciudadana de la población del Centro Histórico, que lo hagan suyo y por tanto lo cuiden. Aquí les damos las herramientas, el conocimiento de cosas elementales para buscar acercarse a las autoridades y fomentar el acercamiento a las instituciones públicas.” El colegio se conformó en 2009 como un ejercicio cívico bajo el nombre de Escuela de Formación Ciudadana y Conservación del Patrimonio, en el marco del proyecto para peatonalizar la calle de Regina –fundamental para su rehabilitación–. Con el tiempo devino en Escuela de Participación Ciudadana para el Rescate del Centro Histórico, con la idea de resaltar la importancia del trabajo entre gobierno y el rescate público. Expone Montes López: “El cambio fue porque buscamos poner especial atención al rescate del espacio público; más que clases académicas o un ‘adoctrinamiento’ son una serie de talleres con diversos especialistas, y cada curso es distinto porque los invitados son distintos, de ahí que muchos de quienes los toman regresan y hay muchos asiduos.” No discriminación Amas de casa, vecinos, comerciantes, profesionistas, estudiantes en general, ciudadanos de otras alcaldías e incluso de otros estados, integran los asistentes a la EPC. A decir de la titular del FCH, aunque el saber se enfoca en el Centro Histórico de la Ciudad de México, las herramientas adquiridas se pueden replicar por cualquier lugar del país. Cada curso dura tres meses, y las clases se imparten dos veces por semana de manera gratuita. Entre los temas están: Sustentabilidad ambiental, arquitectura y fotografía, diseño bioclimático, patrimonio material e inmaterial, sensibilización sobre inclusión social y no discriminación. –¿Tienen algún reto específico? –Involucrar a más jóvenes en la escuela, el promedio de edad está en los 40 años, así que sería muy bueno tener a jóvenes de 17 en adelante. En la medida en que se involucren siendo jóvenes creo que los resultados pueden ser mayores. A lo largo de una década han contado con especialistas del INBAL, el INAH, secretarías de la Ciudad de México, políticos, historiadores, arquitectos, ingenieros, restauradores y artistas, “entre muchos agentes de cambio tanto nacionales como extranjeros”. Menciona la reciente participación de las especialistas francesas Michele Laurë-Charlus, exdirectora general de Ordenamiento de la Ciudad y Metrópoli de Burdeos, y directora de la Misión Burdeos 2050; de Sandra Guinand, urbanista en proyectos patrimoniales y de regeneración; de Fanny Roy-Boujot, encargada de medicación y relaciones públicas de la Asociación Suivez la Fléche; y Charléne Bay, de la Asociación ETC/Les Monumentales, quienes compartieron experiencias y acciones para el cuidado y conservación de los patrimonios de Burdeos y del centro de París, Francia. También realizan visitas guiadas a recintos del Centro Histórico, así como de colocación de placas conmemorando acontecimientos del corazón capitalino. “Diría que los proyectos del Fideicomiso han sido en general exitosos, en parte a la labor permanente de contacto con la sociedad, de otra manera sería muy difícil si no la involucramos en la toma de decisiones. Esas experiencias hacen que la escuela funcione para fomentar una cultura propositiva.” –Hace un par de años la Plaza de la Concepción en Belisario Domínguez fue renombrada por un encuentro de ilustradores como la Plaza de la Caricatura, ¿por qué se ha descuidado? –Es un lugar donde suelen haber muchos indigentes. Solemos trabajar con el Instituto de Asistencia Pública (IAP) en espacios, todo tiene que ser concensuado, incluso con los mismos indigentes, las resistencias son complicadas, difíciles, por ello también estemos vinculados con la Secretaría de Cultura. Ahora mismo el IAP está en un proceso de restablecer albergues, pero ha habido ocasiones en que tampoco podemos ofrecer un espacio mejor a la calle, y el rescate de la propia plaza ha sido complicado con los indigentes, pero se puede. Feria de Barrios Entre los proyectos en los que trabaja actualmente el FCH, López Montes señala la construcción de Honduras 1, en pleno Garibaldi y el rescate del edificio de cinco pisos ubicado en Perú 88 (en especial las últimas tres plantas que se destinarán al proyecto PILARES del gobierno de la Ciudad de México). Además, Manzanares 25, casa que data del siglo XVI y está considerada una de las más antiguas del barrio de La Merced. “El Fondo de Cultura Económica nos donó libros, se ha involucrado a los jóvenes del barrio y personas mayores con buenos resultados.” Igual, piensa en una Feria de Barrios del Centro Histórico en La Lagunilla, arrancando la primera edición hacia este octubre con un encuentro de comercio y cultura en torno a los valores de cada barriada. Sobre los proyectos a futuro, la directora apunta que se analiza la rehabilitación de la calle de Brasil, en cuyo número 75 se encuentra el Fideicomiso del Centro Histórico, con la idea de “asistir el viejo sistema de drenaje, ensanchar las banquetas dando prioridad al peatón, y la carpeta asfáltica”. Este texto se publicó el 15 de septiembre de 2019 en la edición 2237 de la revista Proceso

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