Elecciones EU 2020

El 'proselitismo hormiga' latino a favor de Joe Biden

Migrantes latinos en EU realizaron "proselitismo hormiga" a favor del demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre, pues hicieron llamadas telefónicas a amigos y conocidos para que "abrieran los ojos".
jueves, 12 de noviembre de 2020 · 06:44

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Aunque el presidente Donald Trump presumió el mayor índice de voto latino a su favor, durante la conferencia de prensa del jueves 5 novienbre en la que acusó fraude electoral, millones de mexicanos con nacionalidad estadunidense realizaron “proselitismo hormiga” a favor de Joe Biden.

Al parecer, la cruzada demócrata de origen mexicano rindió frutos, aunque sus promotores tienen pocas expectativas de que dicho triunfo electoral derive en una reforma migratoria integral y en una disminución de las deportaciones.

“Promovimos el voto a favor de Biden a través de llamadas telefónicas con los amigos y conocidos en algo así como proselitismo hormiga, pidiéndole sobre todo a nuestros paisanos que abrieran los ojos”, dice Enrique Espejel, presidente de la Federación de Clubes Jaliscienses en California y quien llegó a Estados Unidos hace 34 años.

Espejel recuerda que habló con unos 70 amigos mexicanos con doble nacionalidad para tratar de asegurar su voto a favor de Biden. “Como yo, muchísimos mexicanos y latinos hicimos lo mismo en todo Estados Unidos”, asegura.

Según Latino Decisions, empresa de análisis de opinión política de la comunidad hispana en Estados Unidos, a nivel nacional Biden recibió 70% del voto latino y Trump 27%. Esta organización estimó en 15 millones de votantes la participación de la comunidad latina en ese país.

María Teresa Kumar, presidenta de Voto Latino, advirtió antes de los comicios que el resultado de éstos sería decidido por esta comunidad, particularmente en estados como Pensilvania y Wisconsin. “Los márgenes de victoria para Biden son los del voto latino, la senda a la Casa Blanca es a través del voto latino”, señaló.

En California la labor de convencimiento por Biden fue notoria, pues permitió un triunfo dos a uno sobre Trump, de acuerdo con cifras preliminares.

No obstante, Espejel admite que muchos estadunidenses de origen mexicano, e incluso indocumentados, a pesar del discurso de odio y del incremento de las llamadas deportaciones exprés, apoyan a Trump argumentando que les ha ido bien porque tienen buenos trabajos.

“A muchos jóvenes, a muchos mexicanos nacidos aquí que se les olvidan sus orígenes, parece que les lavaron el cerebro: apoyaron a Trump aunque parezca increíble. Por eso fue importante nuestra labor de proselitismo. Aunque no fue a gran escala, estuve por meses pegado al teléfono. Hicimos lo correcto”, asegura Espejel, dueño de dos empresas que generan 23 empleos directos. 

Juvencio Rocha es director ejecutivo de la Asociación de Mexicanos en Carolina del Norte. Siempre ha sido demócrata e impulsó desde su comunidad la campaña “Mi familia vota”, a fin de incentivar el voto latino y promover una agenda de protección y reconocimiento de los derechos sociales y políticos de la comunidad migrante.

Explica que el programa se echó a andar a mitad del año, con la premisa de que al menos un miembro de una familia mexicana o latina de cinco o más miembros estaba en condiciones de votar, y que esa persona incide mediante su voto en la calidad de vida de todos. “La idea era incentivar la participación y lo logramos. Nunca antes nuestra comunidad había emitido más de 123 mil votos”, celebra.

“Queríamos que se terminaran estos cuatro años de administración racista y de opresión contra los migrantes. Creemos que con Joe Biden habrá cierto alivio, y si no se da una reforma migratoria integral, por lo menos que se emita una orden ejecutiva de protección, de regularización de la mano de obra y se garantice la seguridad social a los millones de mexicanos y latinos indocumentados”, señala.

Rocha, oriundo de Veracruz, ha sido por más de 30 años activista por los derechos de la comunidad migrante en Carolina del Norte y actualmente forma parte del Consejo Consultivo para la atención a la contingencia de covid-19 que encabeza el gobernador del Partido Demócrata, Roy Cooper, reelecto para los próximos cuatro años.

“El 47% de las personas contagiadas por el virus de covid-19 son migrantes indocumentados; son ellos los que más están sufriendo las consecuencias de la pandemia. A través del Programa Esperanza que se aplicó apenas hace tres semanas con ayuda de iniciativa privada, a cada persona enferma se le están dando 800 dólares y apoyo para comprar medicamentos. Estas medidas se aplicaron muy tarde”, admite.

A pesar de la crisis sanitaria, en Carolina del Norte la gente salió a votar. De acuerdo con los resultados preliminares en ese estado triunfó Trump con 50.1% de los votos, contra 48.7% de Biden.  

“Con Trump retrocedimos los 30 años que habíamos avanzado en conquistas de derechos para nuestra comunidad”, lamenta Rocha.

Genocidio estadístico

Cuando Odilia Romero Hernández llegó de San Bartolomé Zoogocho, un pequeño pueblo de Oaxaca, a Estados Unidos, tenía 10 años. Hoy es una de las principales activistas a favor de los derechos de los 2 millones de indígenas mexicanos radicados en Estados Unidos, según estimaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). 

Su principal objetivo es que se respeten los derechos lingüísticos de los indígenas; es decir, que tengan intérpretes en el trabajo, en las escuelas, en los hospitales y sobre todo en los tribunales, pues a falta de ellos se les deporta o se les acusa de delitos que quedan con el sello de la injusticia. Además, desde Cielo, su organización no gubernamental, provee de servicios educativos a indígenas con papeles y sin papeles. 

“Lo que buscamos  es el reconocimiento de nuestra humanidad. Aquí en Estados Unidos padecemos un genocidio estadístico: no existimos. Ni Trump ni Biden nos tienen en el radar. Como indígenas padecemos el racismo de los mismos mexicanos y de los estadunidenses”, lamenta.

Quizá porque como indígenas, sea en Estados Unidos o en México, se acostumbraron a sobrevivir a contracorriente y su atención no está enfocada en el resultado electoral.

“Sí queremos que se cuenten todos los votos, pero por ahora estamos más concentrados en como organización apoyar aquí en Los Ángeles a los indígenas afectados por covid-19. Logramos reunir 1 millón 800 mil dólares en donativos y 1 millón de dólares en tarjetas de comida que estamos entregando a los más afectados”, señala.

A cada indígena de origen mexicano o guatemalteco afectado por la contingencia se le está entregando 400 dólares. “Hemos entregado ya 2 mil 500 cheques”, precisa Romero Hernández.

Visión supremacista

Miguel Moctezuma, catedrático del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas y experto en temas migratorios, destaca que, independientemente de que gane Biden o Trump, el problema de la comunidad mexicana y latina en Estados Unidos es que carece de liderazgos con una agenda común que les dé cohesión.

“Al menos 5 millones de mexicanos estaban en posibilidad de tramitar su ciudadanía para poder votar y por falta de organización no lo hicieron. Falta una fuerza unificadora con criterios no localistas. La mayoría de la comunidad latina migrante no ha reivindicado el derecho a la salud, carece de estudios y tampoco se organiza para exigir contraprestaciones por los millones de dólares que pagan en impuestos los trabajadores indocumentados”, señala.

Desde su punto de vista, el estrecho margen de ventaja de Biden sobre Trump pone en evidencia que el discurso de la supremacía blanca del presidente republicano tuvo eco en la sociedad anglosajona y también en buena parte de los inmigrantes:

“Quedó demostrado que hay una mitad estadunidense supremacista blanca y radicalizada, sigue con mucha fuerza y justifica la política de deportaciones expeditas sin la mediación de un juez, que dividieron a centenares de miles de familias. Incluso aumentaron las deportaciones a México de personas no mexicanas, que expulsaron sólo por su apariencia”. 

David Cancino, presidente de la Casa Veracruz en California y representante del PRI en Estados Unidos, no dice si votó por Trump o por Biden, aunque afirma: “Trump es nacionalista y quiere lo mejor para su país. Muchos empresarios de origen mexicano están con Trump”.

Y desde Denver, Colorado, una activista que hace más de dos décadas llegó de “mojada”, embarazada y con una niña de dos años, justifica su simpatía por el presidente: “Yo soy provida y por eso hubiera votado por Trump. Me falta un año para obtener la ciudadanía, nomás no diga quién soy porque se me vienen encima”, señala. Y explica que una de sus hijas, ya universitaria, le ha planteado participar en marchas a favor de causas sociales, a lo que ella le responde: “Hija, lo que tienes que hacer es estudiar para que desde ahí demuestres en esta sociedad quién eres; la educación será tu mejor protección”.

Este texto forma parte del número 2297 de la edición impresa de Proceso, publicado el 8 de noviembre de 2020 y cuya versión digitalizada puedes adquirir aquí

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