El gremio periodístico de Veracruz manifestó la semana pasada su indignación por el asesinato de su colega María Elena Ferral, del Diario de Xalapa, con el que la estadística roja suma 30 casos en los últimos 10 años. El gobierno de Cuitláhuac García Jiménez dice que ya tiene algunas pistas pero no ha proporcionado ninguna información. Lo que llama la atención es la presencia de Ángel Reveriano Pérez Vega, exalcalde priista de Coxquihui, en los funerales. Se presume que este personaje es líder de Los Pelones, una banda al servicio del CJNG que opera en Totonacapan.
XALAPA,VER.– “Otra vez aquí; van 24” y “¿Quién sigue?”, decían las cartulinas que exhibieron los comunicadores la semana pasada cuando protestaron en estas ciudad contra el asesinato de la reportera María Elena Ferral, del Diario de Xalapa,
El pasado 30 de marzo, en pleno centro de Papantla, al norte de la entidad, Ferral, de 50 años, recibió cuatro balazos, lo que la convirtió en la segunda periodista ejecutada en el gobierno del morenista Cuitláhuac García Jiménez.
El mandatario se comprometió a que el crimen no quedará impune. En redes sociales adelantó que ya hay “líneas de investigación” para dar con los responsables, aunque al cierre de edición no había dado ninguna información sobre el caso.
El primer periodista asesinado durante la gestión de García Jiménez fue Celestino Ruiz, del Gráfico de Xalapa, cuya cobertura informativa incluía los municipios de La Antigua y Úrsulo Galván. La Fiscalía General del Estado aprehendió a Facundo “N”, pero nunca explicó el móvil por el que presuntamente mató a Ruiz.
Ferral, con tres décadas de trayectoria periodística en las fuentes policiaca, turística y de información general en una decena de municipios del Totonacapan y de la Huasteca Veracruzana, fue atacada por un sicario solitario afuera de la funeraria Espejo y una Notaría Pública donde había hecho una diligencia que se prolongó varias horas.
La reportera del Diario de Xalapa luchó por su vida en un hospital de Poza Rica, donde falleció la noche de ese mismo 30 de marzo. En los municipios de Papantla, Poza Rica, Álamo, Veracruz y Acayucan sus colegas exigieron justicia para María Elena, una reportera a la que recuerdan por sus preguntas incómodas que algunas veces hacían enojar a los funcionarios que entrevistaba.
Denuncias desdeñadas
En la región del Totonacapan y la Huasteca se han asentado células criminales del Cártel del Golfo, Los Zetas y, recientemente, el Grupo Sombra y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuyos integrantes siempre buscan apoyo en los grupos caciquiles de la región liderados por el exalcalde priista de Coxquihui, Ángel Reveriano Pérez Vega, y por el exdiputado local panista Basilio Camerino Picazo Pérez.
Pérez Vega, presunto líder de Los Pelones –una banda al servicio del CJNG que opera en Totonacapan– que se encuentra libre después de cumplir una condena, asistió al velorio de Ferral.
En varias ocasiones ella denunció que había recibido amenazas de muerte de Basilio Camerino Picazo Pérez, candidato del PRI a diputado local por el distrito de Papantla y quien en la pasada legislatura, como diputado local, se pasó a las filas del PAN.
En una querella presentada en 2015, cuya copia compartió a la agencia Apro, Ferral refirió que Picazo siempre se hace acompañar de pistoleros y de escoltas privados.
“Estaba en un restaurante de Papantla y dejé comiendo a mis hijos cuando Basilio llegó acompañado de su esposa, con su hijo, y empezó a decir que me haría daño, que ya me dejó vivir mucho tiempo (sic) y que me desaparecerá en estos días, delante de su esposa y un niño de nueve años. Me dijo, un día de estos te voy a levantar”, dice el documento.
Un año después, cuando Picazo ya era diputado local, la reportera se tomó una, en la que aparece abrazada al legislador. En redes sociales ambos admitieron que ya habían hecho las paces.
Sin embargo, reporteros de aquella región sostienen que la relación entre Ferral y Picazo era “muy tóxica”, pues pasaban de la camaradería al enojo; de las entrevistas cordiales al “periodicazo visceral”.
Picazo Pérez también fue investigado por su presunta implicación en el homicidio de Miguel Alfonso Vázquez, exsíndico de Coyutla, ocurrido el 6 de mayo de 2005.
En el caso de Pérez Vega, quien fue aprehendido en mayo de 2019 acusado del homicidio de José Dorantes ocurrido en mayo de 2014, recuperó su libertad meses después por falta de pruebas. Amigos de Ferral admiten una amistad entre la periodista asesinada y el líder de la banda de Los Pelones.
En los últimos 10 años, 24 comunicadores de Veracruz han sido asesinados: 19 durante la gestión del priista Javier Duarte –entre ellos los de los corresponsales de Proceso Regina Martínez y Rubén Espinosa; tres en el bienio del panista, Miguel Ángel Yunes –uno de ellos fue Gumaro Pérez, reportero local y vocero de Los Zetas en la región sur de la entidad–, y dos en lo que va del gobierno de García Jiménez.
La entidad es considerada por organismos internacionales de libertad de expresión como el lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo.
Miguel Ángel León Carmona, el reportero de E-Consulta que asistió al velorio de María Elena Ferral, declaró:
“Lo que pude ver es que el pueblo estaba dolido. Ahí estaba la del mercado, la señora que denunció una injusticia del gobierno y a quien Ferral ayudó a difundir su caso, y el líder de campesinos, a quien María Elena también le echaba la mano. En general, el gremio reporteril de allá estaba muy molesto. El cierre de carretera un día después del asesinato fue por rabia y enojo.”
León Carmona se entrevisto con Fernanda Ferral, hija de la periodista, quien aseguró que su madre sabía que su cabeza tenía precio:
“La amenazas que recibía eran constantes. En una columna mi madre advirtió que los asesinatos de cuatro potenciales candidatos a la alcaldía de Gutiérrez Zamora estaban ‘conectados’. Alguien los mandó quitar del camino”.
En esa columna Ferral menciono a Francisco Javier Riaño (PVEM), Saúl Zapata Vargas (PT), Alberto René Cancino (sin afiliación política) y José Ramón Pérez (PVEM).
En el funeral, Fernanda le comentó a León que ella misma le advirtió a su mamá de lo riesgoso que era publicar sobre temas de ese tipo.
Este texto se publicó el 5 de abril de 2020 en la edición 2266 de la revista Proceso.