Hasta ahora, las medidas sanitarias desplegadas por el gobierno de Donald Trump han sido insuficientes para controlar el virus que ya convirtió a Estados Unidos en el epicentro mundial de la pandemia que todo lo invade y que ya contaminó la economía y el ámbito laboral, donde los principales afectados son los migrantes e indocumentados latinos, sobre todo mexicanos. Muchos de ellos perdieron sus trabajos y dejaron de enviar remesas, algunos enfrentan el dilema del contagio o el retorno a su país. En entrevista con Proceso, la embajadora en Washington hace un repaso de esta situación inédita.
WASHINGTON (proceso). – Por los efectos económicos y laborales de la pandemia del covid-19 en Estados Unidos, el gobierno mexicano anticipa, por ahora, una caída de por lo menos 3 mil 200 millones dólares en las remesas provenientes de este país y un flujo significativo de repatriaciones voluntarias de mexicanos, advierte la
embajadora Martha Bárcena.
En entrevista con
Proceso, la representante del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en Washington admite que la población mexicana, en particular la indocumentada que vive en Estados Unidos, enfrenta un alto grado de riesgo por el virus.
“La situación de los mexicanos indocumentados (se sintetiza) en dos palabras: mayor vulnerabilidad”, comenta la diplomática cuando habla de los mexicanos con residencia permanente y los indocumentados.
Los efectos negativos en la economía estadunidense por el coronavirus son incalculables y devastadores. Entre la tercera y cuarta semana de marzo el Departamento del Trabajo recibió 9.89 millones de solicitudes de asistencia económica por la pérdida de empleo a causa del virus.
El viernes 3 el aumento de desempleados provocado por la pandemia hizo que la tasa nacional anualizada de desempleo, que era de 3.5% en febrero, subiera a 4.4% en marzo.
Durante la larga entrevista concedida a este semanario, Bárcena explica que la población mexicana que más sufrirá la vorágine económica en Estados Unidos es la que trabaja o trabajaba en restaurantes, hoteles, en la construcción y en el sector servicios.
Pone un ejemplo: “trabajadores indocumentados que están como despachadores en McDonald’s, que antes tenían siete horas de trabajo, ahora van a tener dos horas de empleo al día”.
En un restaurante de comida rápida como el que menciona la embajadora, el pago por hora de servicio a un despachador es de 7.25 dólares; 25% menos del pago que marca el salario mínimo federal.
Los sectores más golpeados
Con estadísticas actualizadas en mano, la representante del gobierno mexicano explica que la posible recesión emanada del covid-19 sacudirá notoriamente a los restaurantes, hoteles, industria manufacturera, de construcción y agricultura, donde laboran millones de indocumentados.
“Se espera que sean los más afectados por la pérdida de empleos, despidos, licencias temporales sin goce de sueldo, disminución de horas de labor y naturalmente de salarios”, enfatiza la primera mujer que representa a México ante la Casa Blanca.
En los sectores mayormente dañados y de acuerdo con estudios oficiales se emplea a unos 80 millones de personas en Estados Unidos, de los cuales entre 20 y 25% son inmigrantes de distintas nacionalidades; se considera que 10% de este último porcentaje corresponde a los indocumentados.
Forzados a emigrar a Estados Unidos por ausencia de oportunidades económicas en México, millones de connacionales desde hace décadas huyen en busca de un bienestar económico más prometedor al país que socialmente sigue sin aceptarlos y en el que no logran adaptarse.
Aun así, envían miles de millones de dólares a sus familiares que se quedan en México para enfrentar los desafíos de la precariedad en la que sobreviven.
La embajadora dice que el año pasado México recibió 36 mil 480 millones de dólares en remesas de los mexicanos que viven en el extranjero. De ese total, unos 32 mil millones provinieron de Estados Unidos.
Cuestionada sobre el monto de la contracción del envío de dólares de Estados Unidos por parte de los mexicanos que se han quedado sin trabajo debido a la pandemia, responde: “No sabemos cuánto, pero podríamos pensar que quizá puedan bajar 10% cuando menos (3 mil 200 millones de dólares)”.
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Embajadora Martha Barcenas. Foto: Jesús Esquivel[/caption]
Drástica caída de remesas
Un estudio elaborado por el gobierno de AMLO sobre las remesas que llegan de Estados Unidos establece que, respecto a 2018, en 2019 hubo un aumento de 7%. La diplomática desmenuza las cifras y afirma que del dinero enviado a México desde Estados Unidos, 5% se hizo por transferencia electrónica, 8% a través de un banco y 81% desde tiendas o empresas dedicadas al negocio de las remesas.
“La remesa promedio es de 326 dólares por persona; por año (en 2019) se hicieron 110 millones de transferencias desde el extranjero, que te dan 36 mil millones de dólares”, expone Bárcena.
Las entidades que más dinero reciben de la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos son Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Puebla, Oaxaca y Guerrero. Bárcena apunta que las que más dependen de esas remesas en proporción a su PIB son, en ese orden, Michoacán, Oaxaca, Zacatecas y Guerrero.
“Se estima que 5% de los hogares en México recibieron remesas. Lo que estamos viendo es que los mexicanos indocumentados serán los más afectados por el desempleo y eso impactará a la vez al flujo de las remesas”, subraya la entrevistada. El desplome económico por el coronavirus no será excepción a esa regla, admite.
Comunidades mexicanas hay sin excepción en los 50 estados en este país de poco más de 331 millones de habitantes.
La pandemia del covid-19 técnicamente tiene paralizada a la productividad y fuerza laboral en Nueva York, California, Georgia, Illinois, Michigan, Nueva Jersey y Virginia, por mencionar algunos. Registros de la cancillería mexicana respecto a los puntos de mayor concentración de mexicanos en territorio estadunidense indican que Nueva York, Texas y California sobresalen en este sentido.
California cuenta con una población cercana a los 12.5 millones de ciudadanos mexicanos. Entre Nueva York y Nueva Jersey, hay otros 900 mil. “No sabemos cuántos son indocumentados, es muy difícil discernirlo. Calculamos el número de indocumentados con base en estudios como los del Pew Research Center.
Al cierre de esta edición, Estados Unidos, que es el epicentro mundial de la pandemia, registraba entre su población 6 mil 660 fatalidades por covid-19 y 25 mil 861 contagios.
La repatriación, una sangría
Y aunque la población mexicana no está inoculada, Bárcena revela que la embajada y los 50 consulados en Estados Unidos hasta ahora han recogido el reporte oficial de únicamente dos casos de muerte por la enfermedad. Uno en la ciudad de Chicago y otro –el del sacerdote Jorge Ortiz, un prelado muy reconocido y admirado entre su feligresía– en Brooklyn.
Tampoco se sabe cuántos mexicanos en Estados Unidos están dentro de la categoría de contagios positivos por coronavirus y que contabiliza oficialmente el gobierno de Trump.
Existe otra estadística poco conocida y raramente difundida en los medios, que tiene que ver con la población de mexicanos en Estados Unidos: la de repatriación de cadáveres que, ante la pandemia, puede incrementarse.
“Han surgido algunas preguntas de carácter técnico-sanitario muy específicas sobre cómo puedes repatriar un cadáver y garantizar que no sea contagioso”, destaca la embajadora durante la entrevista.
–¿Cuál es la respuesta que ofrecen la embajada y los consulados?
–Recomendar a las familias la cremación, porque es una manera que facilita el transporte y es menos costosa; pero no todas las familias quieren tomar esa opción.
Bárcena cuenta que para cada caso se destinan aproximadamente mil 500 dólares, aunque también hay excepciones que dependen de la ubicación en Estados Unidos de los occisos.
“Tenemos el tope de mil 500 dólares de apoyo, sobre todo para los más vulnerables. La partida presupuestal de los consulados que más se ocupa para atender a los mexicanos en el exterior es siempre la de repatriación de cadáveres. Por eso alentamos la cremación”, reitera.
Admite la posibilidad de que, ante la pandemia, sean insuficientes esos fondos. Los registros del medio centenar de consulados mexicanos en Estados Unidos establecen que la repatriación de un cadáver desde Washington, DC, o Nueva York cuesta 4 mil dólares, y el país recibe cuatro muertos procedentes de esas entidades cada mes.
De Los Ángeles llegan en promedio 25 cadáveres cada 30 días y el envío tiene un costo de 2 mil 100 dólares. Desde Dallas, mensualmente salen en promedio 60 ataúdes, cuyo transporte cuesta unos mil 550. Mandar a México un cadáver desde Minesota implica un desembolso de 7 mil 500.
El desdén de Trump
Para aminorar la crisis económica desprendida del coronavirus, el Congreso federal estadunidense aprobó un paquete de subsidios y donaciones para su ciudadanía y comunidad empresarial de 2.3 billones de dólares; Trump incluso promulgó la ley el pasado 28 de marzo.
De ese fondo billonario y que no tiene precedente en la historia del país –la inyección de dinero a la economía estadunidense más grande registrada anteriormente fue de 700 mil millones de dólares en 2009–, no hay un solo centavo para ayudar a la comunidad indocumentada.
Por la necesidad de prevenir la escasez de alimentos y productos de primera necesidad debido a la pandemia, Trump y el gobierno de AMLO acordaron cerrar parcialmente la frontera entre Estados Unidos y México, y como medida precautoria ante el riesgo de expansión del virus.
El cierre fronterizo en realidad se aplicó sólo a los turistas que quieran ingresar a Estados Unidos vía terrestre. El comercio todo, los ciudadanos estadunidenses, residentes permanentes, trabajadores fronterizos con mica de empleo, mexicanos con visa de estudiante, trabajadores temporales agrícolas, empleados del sector salud y cónyuges de militares pueden entrar y salir cuando quieran por los más de 3 mil 500 kilómetros de frontera.
Parte esencial del trabajo de Bárcena en Washington es mantener una cercanía con el Capitolio. En sus constantes entrevistas con legisladores federales, la embajadora sostiene que ha recogido comentarios de que por esta crisis de salud pública, hay simpatías e intenciones de ayudar con subsidios económicos a la comunidad indocumentada.
Afirma que la fracción de congresistas hispanos y algunos legisladores ajenos a este grupo trabajan en un apartado para otro paquete de alivio económico por la crisis del covid-19, que contemplaría subsidios para los indocumentados que se queden sin trabajo.
Se ve complicado que en año electoral –y porque Trump ha hecho del combate a la inmigración indocumentada punta de lanza de su campaña de reelección– y en medio de una recesión, él y los legisladores republicanos avalen un paquete de subsidios como el que quiere aprobar la fracción hispana, según la embajadora mexicana.
Y comenta: “El tema de afectaciones en salud nos preocupa mucho porque está teniendo un efecto negativo, muchos integrantes de la comunidad mexicana (indocumentada) no están pidiendo ayuda para alimentos o no están queriendo ir a los hospitales para no ser considerados una carga pública, aunque presenten síntomas”.
“Todo está suspendido”
Las consecuencias de la pandemia afectaron toda la política migratoria. Por ejemplo, Bárcena indica que en las cortes federales migratorias hay 180 mil casos pendientes de mexicanos, ya sea por regularización de su estatus o por los procesos de deportación.
“Todo está suspendido por el momento… mantenemos estrecho contacto con el Departamento de Seguridad Interior para ver cuál es la situación de mexicanos en centros de detención migratoria y los que se encuentran en las cárceles. Estamos monitoreando contagios, sin embargo a los centros de detención migratoria ya no nos dejan entrar”, anota.
–¿Cuántos contagios por covid-19 de mexicanos ha habido en los centros de detención migratoria? –se le pregunta.
–Hemos recibido un reporte de contagio en un centro de detención en Nueva Jersey. La persona afectada decía sentirse relativamente bien, no tenía síntomas graves. Es el único caso que tengo presente en centros de detención.
Al ser abordada sobre las implicaciones que ha tenido para la comunidad migrante el cierre parcial de la frontera, Bárcena responde que los informes que tiene se refieren a que ha caído el número de detención de migrantes que como indocumentados querían ingresar a Estados Unidos.
Por otro lado destaca que el cierre fronterizo tiene repercusiones favorables para los 190 mil trabajadores temporales agrícolas mexicanos que laboran hoy en la Unión Americana.
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Trabajadores empacan mole en el vecindario Bushwick de Brooklyn, Nueva York. (Foto AP / Richard Drew)[/caption]
Este reportaje se se publicó el 5 de abril en la edición 2266 de la revista Proceso, en circulación
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