Acostumbrados al apapacho gubernamental con Enrique Peña Nieto como gobernador y luego como presidente, los dueños de las empresas Mota-Engil y Mota-Engil México siguieron con su buena suerte en los negocios con la Cuarta Transformación. Vía asociaciones con personajes locales –varios de ellos cuestionados por el propio Andrés Manuel López Obrador–, la compañía de origen portugués sigue ganando contratos millonarios. El último de ellos es el primer tramo del Tren Maya, por 15 mil 538 millones de pesos.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Mota-Engil, constructora de origen portugués que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se convirtió en una de las principales contratistas y concesionarias del gobierno federal, vivió una transición alegre con la llamada Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador: la empresa lideró el consorcio ganador del contrato para el primer tramo del Tren Maya, por un monto de 15 mil 538 millones de pesos.
También obtuvo del gobierno poblano de Miguel Barbosa Huerta un contrato para la autopista Cuapiaxtla-Cuacnopalan, por 4 mil millones de pesos; está por arrancar su Central de Ciclo Combinado Jorge Luque 100, una de las que construyó con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) vía Generadora Fenix, y continúa un megaproyecto turístico en Nayarit con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que le adjudicó el contrato del Tren Maya el 23 de abril último.
En el sexenio pasado, Mota-Engil agregó a sus raíces portuguesas el ADN priista de la familia Miguel; esta unión le abrió en grande a la empresa europea las puertas de la administración pública federal, creó su filial Mota-Engil México en sociedad con Grupo Promotor de Desarrollo e Infraestructura (Prodi) y la dejó en manos de José Miguel Bejos, quien, aparte de ser compañero de golf del expresidente Peña Nieto, fue su contratista durante su mandato como gobernador del Estado de México. Incluso, en el periodo de transición le rentó al entonces presidente electo una casa ubicada en la calle Virreyes 1130, en Lomas de Chapultepec.
Actualmente, Prodi detenta 49% de las acciones de Mota-Engil México –según el informe anual de la empresa portuguesa– y José Miguel Bejos es su presidente; éste tejió alianzas con empresas y personajes vinculados con el PRI y bajo su dirección la empresa creó más de 48 sociedades en el país. Los efectos de la mutación fueron impactantes: durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa la empresa había conseguido una sola concesión carretera –en 2008 para operar la autopista Perote-Xalapa junto con la española Isolux–, pero con Peña Nieto le llovieron los contratos multimillonarios.
Como muchos empresarios a los que López Obrador equipara con la “mafia del poder”, Alfredo Miguel Afif, padre de José Miguel Bejos, consolidó la fortuna que heredó de su padre –José Miguel Nader– al amparo del poder durante la administración de Carlos Salinas de Gortari. Obtuvo por ejemplo un contrato con Pemex en 1992 y se le ligó con el “profesor” Carlos Hank González, quien lo invitó a formar parte del Consejo de Administración del Banco Interacciones.
Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2271 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 10 de mayo de 2020